Capitulo XXIII

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Miro nerviosa por todo el bar, pero no la veo.

"Scarlett, ¿qué pasa? Parece que has visto un fantasma."

"Es ____; está aquí."

"¿Qué? ¿En serio?" Mira también por todo el bar.

No le he hablado a mi madre de la tendencia al acoso de ____. La veo. El corazón me da un brinco y empieza a agitarse violentamente en mi pecho cuando se acerca a nosotras. Ha venido... por mí. La diosa que llevo dentro se levanta como una loca de su chaise longue. ____ se desliza entre la multitud; los halógenos empotrados reflejan en su pelo destellos de cobre bruñido y rojo. En sus luminosos ojos grises veo brillar... ¿rabia? ¿Tensión? Aprieta la boca, la mandíbula tensa. Oh, mierda... no. Ahora mismo estoy tan furiosa con ella, y encima está aquí. ¿Cómo me voy a enfadar con ella delante de mi madre? Llega a nuestra mesa, mirándome con recelo. Viste, como de costumbre, camisa de lino blanco y vaqueros.

"Hola" chillo, incapaz de ocultar mi asombro por verla aquí en carne y hueso.

"Hola" responde, e inclinándose me besa en la mejilla, pillándome por sorpresa.

"____, esta es mi madre, Melanie." Mis arraigados modales toman el mando. Se gira para saludar a mi madre.

"Encantada de conocerla, señora Sloan." ¿Cómo sabe el apellido de mi madre? Le dedica esa sonrisa de infarto, cosecha ____ Evans, destinada a la rendición total sin rehenes. Mi madre no tiene escapatoria. La mandíbula se le descuelga hasta la mesa. Por Dios, controla un poco, mamá. Ella acepta la mano que le tiende y se la estrecha. No le contesta. Vaya, lo de quedarse mudo de asombro es genético; no tenía ni idea.

"____" consigue decir por fin, sin aliento. Ella le dedica una sonrisa de complicidad, sus ojos grises centelleantes. Las miro con el gesto fruncido.

"¿Qué haces aquí?" La pregunta suena más frágil de lo que pretendía, y su sonrisa desaparece, y su expresión se vuelve cautelosa.

Estoy emocionada de verla, pero completamente descolocada, y la rabia por lo de la señora Robinson aún me hierve en las venas. No sé si quiero ponerme a gritarle o arrojarme a sus brazos (aunque no creo que le gustara ninguna de las dos opciones), y quiero saber cuánto tiempo lleva vigilándonos. Además, estoy algo nerviosa por el e-mail que acabo de enviarle.

"He venido a verte, claro." Me mira impasible. Huy, ¿qué estará pensando? "Me alojo en este hotel."

"¿Te alojas aquí?" Sueno como una universitaria de segundo año colocada de anfetas, demasiado estridente hasta para mis oídos.

"Bueno, ayer me dijiste que ojalá estuviera aquí." Hace una pausa para evaluar mi reacción. "Nos proponemos complacer, señorita Johansson" dice en voz baja sin rastro alguno de humor. Mierda, ¿está furiosa? ¿Será por los comentarios sobre la señora Robinson? ¿O tal vez porque estoy a punto de tomarme el cuarto Cosmo? Mi madre nos mira nerviosa.

"¿Por qué no te tomas una copa con nosotras, ____?" Le hace una seña al camarero, que se planta a nuestro lado en un nanosegundo.

"Tomaré un gin-tonic" dice ____. "Hendricks si tienen, o Bombay Sapphire. Pepino con el Hendricks, lima con el Bombay." Madre mía... Solo ____ podría pedir una copa como si fuera un plato elaborado.

"Y otros dos Cosmos, por favor" añado, mirando nerviosa a ____. He salido de copas con mi madre; no se puede enfadar por eso.

"Acércate una silla, ____."

"Gracias, señora Sloan." ____ agarra una silla y se sienta con elegancia a mi lado.

"¿Así que casualmente te alojas en el hotel donde estamos tomando unas copas?" digo, esforzándome por sonar desenfadada.

Fifty Shades of You (Scarlett Johansson y Tu g!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora