Capítulo 11. REVELACIONES

28 4 1
                                    


"Al final, te das cuenta de que no pierde el que lo da todo, sino el que no lo sabe valorar".

"Al final, te das cuenta de que no pierde el que lo da todo, sino el que no lo sabe valorar"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Noelia estaciona su auto frente al garaje de la imponente mansión Kontos. Al salir, el viento nocturno de diciembre refresca su rostro. El clima se está tornando algo frío aunque el cielo cada vez está menos estrellado. Mientras guarda las llaves del auto en su cartera, una melodía lejana captura de inmediato su atención.

—Un violín... definitivamente es un violín —susurra Noelia, emocionada.

Hábilmente tocado, el maravilloso instrumento llena el aire con las notas de una partitura que Noelia reconoce. Es melómana y, el violín en particular, es uno de sus instrumentos favoritos. Intrigada, sigue el sonido hasta llegar a un pequeño y acogedor chalet acondicionado en la parte trasera de la mansión.

Allí, ve a Giavanna inmersa en la interpretación de aquella melancólica melodía. Las cuerdas del violín vibran en la oscuridad de la noche, creando una atmósfera única. La luz tenue de la luna menguante se filtra por las ventanas del chalet, creando sombras danzantes que acompañan la serenata nocturna. Noelia se queda de pie, hipnotizada, deleitándose con la destreza de Giavanna y la emotividad que transmite con una de aquellas notas cautivadoras.

Giavanna finaliza la última nota del violín. Sus ojos permanecen cerrados mientras permite que la melodía se disipe en el aire. Al abrir sus ojos, se encuentra de frente con la figura de Noelia, quien la observa con fascinante admiración.

Sorprendida por la presencia de su cuñada, Giavanna baja el violín y le dedica una sonrisa cálida. Noelia, sintiéndose un poco indiscreta e inoportuna, se disculpa avergonzada.

—Lo siento, no quería interrumpir —levanta un hombro en señal de disculpa—. Pero no pude evitar acercarme. Tu música es increíble —murmura, tratando de no perturbar el encanto que la sinfonía ha dejado en el ambiente.

—No interrumpiste en absoluto. Al contrario, me alegra que te haya gustado —dice la hermosa jovencita, lejos de estar molesta—. ¿Te gustaría sentarte un rato? —señala un cómodo lugar junto a ella.

—Bueno —concede con una sonrisa—. Está bien.

—¿Estabas fuera de la casa? —pregunta Giavanna, con amable interés.

—Sí. Salí con mi mejor amiga. Nos tomamos una copa.

—Yo nunca salgo. Suena divertido —sonríe con una expresión un poco triste.

—Lo es —Noelia lo nota—. Cuando quieras nos puedes acompañar. Si lo deseas.

La mirada de Giavanna se ilumina casi imperceptiblemente.

—Me encantaría —responde encantada.

—Eres increíble, Giavanna —comenta Noelia con sinceridad y admiración—. Tienes muchísimo talento.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 18 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Un anhelo del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora