Capítulo 5. PRIMERAS IMPRESIONES

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«Ojalá que lo que estés buscando, valga más de lo que estás perdiendo».

«Ojalá que lo que estés buscando, valga más de lo que estás perdiendo»

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—Noe —la voz de Sindy resuena en la amplia sala—. ¿Dónde estás?

Escucha el correr del agua en la regadera y se dirige hasta la habitación. Se asoma un poco en el baño y la ve a través del cristal esmerilado.

—¿Estás bien? —le pregunta un poco preocupada.

El sonido de la voz de Sindy la saca del letargo en el que estaba sumergida desde hace casi una hora. Abre los ojos lentamente, cierra el grifo del agua y voltea a mirarla.

—Sí —contesta en un susurro—. Dame un momento.

Sindy la mira inquieta. Asiente y cierra la puerta. Noelia sale unos minutos después envuelta en su bata de baño. La mirada se le ve apagada y la expresión en su rostro, mortificada.

—¿Qué ha pasado? —indaga Sindy sentándose junto a ella en el borde de la enorme cama—. Te he estado llamando desde que saliste del consultorio. ¿Dónde estabas?

—Fui al hospital a ver a Lucas.

Los ojos de Sindy se abren en toda su magnitud y en su pequeña boca se forma una O.

—No lo hiciste —contradice alarmada.

Noelia asiente con un movimiento de cabeza.

—Quería verlo, te lo dije.

—Y te dije que no te metieras en líos —su voz suena más dura de lo que pretende—. ¿Y qué pasó? ¿Por qué estás así?

—Lo vi —frunce sus labios en un gesto pensativo—. Es absurdamente parecido a Xandro. Es más, son idénticos —mueve la cabeza un poco—. Aunque Lucas tiene algo... —su mirada se pierde un poco en sus pensamientos—. No sabría qué... pero... —cierra los ojos con fuerza y respira profundo—. Estoy muy confundida.

—¿Alguien te vio?

Noelia lanza una pequeña sonrisa amarga.

—No solo me vieron todos los Kontos —aprieta su rostro con sus manos—. Me fui con ellos a la mansión.

—¡¿Qué?!

Noelia se tira hacia atrás y cae de espaldas en la cama. Se abraza un poco y mira a Sindy con aflicción.

—Les mentí, Sindy. De mi boca salían una cantidad de mentiras que... —su voz se apaga—. Me desconozco —una lágrima sale de sus ojos—. No sé en qué me estoy convirtiendo.

Sindy se acuesta a su lado y la abraza con cariño.

—A ver... cuéntame qué fue lo que pasó.

Poco a poco le cuenta todo lo que dijo y la forma en cómo aquellas mentiras se fueron convirtiendo en verdades que ahora la encadenan y la condenan.

Un anhelo del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora