Sook Han

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Llamada telefónica.

S: Yona, no esperaba tu llamada tan pronto.

Y: Señorita Sook... Me han despedido...

S: ¿Qué te han qué? ¿Cómo se ha atrevido a despedirte?

Y: La esposa del señor Jung me despidió, señorita, yo necesitaba el empleo, ayúdeme...

S: Yo no puedo hacer nada por ti, resuelve tu sola, no me llames más, eres una inútil por dejarte despedir.

La mujer cuelga con cierta irá estando en su oficina para así poder mandar a llamar a su hermano mayor, tenía que deshacerse de esa nueva intrusa a sus planes, pero debía ser cuidadosa también, por lo que tenían que crear una buena estrategia. La puerta sonó y esta le dio el pase inmediatamente.

—Sook, ¿qué ocurrió? Te veo algo alterada hermana.

—No te imaginas que ha ocurrido, la esposa de Jung despidió a Yona, seguramente la muy estúpida se dejó atrapar, ahora de seguro vendrá por mí por atacar a su esposo, tenemos que hacer algo, no sé con quién estaré peleando.

—Tranquila hermanita, no sé por qué te alteras tanto, es solo hacer un par de llamadas y tendremos la información de esa mujer, de seguro es otro invento como lo fue Sunnie.

—No, no creo que sea como Sunnie, tu bien sabes que hace cinco meses Jung estaba casado, seguro esa mujer decidió volver por lo suyo, por el dinero de Jung, ¿y si me lo quita?

Con cierta alteración la joven jalo su cabello de forma histérica de solo pensarlo que fue el abrazo y las caricias en su espalda de parte de su hermano los que hicieron que se tranquilizara un poco más, requerían unos tragos, por lo que Daniel tomo dos vasos del minibar, les coloco hielo y licor extendiéndoselo a su hermana.

—Si te preocupa esa mujer, después de que conozcamos su información podemos secuestrarla, que desaparezca de aquí al juicio, no estaría nada mal.

—Secues... Oh, eso sería una fantástica idea, de seguro quieren limpiar el nombre de Jung con esta cualquiera, secuestrarla sería lo mejor, además podríamos culpar a Jung, otro cargo más a su lista, un secuestro pasional.

—Ahora si estás utilizando la cabeza Sook, ves que un buen trago y una buena charla sirven para formar buenas ideas.

—Tienes razón hermanito, ahora si sé qué hacer, mándala a investigar, necesito saber quién es esta mujer antes de proceder.

—Cómo ordene mi capitana.

El joven se retira de la oficina para investigar a la mujer que se encontraba ahora como la pareja actual de Jung Kim. En cambio, Sook seguía disfrutando de aquel trago, inundándose en un recuerdo, el cual alimentaba su odio hacia el chico dorado que todos amaban.

—Ay Jung, no sabrás ni quién te golpeo tan fuerte, así como tú me destrozaste el corazón a mí...

Seis años antes.

¡Jung, Jung! ¿Hoy si vas a salir conmigo? En cine hay nuevos estrenos.

Sook, sabes bien que trabajo, no estoy para salir, ya soy un adulto responsable.

¡Ah! Ya no quieres salir conmigo, pero si fuera esa niñita con la que te vi la otra vez, de seguro ella te dice y sales corriendo.

La verdad es que sí, porque ella me gusta y tú eres solo mi amiga.

Ella no te puede gustar... ¡Tú te vas a casar conmigo! Te recuerdo que lo prometiste.

Tenía cinco años, nunca me casaré contigo, no me gustas, Sook.

Esas sencillas palabras lograron quebrantar su pequeño corazón, Jung se marchó sin decir nada más, y Sook se prometió vengarse, amaba a ese hombre como a ningún otro, y lo tendría, cueste lo que cueste.

Un toque repetitivo la saco de sus pensamientos, abrió la puerta encontrándose con su padre, quien venía con un semblante de pocos amigos, lo que le faltaba lidiar con este hombre.

—Padre, que sorpresa que usted me venga a visitar.

—No es que sea de mi agrado venir por ti Sook, quiero mi dinero, aún no me lo reembolsan y estoy siendo paciente, tu jueguito está perjudicando nuestra empresa, eso de comprar personas me lleva abajo, así que o te detienes o tú utilizas tu propio dinero.

—Devolveré todo, no se exaspere, por eso mi madre lo dejo, por un amargado.

—¿Ah, sí? La verdadera razón fue por defenderte, pero tu madre tenía toda la razón, estás loca y obsesionada con Jung, no estás en tus cabales.

—¡Lárgate de aquí! Mi madre nos dejó fue por tu culpa, no me eches la culpa a mí.

—Fue por ti, ¡estás loca! Y te advierto, si de aquí al sábado no tengo el dinero gastado en la cuenta, te voy a demandar y denunciar por robo Sook, tú y Daniel terminarán tras las rejas, así como quieres hacer como Jung.

—¡Silencio!

La más joven saco de su bolsillo un gas pimienta esparciéndolo en el rostro del más viejo, dejándole los ojos irritados de forma inmediata, su enojo hizo que lo tomara por el cuello de la camisa para mirarse directamente.

—Yo devolveré el dinero cuando yo quiera, y usted no hará nada al respecto, recuerde que soy su sangre, y puedo hundirlo tanto como usted a mí, así que mantenga su lugar, padre.

Sin rechistar, el hombre salió inmediatamente de esa oficina. Una notificación llegó a su computador, a lo que inmediatamente se acercó revisando el historial que le han mandado, su hermano, era el mejor buscador, en poco tiempo tenía la información de Hara en su poder.

—Muy bien Hara Soo, eres huérfana de padre, tu madre está débil de salud, llevas cuatro años de matrimonio con Jung, ¿Por qué te habrá escondido tanto? ¿O es que no te gustan las cámaras? Seguramente eras tú la que me robaste a Jung... Me las pagarás...

Cierra la pantalla sirviéndose otro trago mientras miraba por su gran ventanal de la oficina, su plan empezaría en marcha en tres días, era necesario que pensaran que tenían una delantera y bajaran la guardia. 

¿¡Mi ex es mi jefe!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora