La verdad

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Robert y Topo regresaron apresuradamente a la mansión después de haber causado un desastre total en Tajo.
Topo estaba herido por el disparo de Tavella y, aunque la herida no era mortal, el dolor lo tenía en un estado de furia incontrolable. Robert intentó calmarlo, pero cada intento de acercamiento provocaba gruñidos amenazantes por parte de la bestia.

-Tranquilo, Topo. Esto es temporal -dijo Robert, manteniendo su voz firme pero calmada.

Sin embargo, las palabras del conde no parecían tener efecto. Topo seguía mostrando sus colmillos y lanzando zarpazos al aire, descontrolado por el dolor y la rabia. Viendo que no podía controlar a Topo solo, Robert llamó a sus siervos.

-¡Traigan las cadenas y llévenlo a su habitación! -ordenó Robert.

Los siervos rápidamente trajeron unas gruesas cadenas. Entre varios, lograron sujetar a Topo, quien luchaba con todas sus fuerzas, lanzando mordiscos y zarpazos. A pesar de su resistencia, las criaturas consiguieron inmovilizarlo y lo llevaron de vuelta a su habitación.

-Ahí te quedarás hasta que te calmes -dijo Robert, observando cómo sus siervos aseguraban las cadenas.

Topo continuó luchando, intentando liberarse, sus movimientos cada vez más desesperados. Gruñía y tiraba de las cadenas con una fuerza impresionante, pero estas estaban firmemente aseguradas. Finalmente, el agotamiento comenzó a hacer efecto en él. Sus movimientos se hicieron más lentos y sus gruñidos más débiles. Con el cuerpo dolorido y la mente agotada, Topo se desplomó en el suelo, cayendo en un sueño profundo.

Topo durmió durante todo el día, con su cuerpo y mente recuperándose de la transformación y el caos de la noche anterior. Cuando la noche siguiente llegó, despertó en su forma humana, sin ningún rastro de su aspecto animal. Miró sus manos manchadas de sangre seca y sintió un horror creciente al recordar fragmentos borrosos de la masacre que había causado.

 Miró sus manos manchadas de sangre seca y sintió un horror creciente al recordar fragmentos borrosos de la masacre que había causado

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Aún encadenado, intentó liberarse con desesperación, tirando de las cadenas con todas sus fuerzas. Justo entonces, la puerta se abrió y el conde Robert Musso entró en la habitación con una expresión tranquila y calculadora.

Topo se quejó, su hombro aún le dolía pero tenía más coraje hacia el conde

-¡Qué demonios hiciste anoche! -gritó Topo, con sus ojos llenos de furia y miedo-.¿Por qué estoy manchado de sangre?

-Topo, querido nío, anoche fue tu primera verdadera prueba -dijo Robert suavemente-. Te transformaste en la magnífica bestia que estabas destinado a ser y desataste tu poder sobre el pueblo. Y aquel dolor en tu hombro es el resultado de un disparo que recibiste. Pero sobreviviste, y eso es lo importante.

Topo se enfureció aún más al escuchar esas palabras.

-¡Eso es lo importante! -rugió, tirando de las cadenas-. ¡Maté a personas inocentes! ¡Estoy cubierto de su sangre! ¿Cómo puedes decir que eso es lo importante?

BESTIA - Cuarteto de NosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora