Tregua

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CRISTIAN ALEZUZ

La miro salir de la habitación y le sonrió, había pasado toda la noche en el pasillo velando por ella. Una se las veces que pasaba por su habitación por la madrugada, escuchaba sollozos que venían de dentro, todas esas veces quiso abrir la puerta, acercarse a ella y abrazarla con fuerza contra su pecho; la necesidad de cuidarla, de protegerla, de librarla de ese peso asfixiante que tenía eran tan inmensas que no sabía como ayudarla.

Quería cuidarla, protegerla, tenerla encerrada en una linda cajita de cristal para que nadie pudiera entrar y hacerle daño. La vez que se entero en la mansión del padre de Betchet, la sangre le hirvio en ira, desesperación y decepción. Se suponía que se había alejado con la promesa de entrenar para ser lo suficientemente fuerte para poder protegerla a ella, pero, ¿cómo podría protegerla sino estaba a su lado?; tuvo la extraña y errante idea, de que aunque el no estuviera a su lado ella estaría bien

Grave error, jamás se imagino siquiera el infierno que ella estuvo pasando en esos años donde él estuvo lejos.

Buenos días, Cris- le saludo ella con una pequeña sonrisa, la calidez en su pecho al escucharla llamarle por su nombre era tanta. La manera en que aquel cariño inocente de niños creció a pesar de la distancia era tan insana y preocupante, aún así, lo hacía. La quería demás.

Buenos días señorita- le saludo él con cortesía, con esa misma expresión neutral que tenía en todo momento, aunque por dentro se derretía en ternura cada vez que sus ojos grises cruzaban con su mirada azul-, ¿descanso bien?- agregó, momentos después al mismo tiempo que se acercaba a ella, al estar frente a ella saco una de sus manos de su bolsillo y arreglo el dije que colgaba de su cuello al estar torcido, bajo la atenta mirada de ella

Si, gracias, Cristian.- sonrió ella, el se contuvo a soltar un suspiro al escuchar su nombre salir de sus tan lindos, pequeños y perfectos labios color rosa pálido

No tiene porque agradecer- dijo sonriéndome ligeramente, ella sonrió con dulzura- el desayuno esta listo, señorita.- se hizo a un lado para señalar el pasillo y darle paso

Que bien, llama a Braxton y a Chika, necesito hablar con ellos.- dijo ella tomando camino hacia las escaleras para ir a la cocina- también llama a Edward, dile que traiga al niño. Pide que preparen una habitación contiguo a la mía para él.- siguió, al llegar a las escaleras empezó a bajar

Él le siguió de cerca escuchando atentamente cada una de sus palabras, admiro su linda espalda a una distancia prudente. La camisa color celeste era algo floja, el jeans negro que usaba le quedaba ceñido a su figura y unos zapatos converse color negro cubrían sus pies. Su cabello color blanco estaba atado en una coleta alta, un par de prendedores y unos cuantos mechones en el rostro

Era más que perfecta a sus ojos

Una sonrisa tierna se formo en su rostro, al notar que usaba aquel collar que le había obsequiado antes, y que jamás creyó entregarle. Lo compro antes de regresar

Cuando fue llamado, creyó que ella ya sabía completamente lo de su padre, y al fin le había pedido que el regresara. Y tal vez, tenia la esperanza, de que aquella promesa inocente se cumpliera.

Intento no pensar en ello para no desanimarse, al final de las escaleras ella se detuvo y le miró

Luego del desayuno señorita.- fue lo único que le dijo sin poder ocultar su sonrisa

Es extraño cuando sonríes- murmuro ella mirándole a los ojos, el aparto el rostro de inmediato- no, no, no lo decía por eso. Te vez lindo cuando sonríes, hazlo un poco más...- ella le miró

El rostro de él enrojecio ante sus palabras

Señorita- llamo alguien entrando al living, donde estaban ellos

Si, dime- dijo ella retomando su camino hacia la cocina

Dos de las entregas fueron emboscadas mientras dormia.- informó el. Ganándose una mala mirada departe de el oji-azul

Tiene que ser una jodida broma...- se quejo ella, cambiando su camino hacia él

Marshina. El desayuno.- dijo él en tono serio, frunciendo el ceño

Tengo que atender esto- se quejo ella, sus ojos se abrieron ligeramente en sorpresa cuando el la retuvo tomándola de la muñeca

Primero el desayuno, luego lo demás. No has comido, ¿acaso piensas desmayarte otra vez por días?, ¿eso quieres?- prácticamente gruño él mirándola a los ojos

Ella simplemente le miró, sorprendida ante su mirada tan molesta. Un silencio incomodo reino el living sonde ambos tenían una pequeña guerra de miradas y el guardia que había llegado para informar aquello tenía ganas de huir antes de ser aplastado por esa tensión tan extraña que se había formado entre ellos

Bien.- cedió ella, causando que él le soltara la muñeca- preparará un informa para luego del desayuno y házmelo llegar con Brian.- dijo ella, retomando su camino a la cocina

Buena chica.- apremio él sonriendo

Vete al carajo Cristian, no soy un perro- se quejo ella bufando, con una linda sonrisa en sus labios

Sí, sí, lo que digas. Anda, el desayuno se enfriara- regaño apurandola

Voy mamá- se quejo ella rodando los ojos, apenas entro a la cocina el delicioso aroma a tocino, huevo, y jockeys inundo sus fosas nasales provocando que su estómago gruñera en el acto- huele delicioso...- tarareo ella fascinada, se acercó a la mesa donde estaba todo listo para ser devorado

Provecho- dijo él con calma, mirándola en todo momento. Le alegraba que le gustará, jamás había cocinado para alguien más que no fueran su padre o hermana

Le miró atentamente en todo momento mientras ella degustaba del desayuno y disfrutaba de ello soltando suspiritos y gemidos extasiados ante la exquisites de cada cosa

Luego de ello, ambos fueron a la habitación de Braxton, la dejo con él y luego de fue a lo que le pidió antes.

Miró su teléfono y soltó un gruñido, marcó el número. Ese policía le caía muy mal, nada más tenía su número porque no quería salir de ahí por la preocupación que tenia por ella, lo único que logro sacarlo de ahí fue convencerlo de que le llamaría si pasaba cualquier cosa, pero que se tenia que largar de ahí a atender al niño y su trabajo.

La noche anterior luego de dejarla descansando, le llamó y le aviso que ella había despertado. Fue una lucha tortuosa de quince minutos para convencerlo que se quedara ahí y que no llegará

Al segundo tono, Edward atendió la llamada

"¿Cómo está ella?"- fue lo primero que dijo, Cristian apretó la mandíbula molesto

Esta bien, quiere que vengas con el niño.- informó

"Bien. Estaré ahí pronto."- fue lo único que dijo antes de colgar la llamada

Cristian respiro de forma profunda tratando de calmar su mal humor. Ese policía lo sacaba rápido de quicio, sino fuera por ella, desde yace mucho estuviera muerto.

Solo habían echo una pequeña tregua mientras ella estaba inconsiente, solo un jodido momento. Ahora, las cosas regresaban a la normalidad con ella despierta y, aparentemente, bien; no se soportaban entre ellos, porque entre ellos sabían perfectamente sus intenciones

Ambos estaban interesados en ella.


La Nerd Mafiosa (Trilogía Freschus #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora