Espero ser correspondido.

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— Justin... — Escuche una voz. — Justin cariño, levántate. — Me comenzó a sacudir e ignore su acción acomodándome otra vez. — ¡Levanta tu culo pedazo de rubio teñido! — Gritó y reí aún somnoliento. — ¡Ugh! Definitivamente tienes el sueño pesado.

Cuando pensé que se había rendido en su tarea por despertarme, sentí como se cernía bruscamente sobre mi cuerpo, dejando sus piernas en cada lado de mi torso a la vez que me besaba fugazmente.

Oh joder, así era bueno despertar.

Corrí su cabello ya que se habían interpuesto algunos mechones en nuestro beso y aproveche de acariciar sus muslos desnudos a causa que la camisa que le he prestado se subió.

— Buenos días. — Sonrió en medio del beso. 

¿Cómo podía ser tan adorable y caliente a la vez?

— Muy buenos días. — Respondí algo atontado por la sensación de nuestras bocas juntas, a lo que ella rió y volvió a inclinarse para besarme, solo que está vez nos impulsé hacia atrás quedando sobre su cuerpo. — No me he lavado los dientes.

— Lo sé, no me importa. — Siguió ejerciendo presión contra mi boca acariciando con sus manos mi cuello y tirando de mis cabellos. Rompí el beso para bajar por su clavícula dejando varios besos castos pero profundos allí, pude escucharla gemir por lo bajo a lo que la imité al sentir como me empezaba a doler allí abajo. ¿Desde cuándo estaba como un crío necesitado por echar un polvo?

«Desde que Amber entro a tu vida» Responde mi conciencia.

Me las arregle para pasar mi mano por debajo de la camisa, sintiendo su suave y tibia piel estremecerse, mientras que mi mano derecha se encargaba de sostener sus manos por sobre su cabeza sin dejar que se moviera o me tocará. Mordí una parte de su cuello utilizando mi lengua y Amber elevó sus caderas produciendo que nuestras partes íntimas se rozaran.

— Justin, tu herma...hermanito entrará y...y... — Habló entre cortado por lo que sonreí y chupe su cuello tirando con mis dientes su piel y así procurar dejarla marcada. Me alejé para mirar mi pequeña obra de arte y estuve satisfecho al notar como la zona afectada se tornaba de un color rojizo. — Oh Dios mío, ¿acabas de marcarme? — Abrió sus ojos dejándome una perfecta vista de sus iris azules.

— Sí que te he marcado nena. — Respondí orgulloso, lo siguiente que hizo Amber fue voltearnos a ambos volviendo a retomar su posición inicial. Ella encima de mí. Alcé mi ceja divertido. — ¿Qué pasa? ¿He sacado al gatito de allí adentro? — Bromee.

— Cállate. — Soltó juntando sus manos con las mías y apoyándolas en la almohada. Estaba tomando el control de la situación y eso me ponía bastante. Las fue soltando levemente para besar desde mi abdomen, subiendo por mi pecho hasta el lóbulo de mi oreja, sentí su lengua besar allí y solté un gruñido. — Santa mierda. — Volvió a hacer el mismo recorrido, solo que está vez utilizo más lengua pasando por mis ojos, mi nariz y mi boca. Había algo mal aquí. Su aliento apestaba filete, Amber era vegetariana. Abrí mis ojos y encontré a Esther arriba mío pasando su lengua por mi rostro.

Fue un sueño. Uno jodidamente caliente.

— Estheeeeer. — Tomé sus orejitas y las acaricie. — Llegaste en el momento menos indicado. — Pasé una mano por mi cabello, frustrado y suspiré. Miré a mi lado donde Amber definitivamente no se encontraba de lo contrario me hubiera despertado en el momento que comencé a gemir despavorido. Hubiera sido realmente vergonzoso. Justo ella apareció por la puerta vestida con los pantalones de ayer, sonreí al verla con una camiseta mía que seguramente robo sin permiso. A su lado estaba Jaxon, quien corrió en dirección a la cama y se acurruco conmigo.

— Hola Justin. — Dio un besito en mi mejilla.

— No se dice hola, Jax. — Corrí su cabello hacia arriba. — Se dice "¿Qué onda Justin?" — Corregí.

— ¿Qué onda Justin? — Cubrió si boca con ambas manitas mientras se reía.

— Excelente, vamos progresando hermanito. — Choque nuestros puños como le he enseñado estos días. El sería mi propio reflejo en un futuro, no había duda de eso. — ¿Cómo has dormido campeón?

— Bien, aunque Esther no me dejo moverme en la cama, ella ocupo todo el espacio. — Un puchero apareció en sus labios.

— Esther, eres una mala mascota. — La regañe. — Tú duermes conmigo hoy compañero.

— ¿Amber no se quedará? — Preguntó a lo que ambos la miramos.

— Uhm, tengo que ayudar con la tienda a mi mamá chicos, lo siento. — Metió un mechón de cabello detrás de su oreja.

— ¿Pero estarás con nosotros hoy verdad? — Volvió a interrogar.

— ¡Claro que sí! Además Justin nos prometió algo, creo que hoy es el día ideal para cumplirlo. — Se cruzó de brazos y llevo una de sus cejas hacia arriba.

— ¡¿Nos llevaras Disney, Justin?! — Saltó en la cama emocionado Jaxon.

— Si Justin, ¿nos llevarás verdad? — Ánimo Amber y la miré fijamente desafiándola con la mirada. Lamentablemente perdí en el juego de quemadas.

— Claro que si Jaxon, así que lo mejor será que vayas por tu mochila... Iremos a Disneyland. — Sacudí el cuero cabelludo de mi hermano y lo vi marcharse de la habitación con Esther en brazos. Amber iba a ir detrás de él cuando fui más rápido y la acorrale contra la puerta. Aún estaba algo revolucionado con respecto a mis hormonas debido al sueño. — Me las vas a pagar Sawyer.

— Ponme a prueba, Bieber. — Retó acercándose a mi boca y la empuje desde su cintura para que nuestros cuerpos quedaran juntos.

— No tengo porque, ya caíste en la prueba Amber. Te dije que estarías colada por mí en algún momento y así ha sido. — Susurré debido a la cercanía.

— Yo no estoy colada por ti.

— ¿No? — Me aproxime peligrosamente a su boca. — Porque yo si estoy colado por ti Amber, mucho, es más... me encantas. — Dije lo último en su oído besando levemente su mejilla. — Y espero ser correspondido con ese sentimiento. — Acaricie con mi nariz su pómulo izquierdo y me alejé para ir a la ducha, que la necesitaba urgentemente.



Esther ➸ j.b (Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora