A través de sus ojos | fic toll

Capítulo 22: Interludio: Recuerdos de Navidad

– Especial de Navidad... – Tom murmuró, cambiando los canales de la TV a una velocidad impresionante. – Especial de Navidad, especial de Navidad, música navideña, Cuando el Grinch salvó la Navidad...

Tom detuvo su navegar por los canales arrugando las cejas con desaprobación. La criatura verde y peluda en la pantalla le estaba dando un abrazo a una niña.

– ¿Cuándo el Grinch salvó la Navidad? Eso es pura mierda. Se supone que el Grinch debe destruir la Navidad. ¡Para eso es e Grinch! – Bill asomó la cara de debajo de su capullo de gruesas mantas para darle a Tom una mirada curiosa.

– ¿Por qué? – preguntó bostezando, acurrucándose más en el sillón y empujando a Tom con su pie cubierto por un grueso calcetín.

Ahora que diciembre había llegado, el espíritu navideño se dejaba ver en todas partes. Lo único que había en la Televisión eran capítulos repetidos de especiales navideños de años pasados. Los vecinos de Tom habían comenzado a instalar su santa inflable y su reno brillante en el jardín.

En cacao's Tom había sido obligado a colgar guirnaldas, lucecitas y festivos copos de nieve hechos de papel. Él había colgado la guirnalda torcida y había aventado las lucecitas sobre una planta muerta con la esperanza de que se incendiara para demostrar lo que realmente pensaba acerca de ser «festivo».

Incluso la naturaleza parecía querer unirse a la festividad. Obviamente, los árboles eran verdes pero últimamente Tom pensaba que lucían demasiado verdes.

– ¿Por qué? – Tom repitió, acariciando ociosamente el pie cubierto de Bill. – Porque es el Grinch, Bill. ¿No conoces al Grinch? ¡Él se robó la Navidad! – Tom arruga las cejas. – Pero parece que la devolvió, aunque personalmente pienso que la película perdió su integridad después de la segunda mitad – Bill suspiró suavemente y se removio para acurrucarse más dentro de su capullo y darle a Tom un mejor acceso para que frotara su pie. – ¿Quieres que te quite el calcetín? – preguntó. Cuando Bill murmuró una respuesta positiva, Tom le quitó el tonto y abultado calcetín, dejándolo caer al suelo y haciendo cosquillas en la planta del pie de Bill. – El Grinch es mi personaje navideño favorito. – Tom dijo, decidiendo frotar de nuevo el pie de Bill antes de que lo pateara. – Es un desgraciado, pero al mismo tiempo es realista. Y míralo ahora. – Tom apuntó a la TV con una mueca de disgusto. – ¡Lo han convertido en un conejo verde y cariñoso!

– Me gustan los conejos cariñosos. – Bill dijo, picando en estomago de Tom con el dedo de su pie.

– Pero ese no es su propósito. – Tom insistió. – ¿Has visto la película original? – Bill suspiró de nuevo, estaba tan enterrado en su capullo de mantas que Tom solo podía ver sus ojos, los cuales parpadeaban soñolientamente y cada vez tardaban más en abrirse.

– Si. – murmuró en un tono que Tom ya había descubierto que significaba
«No tengo idea de lo que estas hablando porque estas muy, muy loco, pero estaré de acuerdo contigo por que yo también estoy muy, muy loco.»

– Okay. – Tom dijo en voz baja al darse cuenta que los ojos de Bill permanecieron cerrados. – La veremos mañana.

Bill murmuró algo entre sueños, acurrucándose más entre las mantas. Tom frotó su tobillo una última vez, antes de levantar el calcetín y ponerlo de vuelta en el pie desnudo de Bill.

[...]

Bill estaba impresionado con la película. Habló en rimas todo el día, imitando las que decían los personajes e inventando unas cuantas él mismo.

– Estás demasiado emocionado. – Tom bromeó, mientras Bill cantaba una canción sobre los Quienes de Villaquien. Bill revoloteaba por la habitación en lo que probablemente él consideraba bailar. Tom intentó esconder su sonrisa pero falló.