fourteen. lost my mind

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O14 | LOST MY MIND

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O14 | LOST MY MIND

Al día siguiente, Vanessa se dirigió a la escuela con un sentimiento de pesadez en el corazón. Aunque había pasado la noche anterior hablando con Alfred y liberando sus emociones, el encuentro con James y todo lo que había sucedido aún la mantenía inquieta.

La Wagner se había dirigido hacia la biblioteca de Maxton Hall con el propósito de estudiar para los exámenes finales que tendría durante esa semana.

La chica estaba completamente perdida en sus pensamientos, concentrándose por completo en los libros que se encontraban frente a sus ojos, hasta que una voz sonó a sus espaldas.

—Soportas bien el rechazo —Elaine exclamo.

Soltando un bufido, Vanessa se dio la vuelta, logrando ver como la rubia había llegado a la biblioteca junto a sus amigas. Sus ojos demostraban una confianza desafiante y una chispa de crueldad.

—Qué pena que me lo perdí. Dicen que fue muy dramático —se burló, causando la risa entre sus amigas—. El que no sabía desde el principio que no iba a funcionar no solo estaba ciego, sino que también era estúpido.

Al ver que Vanessa no tenía el mínimo interés en entablar una conversación con ella, la Ellington continuo. No se iba a dejar humillar por ella una vez más.

—Es una pena que te fueras tan temprano de la fiesta de Cyril. Si te hubieras quedado un par de horas más, habrías visto cómo James y yo pasábamos tiempo juntos —comento, jugando con un mechón de pelo. Vanessa presto atención de forma casi automática al escuchar el nombre del rubio—. Tengo que admitir que James es bastante bueno besando... Y también en la cama.

Vanessa sintió una punzada en el estómago ante sus palabras, pero no iba a dejar que Elaine la viera afectada. Con una expresión de calma, respiró hondo y respondió con frialdad.

—¿Sabes, Elaine? Deberías tener algo de amor propio. Es bastante patético saber que tu mundo gira alrededor de las acciones de un hombre.

Las palabras de Vanessa hicieron eco en el lugar, atrayendo la atención de los estudiantes que se encontraban en la biblioteca. Las amigas de Elaine comenzaron a reír, burlándose de su amiga.

—Al menos no soy yo la que fue humillada delante de toda la escuela. Todos vieron cómo James te ignoró por completo.

—Humillada —la rubia repitió, riendo levemente—. Yo no necesito la aprobación de un chico para sentirme bien conmigo misma. A diferencia de ti, Elaine, que saltas a cualquier oportunidad para obtener atención, aunque sea negativa.

—Al menos yo sé divertirme y no soy una aburrida.

Vanessa se colocó de pie con lentitud, para luego acercarse un poco, su mirada fija en los ojos de Elaine.

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