Mikey

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Mikey

Miré el reloj por tercera vez en los últimos 15 minutos, Col debería haber llegado hace dos horas, no quería preocuparme pero después de que mi padre muriera en un accidente de coches, era un tema sensible par mi. Mi yo racional sabía que incluso si fuera el caso, Col era un hombre lobo alfa, un accidente de coche solo lo magullaría un poco, quizás le llevara unos días recuperarse, pero difícilmente sería letal para él. Mi yo patético y trágico estaba caminando por las paredes imaginando los peores escenarios. Minner y Malcon se habían despedido de mi antes de hacer su propio viaje a casa por lo que ni siquiera podía distraerme con sus peleas constantes. Ya era pasada la media tarde y afuera había oscurecido y estaba callando la primera lluvia de la temporada.

Ding Dong ....

Mi teléfono sonó haciéndome dar un brinco en mi sitio, por poco no lo tiro al suelo en el apuro por contestar, el número de Dex apareció en la pantalla y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Mi relación con el alfa no era mala, era el hermano mayor de mi mejor amigo y nada más, nos llevábamos bien pero no lo suficientemente como para que me llame para chequear como estaba.

—¿D-Dex?—mi voz sonó una octava más aguda de lo que pretendía.

Hubo un silencio en la línea antes de que su voz llenara el auricular.

—Donovan irá por ti, es importante, tienes que escucharme, Col.... Él...

—¿que?—lo interrumpí, bajo otra circunstancias no me hubiera atrevido a interrumpir al alfa de la manada, pero mi cerebro llevaba horas sumido en un círculo de desesperación dentro de mi propia cabeza  como para que no me importaran demasiado las consecuencias.

—te lo explicaré cuando llegues—su tono era neutro pero había algo en el filo de su voz que no ayudaba a que me quedara tranquilo.

—¿que? ¿Por qué ?

—Col no puede ir por ti, es solo... confía en mi Mikey, Don ya está en camino.

—Pero  Col dijo... Col...—todos los pensamientos se arremolinaron en un caos dramático impidiendo que soltara más que balbuceos ¿dónde estaba Col? ¿Por qué no venía? ¿Por qué no me decían nada? Col nunca había dejado que otro alfa me recogiera, Col debía estar herido o enfermo, los alfas no se enfermaban, no era frecuente, pero Col tenía una condición de nacimiento en su corazón, Col, mi Col. pensamiento de él con su cama luchando con un corazón que amenazaba con pararse llenaron mi cabeza que giraba en círculos, donde todo lo que se repetía era Col, Col, Col.

Un ruido en la puerta hizo que me volteara a ver antes que estallara de su marco. un grito de pánico  resonó en mis oídos dejándome aturdido, tardé un par de segundos en registrar que había sido mi propia garganta descargando toda la adrenalina de los últimos minutos. La puerta dio un latigazo contra la pared dejando a la vista a un hombre parado en la  oscuridad, la lluvia que había comenzado a caer un par de horas antes corriendo por su cabeza rapada, hombros anchos y musculosos al descubierto con solo unos parches de telas mojada arremolinándose aquí y allá sobre su torso, había algo peligroso y salvaje en él, di un paso atrás a la vez que él se adentraba en la habitación. La luz iluminó su rostro en el momento en el que dio otro paso adentro. Entonces lo reconocí, el alivio inundándome de golpe.

—Colson!—grité.

antes de que pudiera pensarlo, me encontraba corriendo hacia la puerta. Mi teléfono aún en la mano olvidando por completo la llamada de Dex. Colson estaba bien y estaba aquí, Colson había venido por mi. Colson estaba aquí, mi Col. me lancé a sus brazos  sin pensarlo.

—Aléjate de él!—oí la voz desde el altavoz una vez más.

Mi cerebro podía registrar las palabras pero no lo entendía.

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