49.- No puedes salvarlos a todos

9 1 0
                                    

Sai vio el cuerpo del Uchiha desaparecer entre las llamas negras, estás aun no desaparecían sino más bien se encontraban solo encendidas en el área donde anteriormente había estado Sasuke “ Esto está mal…. Que dirá Naruto cuando se entere” pensaba en su amigo.

— Tengo que llamar a alguien… — Rápidamente sacó de su bolso un pergamino en el cual dibujó una ave y mandó a traer a alguien que pudiera ayudarlo — Resiste Naruto…— le pidió mientras intentaba detener la hemorragia que se presentaba.

Mientras tanto…

­Las gotas de sudor caían de la frente del Uchiha del mayor mientras se movía con gran velocidad deteniendo uno a uno los ataques del rubio, su destreza en batalla era notoria y su resistencia igual, ninguno quería perder y mucho menos Madara, el cual sabía que si era derrotado su familia correría un gran riesgo…

— Tu hijo ahora está muerto…— dijo Minato en un pequeño comentario sin parara de intentar pegarle con el resengan. Madara lo miró dudoso ¿Qué ganaba con decir aquello?

— ¿Quién me lo confirma?— preguntó sin miedo, confiaba en Naruto y en Deidara, estaba seguro de que lograrían vencer cualquier cosa que se presentara en su camino.

— Kabuto… mandó a Sasuke a que lo matara…— siguió comentando el muerto evadiendo el amaterasu del mayor.

Fue entonces que Madara mostró un ligero gesto de preocupación  ¿Habían utilizado el cuerpo de Sasuke? Ahora si tenía que terminar rápidamente la pelea si quería cerciorarse de que  su hijo estuviera bien.

— ¿Preocupado Madara? — preguntó Minato sonriendo sinicamente, un gesto que nunca había mostrado cuando estaba con vida — ¿Temes por las personas? Vaya…. — lo miró con cierta diversión atacando con todo los recursos que tenía.

Madara no le contestó, solo se dedicó a utilizar todo el poder que tenía activando el Reinnegan que tenía en el ojo izquierdo. Había sido una pelea magnifica, mucho mejor que la había sucedido 16 años atrás en el ataque del Kyubi. Pero como toda buena pelea solo podía haber un ganador….

En las afueras del país del rayo las cosas no pintaban muy bien, Konan intentaba resitir con todo lo que podía al igual que los Zetsus, pero le era difícil, tener que enfrentarse contra un ejercito de ninja de casi todas las aldeas sola no era nada fácil.

— Vamos… sabemos que puedes hacer más cosas — se burlaban un poco los Zetsus mirándola con sangre y sudor en el cuerpo.

— Silencio… quienes deberían ayudar son ustedes…— murmuró completamente molesta, casi no le quedaba chakra y si quería salir con vida de todo esto lo mejor era alejarse del campo de batalla.

­— Nosotros crearemos una pequeña distracción — le dijo el Zetsu como entendiendo sus pensamientos.

— Hum… gracias…— murmuró mientras esperaba el momento adecuado para poder huir sin morir.

Para Gaara las cosas eran mucho menos fáciles, ser atacado por los resusitados no era nada bonito y mucho menos cuando su mismo padre era uno de ellos.

— ¡Gaara! — gritó Kankuro intentando evitar que el polvo dorado del cuarto kazekage lograra atacar a su hermano aunque le era difícil y más cuando Mu, el segundo Mizukage y el  tercer Raikage no los dejaban ni respirar

— Mierda… — murmuraba Gaara mientras peleaba con su arena.

— ¿Que pasa? ¿No vas a rendirte? — cuestionó el Kazekage sin dejar de atacarle.

Re-escribiendo la historia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora