POV Francisco
Esa tarde me había tomado el tiempo y dedicación de comprar algo presentable para el casamiento, por suerte tenía algo ahorrado y con ayuda de delfi logré conseguir un traje adecuado para el evento.
Ya bañado me puse a planchar y perfumar el traje borrando todo rastro de feria que podía tener, hoy más que nunca debía destacar y pretender ser alguien de dinero como lo era mi acompañante.
Quince minutos después me encontraba esperando con ansias a Estebanque no tardó en llegar, vestía un costoso traje negro haciendo juego con unos zapatos del mismo color y para acompañar un reloj, que a mi parecer, estaba bañado en oro.
-estás muy bonito -dijo sonriendo mientras me miraba de arriba a abajo
-vos no te quedas atrás -y no mentía, mi hombre iba a ser el más hermoso del lugar
-¿estás listo?
-la pregunta es más para vos que para mi...
-¿luzco muy nervioso?
-te he visto peor
-solo quiero que esto termine
-quedate al lado mio que yo te voy a enseñar a divertirte
noté como acomodaba su corbata algo incomodo por mi comentario, extendió su mano y la tomé alegremente. hoy nada iba a arruinar nuestra noche.
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Llegamos al casamiento de un tirón ya que él manejaba rápido y concentrado, trataba de calmarlo durante el viaje pero nada lo ayudaba, incluso intenté tocarlo por encima del pantalon para alivianar su malestar pero solo logré ponerlo de peor humor.
-tenes que estar tranquilo -murmure entrando al lugar
-no te alejes de mi ¿si?
-voy a estar pegado a vos toda la noche
supe que eso lo había tranquilizado un poco ya que aflojó los nudillos y su ceño fruncido desapareció.
La fiesta comenzó y con ello mis ganas de enloquecer un poco, iba por mis segundo trago y ya me sentía excitado, Esteban al contrario estaba completamente paranoico mirando para todos lados.
-tengo ganas de bailar-le dije en el oído tratando de traerlo conmigo pero se puso firme
-quedate acá Fran
-una sola canción -volvi a insistir
-no quiero bailar, estoy cansado
-que amargado
sabia que esa palabra le molestaba y que me castigaría luego, sin dejar de mirar su semblante serio me levanté y fui directo a la pista de baile.
No era el tipo de música que solía bailar en las discotecas baratas que concurría pero la mezcla de alcohol con la emoción de ser el acompañante de este alfa perfecto me transportaba a otra dimensión.
Sentia las miradas sobre mi y eso me divertía, hasta que me topé con la de él que miraba con fastidio y encanto a la misma vez.
Tomé valentía y saqué a bailar a una de las señoras que estaba en la barra pidiendo un trago caro que en mi vida iba a poder costear, ella sonrió y con desconfianza se dejó guiar por mi.Todos reían y se sumaban al extraño baile que acababa de inventar, incluso pude notar a uno de los novios sumarse a nosotros.
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Un poco agitado y con sed fui en dirección de nuestra mesa topandome con Esteban que estuvo todo este tiempo mirando su celular