ME CONVERTÍ EN UN DI0S EN UN JU3GO DE T3RROR

Cap. 300-303 (Frontera de la Selva)

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Capítulo 300

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Elena cerró los ojos y su voz salió ronca más allá de las palabras:

"... Esperé durante cuatro años, hasta que fui adulta. Todos los días revisaba los periódicos y escuchaba reportajes de radio, queriendo escuchar alguna noticia sobre los cuerpos de Alex y Guy, pero no espere hasta que todos los canales a los que pude llegar dejaron de emitir sobre la guerra".

"... Renuncié a seguir esperando".

El pecho de Elena subía y bajaba ligeramente. "Después de convertirme en adulta, dejé el pueblo para ir a la escuela, trabajar y seguir con mi vida, pero este lugar seguía persiguiéndome, asi que cuando pasé de los treinta, tomé el dinero que había ahorrado y volví al pueblo donde había tenido lugar la guerra".

"En aquella época, este lugar era muy próspero, todavía se estaban reparando los daños de la guerra, y alguien había construido una gran fábrica aprovechando los abundantes recursos madereros de la selva, lo que atrajo a mucha gente que vino a trabajar como jornaleros, pero la prosperidad no duró mucho".

Elena miró hacia atrás, en dirección al pueblo abandonado. "Los trabajadores y las máquinas herramienta de la gran fábrica funcionaban día y noche, enviando madera de este lugar a todo el mundo, y pronto el lugar se quedó sin madera, perdiendo muchos árboles. Entonces, la selva tropical, que solía recibir muchas lluvias, se fue enarenando poco a poco y se convirtió en un desierto".

"... Más tarde, toda la gente de aquí se volvió a ir, quedando sólo yo, una anciana, que sigue guardando las tumbas aquí". Elena acarició la lápida sobre la que estaba sentada y de repente exclamó: "Ah, sí, ¿no me olvide de hablarte de este cementerio?"

Se frotó las sienes y suspiró: "... La gente dice que cuando se es viejo, tiende a poner las cosas patas arriba. Este cementerio era un cementerio colectivo utilizado para enterrar a los soldados muertos durante la guerra, pero después de la guerra este lugar fue comprado por un propietario privado y convertido en un cementerio comercial para la venta al público".

"Pero la mayoría de las personas enterradas aquí eran cadáveres sin nombre durante la guerra, por lo que el gobierno no permitió su traslado y permanecieron enterrados aquí. Los cadáveres con nombre fueron reclamados por sus propias familias".

"Cuando llegué aquí, me acerqué al dueño de este cementerio y le dije que estaba dispuesta a gastar mi propio dinero en construir dos tumbas vacías para Alex y Guy en este cementerio. Es decir, no hay cadáveres en estas tumbas, sólo algunas cosas que me enviaron mientras estaban vivos".

Cuando Elena dijo esto, sus ojos se quedaron en blanco: "Pero rápidamente me respondieron, diciendo que Alex podía tener una tumba en este cementerio, pero Guy Davis no".

"... Les pregunté por qué, y me dijeron que como Guy Davis tenía antecedentes como rebelde, según las normas, no podía ser enterrado en ningún cementerio del país".

La voz de Elena se elevó con repentina histeria. "¡Le grité a ese grupo de empresarios desalmados, que Guy Davis estaba muerto, muerto desde hace más de una década! ¡Después de muerto, hasta Dios puede perdonar sus pecados! ¡No les toca a ustedes juzgarlo!"

"¡Hasta una rata con sangre nativa puede comprar una tumba en su cementerio, ¿por qué no se puede enterrar a un hombre decente y bueno?!"

Elena se aferró a la lápida, con los ojos feroces mientras jadeaba para respirar: