prologo

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Aclaraciones

En esta historia el papá de Rivers se llamará diferente ya que no quiero que la situación se vuelva incomoda más adelante sabrán porque

Esta historia originalmente está escrita en español (España) aún así voy a tratar se hacerla lo más neutral que se pueda

En esta historia se tratan temas de violencia así que si no son de tu agrado no la leas

Cuando realmente te va mal, buscas tocar fondo para solo ir hacia arriba, y yo he tocado fondo ya. Mi madre murió en un intento de protegerme en un tiroteo en nuestro barrio. Mi padre es un borracho maltratador de mierda. En la universidad me va demasiado mal, no debí haber escogido arquitectura para mi futuro, porque en mis dibujos de pequeño nunca dibujaba putas casas, siempre dibujaba el cielo. Las estrellas. La Luna.

Caminaba por aquella calle que parecía no tener fin y el frío de Massachusetts me calaba cada vez más en los huesos. La noche ya había caído en la ciudad, y yo miraba a la Luna en busca de alguna solución a mi vida, pero mi estómago no dejaba de rugir, tenía mucha hambre, llevaba a base de vasos de agua alrededor de 2 días. Escondí parcialmente mi cara en el cuello alto de mi jersey, solo se escuchaban los sonidos de mis pasos en aquel callejón.

Por fin salí de allí y me metí entre todo el bullicio de gente. Era Navidad, y todos buscaban regalos para sus más allegados, y yo solo rebuscaba en mis bolsillos a ver si tenía una maldita moneda para comprarme algo de comer, pero nada, no tenía nada. Pero como un rayo de esperanza, pude divisar un puesto frente al centro comercial por donde estaba pasando. Achiné mis ojos para ver mejor lo que ponía en aquel gran cartel pudiendo leer "I WANT YOU FOR U.S ARMY".

Les parecerá que estoy loco, pero lo pensé en aquellos segundos, pensé en alistarme al ejército de los Estados Unidos, de hecho... estuve parado unos minutos mirando al suelo, después miraba a la Luna y suspiraba. Cerré mis ojos y sacudí mi cabeza para abrirlos al final, mirar a Uncle Sam e ir hacia el puesto.

-Eh... Hola. Buenas noches. Quería... información acerca del ejército. Podría estar interesado en alistarme.- Miré fijamente a uno de los hombres que estaba allí.

-Buenas noches, feliz Navidad. Veamos... Primero tendrías que pasar unas pruebas físicas, después un examen psicológico, y si entras, irás con la gente novata hasta que tus capacidades sean tales como para ir a misiones.- El hombre tomaba un folleto enseñándome todo lo que estaba mencionando. Saqué las manos de mis bolsillos para colocarme el pelo a un lado con una media sonrisa.

-Eh... durante ese tiempo... ¿Dais alojamiento y comida?

-Por supuesto. ¿Le interesa alistarse?

-Ahm... sí. Sí, me interesa. Voy a alistarme.

-¿Cuál es su nombre?- El hombre uniformado cogió un bolígrafo y una ficha de inscripción.

-Jose.

-¿Qué más?

-Eh... Jose Francisco Félix.- El hombre asintió un poco con su cabeza mientras rellenaba casillas en la ficha.

-Dime tu edad.

-19 años.

-¿Fumas?

-No.

-¿Bebes?

-No.

-¿Tienes familia?

-...

-¿Joven?

-No.

Después de unas preguntas más me dio una copia de la ficha y me dijo que debía presentarme en un cuartel de la ciudad al día siguiente, y que esa sería mi última noche en la ciudad. Solo de pensarlo me salió una sonrisa involuntaria en el rostro, no podía creérmelo. Por fin iba a ir fuera de mi casa.

Mi estómago volvió a rugir, pero esta vez no pensé en comer, pensé en que ya podría comer tranquilamente a partir de aquello. Caminaba a paso rápido con una sonrisa que ocultaba el cuello alto de mi jersey, hasta que llegué a mi casa. Mi infierno. Mis demonios.

Abrí la puerta con mis llaves escuchando golpes provenientes de la cocina, la única luz que estaba encendida en toda la casa. Suspiré, pues sabía lo que venía ahora.

Mi padre se asomó por la puerta de la cocina y el hedor a alcohol me podía llegar a pesar de que nos separaban metros. Salió de allí a paso rápido, yo negué y subí las escaleras de dos en dos pues sabía lo que venía. Antes de poder llegar a mi habitación sentí un tirón de mi pelo que me hizo retroceder.

-¿Dónde has estado todo el día? Siempre te escaqueas de limpiar la puta casa, desgraciado.- Él seguía tirando de mi pelo y yo cerraba los ojos con fuerza para ocultar las lágrimas que amenazaban con salir de estos.

-He estado buscando trabajo, y no bebiéndome hasta el agua de los floreros como tú. ¡Suéltame! Me haces daño.- De un puñado me soltó con fuerza hacia la pared, haciendo que chocara con esta.

No me dio tiempo a recomponerme cuando su mano impactó en mi mejilla. Me quemaba la piel por el impacto, pero no me permití ni sollozar en aquella situación. Alcé mi mirada hacia la de él pudiendo ver como el siguiente golpe ya venía. Su puño impactó en mi frente, y mi cabeza chocó con la pared, pero yo ni me llegué a quejar, me mordí la lengua para ello y hasta saboreé mi propia sangre de lo fuerte que la mordía.

-No le hables así a tu padre.

-No trates así a tu hijo.

Y en ese momento me agarró del pelo, haciendo que mi sien impactara con la pared. Todo se volvió negro.

Bienvenidos a mi vida.

Ejercito ( Riverduccion)( En Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora