Recuerdos

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Cinco meses antes.

—Espero le guste este regalo a Jung... Aunque dudo de que se acuerde que día es hoy, ha estado tan ocupado el pobre que a veces no llega ni a dormir y amanece dormido aquí en la oficina, no sabe ni que día es...

Desciende del auto con la caja de mediano tamaño en sus manos mirando a su hermano quien solamente le brinda una sonrisa mientras cerraba el auto, Hara lo mira con un puchero.

—Ya sé lo que estás pensando, pero Jung no sería capaz de engañarme, es solo trabajo, Jeong.

—Yo no he dicho nada Hara, igual no creo que sea tan olvidadizo, capaz se sorprenda mi cuñado, pero de que se le haya olvidado no creo.

—No lo sé Jeong, salió muy temprano de la casa, ni sé en qué momento Jung se levantó, solo quiero comprenderlo, pero al menos me fuese despertado... Se que está ocupado, pero... Ay no... Ya empecé a dudar por tu culpa en una fecha tan importante para mí.

—Lo siento hermana, pero yo no estoy diciendo nada —ríe un poco al verla. —Es tu mismo nerviosismo, pero veras que no se le olvidara, anda, subamos.

Responde el menor mientras caminaba junto a su hermana al ascensor. Hara era la directora del área de contenido digital y Jeong el contador de las empresas Kim, hace seis años se relacionaron con la familia Kim, Hara se casó con Jung llevando cuatro años de matrimonio, que hasta hace dos semanas estaba tambaleando un poco, pero aun así era un amor fuerte o eso quería pensar esta joven.

Al subir al ascensor, Jeong se quedó un piso debajo, dejando a su hermana subir sola a la oficina de su pareja, la única que había en el último piso. Todo se veía solitario, Hara temblaba un poco para caminar a la puerta, encontrándose antes con Irene, la secretaria de su esposo quien salía con un semblante algo temeroso de la oficina, al verla solo se le pudo acercar para advertirle las novedades.

—Hara, pensé que te había pasado algo, puesto que el señor Jung esta como una fiera.

—No, yo estoy bien Irene... ¿Cómo así que una fiera? ¿A ocurrido algo?

—No sabría decirte con certeza amiga, pero es mejor que no entres ahora, se ve que esta estresado.

Fue lo último que dijo antes de empezar a caminar al ascensor, la duda creció en la joven que ingreso rápidamente en la oficina colocando el regalo en su espalda, en verdad Jung se veía enojado, estaba totalmente serio sentado en su silla presidencial, que al verla ingresar se puso en pie dando un par de zancadas quedando frente de ella.

—Soo, tenemos que hablar sobre un asunto bastante serio.

Este con un semblante de pocos amigos miraba a la mujer que se encontraba levemente nerviosa, puesto que nunca lo había visto de esa manera, y mucho menos llamándola por su apellido.

—Mi amor...¿Pasa algo? ¿He hecho algo? —ella lo intenta abrazar, pero es detenida por un fuerte agarre en su brazo por parte de Jung que hizo caer el regalo de sus manos. —Amor, ¿por qué me estas tratando así? Me estas lastimando...

—Terminamos, ya no me interesa tener a una mujer como tú en mi vida, es mejor que te largues, ya no quiero estar contigo, me estorbas. —lo dice con una frialdad que dejo pasmada a la joven.

—Kim... Dime que es una broma de mal gusto... Sabes que no me gust...

—No es una broma, ya no quiero seguir contigo, ¿acaso no lo entiendes? ¡Lárgate de mi vida! Ya no me sirves como mujer, necesito algo más que una mujer como tú.

¿¡Mi ex es mi jefe!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora