En cada escenario existente, buscaba entrelazar su mirada con la suya, remarcando aquel anhelo inmensurable entre ambos que, a pesar de haber tenido un inicio, no tendría un final.
Colección participante en la Twiyor week 2024, organizada por la cue...
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— Iremos a tomar unos cuántos tragos, ¿vienes, Yor? — preguntó Sharon mientras la aludida terminó de guardar sus cosas en su bolso y les dedicó una sonrisa amable.
— Oh, es que... Yo pensaba ir a esperar a que Loid saliera del trabajo — sus mejillas se colorearon —. Lo siento, será para la próxima, chicas.
— ¡Como quieras! — sus amigas salieron de la oficina entre murmullos sobre temas sin relevancia.
Yor tomó una bocanada de aire y comenzó a caminar.
Esa tarde realmente se habían esforzado en el trabajo, por lo que habían salido antes de lo previsto. Había considerado aprovechar el tiempo y salir por ahí con sus amigas, pero luego llegó la idea de esperar a que su "esposo" saliera del trabajo y pudieran llegar a casa juntos, donde las chismosas de sus vecinas podrían verlos para que toda duda existente se disipara.
Tal idea vino al recordar un suceso del día anterior. Justo cuando llegaba del trabajo y estaba a punto de cruzar el umbral de la puerta para ingresar a casa, escuchó las voces de sus vecinas en el piso de abajo, pues no eran nada discretas.
— Pues yo creo que el matrimonio Forger cada vez va más en picada. Seguro que pronto el divorcio llegará.
— ¡Cierto! — agregó una.
— Digo, máximo tres ocasiones los he visto juntos. Además, ¿no les parece extraño que el padre trabajé hasta tan tarde? ¡Incluso en días feriados! — agregó otra envalentonada por el primer comentario antes.
— ¡Seguro tiene una amante! — dijo otra.
— ¡Siento pena por esa pequeña niña que tienen!
En ese momento, Yor entró en pánico y entró a toda velocidad a casa. ¿En qué momento su matrimonio dejó de verse creíble? ¡No podía permitir aquello! ¿Y si alguna de las vecinas le comunicaba todo aquello al Servicio de Seguridad Estatal y ellos descubrían que...? ¡No, mejor ni pensarlo!
Lo único que debería hacer era hacer ese matrimonio mucho más creíble que antes, poner el doble de su esfuerzo en ello.
Pero, ¿y si se encargaba de todas esas vecinas? Nadie sospecharía, así que ella... ¡No! ¡¿Pero qué estaba pensando?! Comenzó a sacudir la cabeza efusivamente en un intento de que todas esas estúpidas ideas salieran de su cabeza.
— ¿Yor? ¿Te encuentras...? — comenzó Loid al ver su extraña actitud.
— ¡Estoy bien! ¡No tengo hambre, cenen ustedes!
Cuando ella corrió hasta su habitación y azotó la puerta al instante, Loid miró a Anya con confusión total y ella negó con la cabeza mientras subía el volumen a la televisión donde se reproducía esa caricatura que tanto amaba, Spy Wars. Los pensamientos de su madre eran muy rápidos y varios a la vez, tanto que incluso la marearon, así que no supo la razón de su aturdimiento.
