Mi madre me abraza fuerte.
"Haz caso a tu corazón, cariño, y por favor, procura no darles demasiadas vueltas a las cosas. Relájate y disfruta. Eres muy joven, cielo. Aún te queda mucha vida por delante, vívela. Te mereces lo mejor." Sus sentidas palabras susurradas al oído me confortan. Me besa el pelo.
"Ay, mamá." Me cuelgo de su cuello y, de repente, los ojos se me llenan de lágrimas.
"Cariño, ya sabes lo que dicen: hay que besar a muchos sapos para encontrar al príncipe azul." Le dedico una sonrisa torcida, agridulce.
"Me parece que he besado a una princesa, mamá. Espero que no se convierta en sapo." Me regala las más tierna, maternal e incondicionalmente amorosa de sus sonrisas, y mientras nos abrazamos de nuevo me maravillo de lo muchísimo que quiero a esta mujer.
"Scarlett, están llamando a tu vuelo" me dice Bob nervioso.
"¿Vendrás a verme, mamá?"
"Por supuesto, cariño... pronto. Te quiero."
"Yo también." Cuando me suelta, tiene los ojos enrojecidos de las lágrimas contenidas. Odio tener que dejarla.
Abrazo a Bob, doy media vuelta y me encamino a la puerta de embarque; hoy no tengo tiempo para la sala VIP. Me propongo no mirar atrás, pero lo hago... y veo a Bob abrazando a mamá, que llora desconsolada con las lágrimas corriéndole por las mejillas. Ya no puedo contener más las mías. Agacho la cabeza y cruzo la puerta de embarque, sin levantar la vista del blanco y resplandeciente suelo, borroso a través de mis ojos empañados.
Una vez a bordo, rodeada del lujo de primera clase, me acurruco en el asiento e intento recomponerme. Siempre me resulta doloroso separarme de mi madre; es atolondrada, desorganizada, pero de pronto perspicaz, y me quiere. Con un amor incondicional, el que todo niño merece de sus padres. El rumbo que toman mis pensamientos me hace fruncir el ceño, saco el BlackBerry y lo miro consternada. ¿Qué sabe ____ del amor? Parece que no recibió el amor incondicional al que tenía derecho durante su infancia. Se me encoge el corazón y, como un céfiro suave, me vienen a la cabeza las palabras de mi madre: «Sí, Scarlett. Dios, ¿qué más necesitas? ¿Un rótulo luminoso en su frente?». Cree que ____ me quiere, pero, claro, ella es mi madre, ¿cómo no va a pensarlo? Para ella, me merezco lo mejor. Frunzo el ceño.
Es verdad, y, en un instante de asombrosa lucidez, lo veo. Es muy sencillo: yo quiero su amor. Necesito que ____ Evans me quiera. Por eso recelo tanto de nuestra relación, porque, a un nivel profundo y esencial, reconozco en mi interior un deseo incontrolable y profundamente arraigado de ser amada y protegida. Y, debido a sus cincuenta sombras, me contengo. El sado es una distracción del verdadero problema. El sexo es alucinante, y ella es rica, y guapa, pero todo eso no vale nada sin su amor, y lo más desesperante es que no sé si es capaz de amar. Ni siquiera se quiere a sí misma.
Recuerdo el desprecio que sentía por sí misma, y que el amor de ella era la única manifestación de afecto que encontraba «aceptable». Castigada —azotada, golpeada, lo que fuera que conllevara su relación—, no se considera digno de amor. ¿Por qué se siente así? ¿Cómo puede sentirse así? Sus palabras resuenan en mi cabeza: «Resulta muy difícil crecer en una familia perfecta cuando tú no eres perfecta».
Cierro los ojos, imagino su dolor, y no alcanzo a comprenderlo. Me estremezco al pensar que quizá he hablado demasiado. ¿Qué le habré confesado a ____ en sueños? ¿Qué secretos le habré revelado? Miro fijamente la BlackBerry con la vaga esperanza de que me ofrezca respuestas. Como era de esperar, no se muestra muy comunicativa. Aún no hemos iniciado el despegue, así que decido mandarle un correo a mi Cincuenta Sombras.
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Fifty Shades of You (Scarlett Johansson y Tu g!p)
FanfictionLibro 1 Cuando la estudiante de literatura Scarlett Johansson va a entrevistar a la joven empresaria _____ Evans, se encuentra con una mujer hermosa, brillante e intimidante. La poco mundana e inocente Scarlett se sorprende al darse cuenta de que q...