Cap. 316-319 (Piscina de Juegos)

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Capítulo 316

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"No haré más preguntas, no hay forma de sacarte nada que no quieras decir". Liao Ke detuvo la conversación mientras sacaba un rollo de vendas. "¿Puedo tratar tu herida ahora?"

"¡Sí, sí, por supuesto!" El Juez sonrió y volvió a bromear: "Es un honor que el hermano Liao esté dispuesto a cuidar de mi".

"No me vengas con eso, date la vuelta y quítate la ropa". Dijo Liao Ke.

El Juez hizo una mueca y se quitó la ropa del cuerpo, revelando la parte superior de su cuerpo desnudo y delgado. Había muchas marcas de látigo desde sus hombros hasta su pecho, dichas heridas estaban abiertas y todavía salía sangre.

"Veo que tanto tú como Spades tienen una pequeña anomalía en los nervios del dolor". Liao Ke suspiró en un raro momento. "Los dos están tan gravemente heridos que ni siquiera puedo ver donde termina una herida".

Liao Ke envolvió la espalda del Juez venda tras venda, y al final casi envolvió toda la espalda.

Spades no estaba mucho mejor que el Juez, estaba casi envuelto en una momia.

Tras terminar, Liao Ke tomó su propio botiquín médico y se dispuso a irse. Después de abrir la puerta para salir, Liao Ke hizo una pausa y se volvió para mirar al Juez que estaba sentado en el suelo vigilando a Spades que aún no se había despertado. Respiró hondo y gritó:

"Juez"

El Juez giró la cabeza sonriendo: "¿Qué pasa?"

Liao Ke lo miró: "Si simplemente mueres, mi cuñada definitivamente se volverá a casar".

"¡¡Hey!!" La cara del Juez se resquebrajó al ver a Liao Ke abrir la puerta y marcharse. "¡Es difícil para mí casarme, no bromees así!"

Liao Ke agitó la mano y cerró la puerta, su voz con una sonrisa burlona vino de detrás de la puerta. "Si no quieres que tu novia se vuelva a casar, trata de mantenerte vivo, Capitán".

El Juez se apoyó contra la pared y de repente se echó a reír. Se levantó tambaleándose agarrándose a la pared, tomó la caja de cigarrillos colocada sobre la mesa y abrió el balcón de la sala de conferencias con el abrigo puesto.

El Juez se recargó en la barandilla del balcón, sosteniendo un cigarrillo en la boca sin encenderlo.

Sus ojos miraban a lo lejos, a todo lo que había en el juego, mientras una brisa muy ligera soplaba sobre su cabello y el abrigo que colgaba sobre sus hombros.

No había viento natural en la sala del sistema, pero el movimiento de la gente a veces hacía que el aire fluyera, dando la ilusión de viento.

Después de un momento de silencio, el Juez finalmente sacó un encendedor de su bolsillo, cubrió el cigarrillo y lo encendió.

La luz oscilante del encendedor iluminó las cejas y los ojos comunes del Juez de una manera serena y gentil. La punta del cigarrillo parpadeó al ser aspirada, el Juez exhaló una bocanada de humo y el creciente humo blanco y deslumbrante pronto cubrió la serenidad y dulzura, dejando sólo una sensación confusa e intensa de hundimiento.

La puerta del balcón detrás del Juez se abrió de un empujón en algún momento, y Spades, envuelto como una momia, caminó tambaleándose y se inclinó junto al Juez.

El Juez inconscientemente intentó apagar su cigarrillo.

Spades hizo un sonido para interrumpir los movimientos del Juez y lo miró de reojo. "Fumar, ¿qué sabor tiene?"

ME CONVERTÍ EN UN DI0S EN UN JU3GO DE T3RROR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora