Capitulo V

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Todo está en silencio, con las luces apagadas. Estoy muy cómoda y calentita en esta cama. Qué bien... Abro los ojos, y por un momento estoy tranquila y serena, disfrutando del entorno, que no conozco. No tengo ni idea de dónde estoy.

El cabezal de la cama tiene la forma de un sol enorme. Me resulta extrañamente familiar. La habitación es grande y está lujosamente decorada en tonos marrones, dorados y beis. La he visto antes. ¿Dónde? Mi ofuscado cerebro busca entre sus recuerdos recientes. ¡Maldita sea! Estoy en el hotel Heathman... en una suite. Estuve en una parecida a esta con Lizzy. Esta parece más grande. Oh, mierda. Estoy en la suite de ____ Evans. ¿Cómo he llegado hasta aquí?

Poco a poco empiezan a torturarme imágenes fragmentarias de la noche. La borrachera "oh, no, la borrachera", la llamada "oh,no, la llamada", el vómito frente a Evans "oh, no, el vómito" ...Colin y después ____. Oh, no. Me muero de vergüenza. No recuerdo cómo he legado aquí. Llevo puesta la camiseta, el sujetador y las bragas. Ni calcetines ni vaqueros. Maldita sea.

Echo un vistazo a la mesita de noche. Hay un vaso de zumo de naranja y dos pastillas. Ibuprofeno. La obsesa del control está en todo. Me incorporo en la cama y me tomo las pastillas. La verdad es que no me siento tan mal, seguramente mucho mejor de lo que merezco. El zumo de naranja está riquísimo. Me quita la sed y me refresca.

Oigo unos golpes en la puerta. El corazón me da un brinco y no me sale la voz, pero aun así ____ abre la puerta y entra. Vaya, ha estado haciendo ejercicio. Lleva unos pantalones de chándal grises que le caen ligeramente sobre las caderas y una camiseta gris de tirantes empapada en sudor, como su pelo.

____ Evans ha sudado. La idea me resulta extraña. Respiro profundamente y cierro los ojos. Me siento como una niña de dos años. Si cierro los ojos, no estoy.

"Buenos días, Scarlett. ¿Cómo te encuentras?"

"Mejor de lo que merezco" murmuro.

Levanto la mirada hacia ella. Deja una bolsa grande de una tienda de ropa en una silla y agarra ambos extremos de la toalla que leva alrededor del cuello. Sus impenetrables ojos verdes me miran fijamente. No tengo ni idea de lo que está pensando, como siempre. Sabe esconder lo que piensa y lo que siente.

"¿Cómo he llegado hasta aquí?" le pregunto en voz baja, apenada.

Se sienta a un lado de la cama. Está tan cerca de mí que podría tocarla, podría olerla. Madre mía... Sudor, gel y ____. Un cóctel embriagador, mucho mejor que la margarita, y ahora lo sé por experiencia.

"Después de que te desmayaras no quise poner en peligro la tapicería de piel de mi coche levándote a tu casa, así que te traje aquí" me contesta sin inmutarse.

"¿Me metiste tú en la cama?"

"Sí" me contesta impasible.

"¿Volví a vomitar?" le pregunto en voz más baja.

"No."

"¿Me quitaste la ropa?" susurro.

"Sí." Me mira alzando una ceja y me pongo más roja que nunca.

"¿No habremos...?" Lo digo susurrando, con la boca seca de vergüenza, pero no puedo terminar la frase. Me miro las manos.

"Scarlett, estabas casi en coma. La necrofilia no es lo mío. Me gusta que mis mujeres estén conscientes y sean receptivas" me contesta secamente.

"Lo siento mucho." Sus labios esbozan una sonrisa burlona.

"Fue una noche muy divertida. Tardaré en olvidarla." Yo también... Oh, está riéndose de mí, la muy... Yo no le pedí que viniera a buscarme. No entiendo por qué tengo que acabar sintiéndome la mala de la película.

Fifty Shades of You (Scarlett Johansson y Tu g!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora