preocupaciones

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Si bien el plan de Hinata había salido a la perfección, aquellos dos idiotas parecieron no entender sus órdenes. Y además de eso, cuando habían dado por finalizada la pelea, unos hombres comenzaron a atacar. Hinata también se vio en la necesidad de pelear. Finalmente, cuando aquellos intrusos ya no eran un peligro, Hinata notó lo gravemente heridos que se encontraban los dos y se dispuso a llevarlos al hospital. Llevando a los dos chicos sobre sus hombros, con varios golpes y manchas de sangre a su alrededor, Hinata corría lo más rápido que podía hacia el hospital de Konoha. La preocupación y el miedo de que alguno tuviera heridas de gravedad la impulsaban a no detenerse. Al llegar, dos ninjas médicos se apresuraron a ayudarla, colocando a los chicos aturdidos en camillas y llevándolos a una habitación para sanar sus heridas.

Uno de los médicos se ofreció a curar las heridas, pero ella lo interrumpió..

"No te preocupes " sonrió, tocando su hombro. "Me encargaré de ellos dos " dijo, siguiendo a las camillas que se alejaban.

Al entrar en la sala, suspiró al darse cuenta de la gravedad de ciertas heridas y lo complicado que sería sanarlas. Además, el proceso tomaría tiempo. Observó los rostros pálidos de los chicos y sintió una punzada de culpa. Con manos firmes pero delicadas, comenzó a canalizar su chakra hacia las heridas más graves. La luz azul emanaba de sus manos, iluminando la habitación con una tenue esperanza. El sudor perlaba su frente, pero no dejó que la fatiga la dominara.

"Bien, esto será complicado " murmuró Hinata, acercando sus manos y canalizando su chakra curativo hacia las heridas de ambos chicos. Poco a poco, las heridas más superficiales empezaron a sanar por completo. "¿Qué parte de "no quiero que mueran" no entendieron? " agregó con un tono de reproche, aunque con una leve sonrisa que suavizaba sus palabras. Negó con la cabeza y continuó con su labor, enfocándose en las heridas más profundas. Los minutos pasaban, y las lesiones iban siendo cada vez menos graves.

Lejos de allí, una asustada pelirrosa caminaba apresuradamente rumbo al hospital, notificada por Ino de que su marido y amigo se encontraban gravemente heridos. La angustia la carcomía, temiendo por la vida de su esposo. Al llegar, corrió directamente hacia Ino, buscando respuestas.

"¡Ino! " gritó Sakura desesperada al verla. "¿Tienes alguna noticia? ¿Sabes cómo está mi esposo? " su angustia era palpable, y la rubia intentó calmarla.

"Sakura, tranquila " dijo Ino con voz serena, aunque su preocupación también era evidente. "Hinata está con ellos. Ya sabes lo buena que es curando. " sonrió Ino, tomándola por los hombros. "Él estará bien. Hinata se está encargando de los dos, ella fue quien los trajo " dijo, observando la reacción de su amiga. "Además, en tu estado no es bueno que corras y mucho menos que tengas emociones fuertes. "

Sakura la miró molesta, pero después suspiró, intentando relajarse. "Ven, vamos por un poco de té " sugirió Ino, guiándola hacia la cafetería del hospital. Una vez allí, Ino pidió un café y Sakura un té. Mientras esperaban sus bebidas, Sakura no pudo contener su ansiedad y comenzó a hablar.

"¿Sabes qué fue lo que sucedió? ¿Atraparon a los criminales? " preguntó, nerviosa.

Ino sacudió la cabeza, su expresión se tornó seria. "No lo sé, Sakura " suspiró Ino. "Solo vimos entrar a Hinata asustada con los dos y diciendo que los encontró no muy lejos de la aldea, inconscientes. "

"¡Ino!" Grito Sai acercándose a las dos mujeres, sonriendo mientras besaba a su esposa en la frente. "Supongo que estás aquí por Naruto, ¿verdad, Sakura? " dijo, dirigiéndose a la pelirrosa.

"¿Sabes algo, Sai? " preguntó Ino, sorprendida. "Pensé que saldrías tarde hoy " agregó, viendo cómo Sai se sentaba frente a ellas.

"Shikamaru me dijo que viniera a investigar y vine tan pronto como escuché lo sucedido " respondió Sai, su rostro serio por primera vez.

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