Capítulo 16: Ahora estás, ahora ya no estás

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Todas las posesiones de Bill residían en la habitación de Tom y ahora sólo podía considerarse como su espacio compartido. La cosa que Bill más valoraba, o sea, el baúl de sus tesoros brillantes, había sido lo primero en mudarse de una habitación a otra, ahora yacía junto a la cama, tal como en el antiguo edificio abandonado que Bill había llamado hogar.

Ahora éste era su hogar.

La llave del auto de Tom, reposaba inocentemente en el fondo de dicho baúl.

Tom sentía que estaba haciendo algo terrible al tomarla, como si le estuviera robando a Bill alguno de sus tesoros mientras él dormía.

Bill estaba acurrucado a midad del colchón, inmerso en la masa de mantas. Su frente estaba arrugada en una mueca de descontento y sus dedos buscaban sujetar algo que no estaba ahí. A Tom le hubiéra gustado estar ahí, darle a Bill la compañía que tanto buscaba entre sueños, pero si lo hacía, probablemente nunca regresaría al trabajo.

A Tom le hubiera gustado nunca tener que regresar al trabajo.

Bill resopló, sus párpados temblaban miéntras se deslizaba más hacía el lado de la cama donde Tom había dormido, sus manos aún lo buscaban. Tom se removió ansiosamente, observando las largas pestañas de Bill revolotear y sostuvo su aliento cuándo pensó que se despertaría, pero Bill no lo hizo, sólo enterró más el rostro en la almohada que compartían. Incluso dormido, Tom pensó que Bill parecía confundido y angustiado al ser dejado solo en la cama.

No era como si Tom lo estuviera abandonando, sólo iría a trabajar. La mayoría de la gente trabaja, es algo que se debe hacer. No era algo que Tom entendiera o apoyara, pero es lo que debe hacer. Al igual que Tom, Bill no era una persona madrugadora. No había necesidad de despertarlo sólo por que Tom se iría. No había necesidad de despertarlo, porque si lo hacía, entonces Tom no iría a ninguna parte. Bill haría alguna mueca y le ofrecería algún dulce para persuadirlo. Empezaría a hablar acerca de plantar un árbol o de ir a ver a Destellos, sólo con la intención de distraerlo. Y Tom lo dejaría, él permitiría ser distraído.

Entonces su jefe llamaría y lo amenazaría con despedirlo otra vez.

Así es mejor... Tom se dijo a sí mismo, miéntras observaba los dedos de Bill abrirse y cerrarse en el espacio vacío que había dejado Tom en la cama y sentía que su corazón se apretaba con cada movimiento.

– Estarás bien. – Dijo en voz baja. No pudo evitar cubrir la mano de Bill con la suya. Bill inmediatamente se aferró a ella con una fuerza inesperada. No se despertó, sólo suspiró suavemente contra la almohada, acurrucando su cuerpo alrededor de sus manos entrelazadas. Su piel se sentía cálida entre las mantas y la palma de su mano se amoldaba perfectamente a la de Tom.

Tom tragó saliva y retrocedió un paso
abruptamente, tratando de apartar su mano. Bill se quejó entre sueños aferrándose posesivamente y haciendo una mueca de obvia irritación.

– Tengo que irme por unas horas... – Tom dijo inutilmente, miéntras tiraba de su mano. Bill sólo la apretó mas fuerte. No estaba listo para dejar ir a Tom incluso si estaba dormido, aunque tampoco lo haría si estuviera despierto. Tom echó un vistazo a la habitación. – Oh. – Su oso de peluche estaba sentado en una esquina de la cama. Era suave y lucía deteriorado por tanto apretarlo, el peluche estaba desgastado así que el oso se caía de un lado cuando lo sentaban. Era un preciado juguete de su infancia. Tom presionó el oso amablemente contra los dedos de Bill, y al mismo tiempo retirando la suya. Bill apretó el oso contra su pecho y su rostro pareció suavizarse un poco. – Cuidamelo por un rato. – animó, alejándose de la Tom le cama lentamente y dándole vuelta a la llave entre su mano hasta que se sintió tibia contra su piel. Bill gimió contra la almohada, como si supiera que estaba siendo abandonado. – Te la devolveré en cuanto llegue a casa. –  Le prometió. Bill no despertó, pero sus dedos apretaron el oso y Tom tragó saliva, pasando un dedo sobre las mantas en lugar hacerlo sobre el brazo desnudo de Bill.

A través de sus ojos | fic tollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora