24.- Sorpresas

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Madara llegó muy rápidamente a su casa, tenía que seguir interrogando a su esposo.

_ Ahora sí, dime la verdad_ dijo serio mientras lo dejaba en un sillón y él se fue a sentar a su lado.

_ Ya te lo dije, solo probábamos un nuevo jutsu, no es nada_ dijo intentando con desesperación que le creyera.

_Ese cuento ve a decírselo a otra persona, porque yo no te creo nada_ dijo mientras se cruzaba de manos.

_ ¿Qué tengo que hacer para que me creas?_ preguntó el rubio.

_ Decirme la verdad_ contesto con simpleza.

El rubio pensó por unos instantes, “!Lo tengo!” fueron sus pensamientos.

_ Por favor confía en mi_ decía mientras pasaba lentamente sus brazos por la nuca de su esposo y lo besaba.

_ Con eso no me convencerás tan fácilmente_ decía el otro mientras intentaba no saltarle al rubio.

_Por favor_ dijo en un susurro Minato mientras se pegaba más a su esposo, o mejor dicho se subió a las caderas del moreno mientras había comenzado a comerse a besos al moreno.

_ Ya te he dicho que con eso no me convencerás_ dijo el moreno mientras se separaba de los labios del rubio.

_ Entonces solo lo intentaré_ Minato estaba decidido, tenía que hacerlo…no le quedaba mucho tiempo y deseaba con locura poder tener a Madara a su lado.

Junto mas su cuerpo junto con el del moreno, y seguía besándolo el contrario intentaba resistirse pero su autocontrol no le daría para mas así que después de unos cuentos besos juguetones en el cuello de Madara bastaron para que ya no soportara mas y de un movimiento rápido el rubio terminó en el suelo debajo del cuerpo del gran Uchiha Madara.

Siguieron besándose hasta que el aire por fin se les terminó, Minato estaba rojo como un tomate y no solo por la falta de oxigeno, estaba completamente excitado al igual que el Moreno.

Madara comenzó a dar besos y carias por el cuello del rubio mientras que con las manos comenzaba a quitarle lentamente la parte de arriba de su ropa, el rubio había comenzado a  soltar algunos roncos y casi sonoros gemidos, por maldad lo había echo justo en el oído del moreno, logrando que le mayor se fuera excitando más y mas conforme tocaba y sentía al rubio.

_ Eres un tramposo_ dijo Madara mientras lo miraba a los ojos y luego lo volvía a besar con desesperación.

_ Lo se_ dijo mientras sonreía con triunfo después de haberse separado de los labios del moreno.

El moreno siguió con los juegos de caricias mientras estaba a punto de terminar de quitarle completamente la parte de arriba de su ropa, pero el rubio lo detuvo, el moreno se quedo sorprendido “¿Por qué lo había rechazado de aquella manera? “ se preguntaba el moreno, pero luego observó cómo Minato con un enorme y gran sonrojo en sus mejillas había comenzado a quitarse el mismo lo que quedaba de la parte de arriba de su ropa.

El moreno sonrió con lujuria mientras que observaba a su esposo de aquella manera, cuando al fin el rubio termino por completo de quitarse la ropa de arriba el moreno tomó las manos del rubio y  las sujeto arriba de la cabeza del menor, luego comenzó a devorar lentamente el cuello del rubio, también mordía algunas veces el hombro  mientras que l otro había comenzado a retorcerse del placer y chocar sus caderas con las del contrario soltó mas gemidos de placer por el contacto.

Bajó lentamente del cuello al pecho casi blanco del rubio, aun se mostraban algunas marcas de la noche anterior aunque eso no era impedimento para dejar aun mas en el pecho del rubio; beso cada parte de su pecho, con lentitud y gracia, éxito lentamente las pequeñas tetillas  con su boca y las saboreo como pequeños caramelos.

Re-escribiendo la historia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora