Encuentro

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El pueblo de Tajo era un lugar pintoresco y enigmático, situado en el corazón de un valle rodeado de montañas. Con calles adoquinadas y casas de piedra cubiertas de enredaderas, Tajo parecía detenido en el tiempo. Sus habitantes, aunque hospitalarios, guardaban celosamente los secretos y leyendas que envolvían a su comunidad.

Las colinas que rodeaban el pueblo estaban salpicadas de bosques espesos, y a menudo se decía que extrañas criaturas rondaban entre los árboles al caer la noche. La iglesia del pueblo, con su campanario alto, dominaba el paisaje

En este lugar, los cazadores eran muy importantes, puesto que se dedicaban a proteger de Tajo, dispuestos a mantener a raya cualquier amenaza sobrenatural. Entre ellos, el coronel Topo, el cual era una figura destacada y respetada.
Topo, cuyo verdadero nombre era Gustavo, había nacido y crecido en Tajo. Desde joven, se sintió atraído por las historias de criaturas místicas y peligros ocultos en los bosques. Sus amigos más cercanos eran los cazadores del pueblo, Alvin y Tavella, con quienes pasaba largas noches discutiendo sobre los misterios y enigmas que rodeaban a Tajo.

Al alcanzar la mayoría de edad, Topo se unió formalmente a los cazadores.Reconociendo su talento y dedicación, el alcalde Hernández decidió otorgarle el título de coronel, un honor reservado para aquellos que demostraban ser los mejores y más valientes defensores del pueblo. Durante una ceremonia solemne en la plaza central, Topo recibió su nuevo rango, junto con la responsabilidad de comandar una pequeña tropa de cazadores.
Entre los miembros de esta tropa estaba el teniente Pedro, un joven cazador con una astucia y destreza comparables a las de Topo. Pedro y Topo se hicieron amigos rápidamente, compartiendo la misma pasión por proteger a Tajo y una visión común de lo que significaba ser un cazador. Juntos, patrullaban los bosques y montañas, enfrentándose a diversas amenazas y fortaleciendo el vínculo entre ellos.

Pocos días después, Topo y Pedro lideraron su primera misión juntos. Debían investigar informes de actividad criminal en los pueblos aledaños al norte de Tajo. Caminando entre los árboles, Pedro rompió el silencio.

-Siempre he admirado a los cazadores -confesó Pedro-. Mi padre fue uno de los mejores, pero murió cuando yo era niño.

Topo lo miró, comprendiendo la carga emocional detrás de esas palabras.

Topo: Tu padre estaría orgulloso de ti, Pedro, Eres una gran persona

Pedro asintió, sintiendo una conexión inmediata con su nuevo líder.

Pedro: ¿Sabes, Topo? Siempre me he preguntado qué se siente al estar a cargo. ¿No tienes miedo de tomar las decisiones equivocadas?

Topo reflexionó un momento antes de responder.

Topo: El miedo siempre está ahí, Pedro. Pero lo importante es usar ese miedo para mantenernos alertas. Las decisiones difíciles son parte del liderazgo, pero confío en mi equipo, y en ti y eso hace que todo valga la pena.

Pedro: Espero poder ser tan buen líder como tú algún día -dijo con sinceridad.

Topo le dio una palmada en el hombro.

Topo: Ya eres un gran líder, Pedro. Solo sigue tu corazón y nunca dejes de luchar por lo que es correcto...

La tranquilidad habitual del pueblo de Tajo se había visto gravemente perturbada en las últimas semanas. Todo comenzó con la desaparición de un joven pastor que solía llevar su rebaño a pastar en los prados al borde del bosque. Cuando su cuerpo fue encontrado, estaba pálido y frío, sin una gota de sangre en sus venas.

La noticia se propagó rápidamente, y los aldeanos comenzaron a aterrorizarse. Pronto, más personas comenzaron a desaparecer: una mujer que volvía de visitar a su hermana en el pueblo vecino, un comerciante que cerraba su tienda al anochecer, y un niño que jugaba cerca del río. Cada uno de ellos fue encontrado muerto, con la misma aterradora característica: cuerpos sin sangre.

BESTIA - Cuarteto de NosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora