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Ecos del pasado

Unos ojos profundos no podían apartar la vista de él. Desde el momento en que lo vio cruzar la puerta, su corazón empezó a latir rápidamente. Analizó cada movimiento, cada paso. Observó sus manos palpando en los bolsillos y el suspiro de frustración que dejó escapar antes de dirigirse a hablar con la recepcionista. Notó el tamborileo de sus dedos en el mostrador y la hermosa sonrisa que iluminó su rostro cuando la recepcionista regresó. ¿Por qué le sonreía de esa manera? -se preguntó.

Finalmente, esos exquisitos ojos cafés que tanto le encantaban se encontraron con los suyos. No podía apartar la mirada, aunque quisiera. Exhalo con dificultad cuando lo vio acercarse hacia él.

-Hola.

-Hola.

-¿Puedo sentarme?

-Por supuesto.

Un breve silencio se hizo presente, era extraño; después de todo lo que había pasado la noche anterior, era difícil actuar como si la relación entre los dos fuera únicamente formal. La tensión entre ellos era casi tangible.

-¿Qué estás tomando? -la voz de Checo era relajada.

-Una paloma.

-Oh, ¿En serio?

-Si, me apetecía. -desvió la mirada hacia el vaso frente a él, concentrado en el tintineo de los hielos.

-¿Puedo probarla?

-Adelante.

-Esta rica, pero algo fuerte ¿no crees?

Max le dedicó una sonrisa, revisó la hora en el reloj de su muñeca y volvió a hablar.

-¿Qué hacías en el mostrador?¿Checaste tú salida?

-No, no...yo solo olvidé mi llave y pedí que me prestaran el repuesto.

-Oh...-Max regresó su vista al hombre frente a él, analizó las pecas en su rostro, la sudadera entreabierta que le permitía ver qué no usaba nada más debajo y finalmente su vista se detuvo en unas marcas rojas carmín en su cuello. -Estas usando la misma ropa de ayer.

-Eres muy observador.

-Claro que lo soy, yo mismo te la dí anoche. -desvió nuevamente la mirada con algo de incomodidad.

-No pude dormir anoche así que salí a dar un paseo.

-No luces desvelado, ¿Dormiste en otro lugar?

-Por ahí...

Un rastro de frustración apareció en el rostro de Max, en cuanto vio a un mesero le pidió otra bebida con una señal.

-¿Todo bien?

-Bien...bien...¿Qué sucedió cuando me fuí? -la pregunta estaba cargada de rigidez.

-Salimos y jugamos al póker un rato, el resto no es tan interesante.

-¿Porqué saliste con ellos?

-No quería estar en esa habitación, no podía, no después de lo que pasó contigo.

-¿Podemos hablar sobre eso?

-¿De qué quieres hablar?

-¿Cómo te sientes?

-¿Es enserio?¿Cómo crees que me siento? -su tono era molesto, como si le hubieran dado una bofetada.

-Lo siento, lo menos que quería era lastimarte. No era mi intención que esto...-Max empezó a disculparse.

-¿No era tú intención lastimarme o que yo supiera lo que pasó?

-Estoy tan arrepentido, te juro que...-Checo lo interrumpió antes de que siguiera.