9: Manipulador
Phill no tenía números de teléfono de ningún Dubois, puesto que él se había alejado con Vivi de la sociedad y la tecnología hacia décadas, sino siglos. Por eso, seguimos intentando contactar con cualquier familiar que pudiéramos, en vano.
—Ni Georgiana me responde —dijo Elliot después de la hora de la cena, con desgano, aunque la realidad es que Georgiana no le había respondido nunca desde que se pasaron los números en la fiesta de cumpleaños de la abuela, días atrás.
—Es que no le agradas —le había dicho Jane, entre risas, frente a mi tío Allen que los miraba como si hubiese recibido una bofetada. La angustia de mi tío quizás no era visible, pero yo la sentía. Y aumentó cuando mi hermano le hizo cosquillas a Jane para vengarse por su comentario. Su sabor amargo empeoraba con cada segundo que los veía tan cercanos.
A mi también me sorprendía la reciente amistad entre ellos, pero la verdad es que no tenía ni tiempo para cuestionármela como sí lo hacía Allen. La verdad, es que el castillo era un manojo de gente que no sabía qué hacer ni cómo moverse debido a la incertidumbre que Ticia había arrojado sobre nosotros con respecto a Everald y a Bricia y debido al estado inerte de mi abuela.
Yo la manipulaba cada dos o tres horas para beber sangre humana. Aleksi tenía que frenar a mi abuelo con magia y eso generaba mucho estrés en ambos. Sabíamos que estábamos trabajando en contra de sus deseos y forzándolo a ver cómo lo dejábamos apartado y era agotador.
Además, éramos los únicos que enfrentábamos ese drama. Sam se quedaba en pasillo, inquieto, pero sin intentar hablar con mi abuelo o sin aportar ninguna otra solución para mi abuela. Fue Aleksi, a última hora de la noche, el que salió a preguntarle si no tenía más amigos como Antuan que pudieran trasladarse para donar y fue recién ahí que él se alejó para contactarlos.
—No puedo creerlo —musitó Aleksi, entonces, cuando volvió al cuarto después de conseguir que mi abuelo se rindiera y no intentara alimentar a Olive otra vez—. ¿Qué le pasa que está tan perdido?
Dejé a mi abuela en la cama y la arropé, sin mirar a su esposo. Me sentía mal porque yo también era la que lo apartaba de sus anhelos de ayudarla.
—Está mejor —le avisé—. Su mente está menos oscura después de la sangre de Ticia, Antuan, Clarisse y su hijo. La sangre humana también está ayudando, pero creo que es muy lento —Cada vez que entraba en la mente de mi abuela, me parecía ver una evolución. Sin ir tan profundo en los pasillos laberinticos vacíos de su cabeza, pude sentir algo de su consciencia, algo del dolor que replicó en mí cuando fui hasta el fondo—. Cuando los Dubois lleguen, ya podré ayudarla a sanar.
Esperé que no se notara lo poco segura que estaba al respecto. Si en la cena Georgiana no había contestado, al igual que muchos otros, ni siquiera a un mensaje de apremio como el enviado, no sabía qué íbamos a hacer.
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Hodeskalle [Libro 3]
VampirosHodeskalle: La niña del alba LIBRO 3 Kayla White ha aprendido una dura lección: violar las leyes de la naturaleza tiene crudas consecuencias. Y aunque ella no se ha vuelto loca, aún, al beber la sangre de su propia especie, ha descubierto que sus ac...