52.- Mundo nuevo,¿Aun crees en la felicidad? Parte 2

13 1 0
                                    

A paso lento continuaron recorriendo la aldea, Naruto recordaba algunas cosas y otras le parecían completamente desconocidas. Saludó personas que no había reconocido y se sorprendió por el respeto que parecía infundir su padre.

— ¿A dónde vamos exactamente?— preguntó Naruto, estaba seguro de que ya llevaban bastante tiempo andando y su padre se enojaría con ellos por tardar tanto…

— Ya estamos cerca — dieron vuelta en una esquina y entonces Naruto abrió los ojos sorprendido. Frente a él se encontraba la academia ninja, un poco diferente a como la recordaba pero estaba seguro de que no se había equivocado. Los niños salían de ahí en compañía de sus padres y su amigos, todos hablando animadamente de lo que habían aprendido y lo que esparaban aprender, fue entonces que Naruto sintió un jalón en su estomago y más recuerdos rondaron por la cabeza del menor, del odio, las miradas, su soledad, el miedo. El pequeño rubiesito sintió un fuerte aprentón en el hombro y alzó la mirada para ver a su padre, este lo miraba serio pero estaba seguro de que a travez de su mirada se podía distinguir el sentimiento de protección y el “Nosotros ahora estamos aquí” mudo.

Reunió fuerza y siguió avanzando por el lugar, estaba seguro de que le faltaba aun algunos años más para entrar en la academia, tenía apenas 5 y hasta que no tuviera al menos 6 o 7 no podría comenzar a practicar como los demás.

Ambos Uchiha caminaron por los pasillos ahora ya casi desiertos hasta uno de los salones del fondo, la puerta se encontraba entre abierta por lo que Madara tocó y abrió.

— Buenas tardes Mikoto — Saludo Madara dando paso a que el menor entrara con él en la habitación.

— ¡ Madara! Que sorpresa — la mujer pelinegra y con una sonrisa cargada de cariño volteó la mirada hacia ellos, entre sus brazos se encontraba un pequeño, a quien Naruto reconoció instantáneamente.

— Como le prometí a Sasuke, traje a Naruto para que viera que estaba bien… — El pequeño rubio miraba aun un poco sorprendido como Mikoto bajaba de entre sus brazos a quien sería su mejor amigo, rival y por supuesto, amor de su vida.

— No debiste molestarte, Sasuke podía esperar  hasta mañana—

El pequeño Sasuke, quien se encontraba sentado en el escritorio, al voltear la mirada una enorme sonrisa se posó en su rostro

— ¡Naruto!— rápidamente fue bajado de su lugar para correr y abrazar al pequeño rubio. Naruto no sabía que decir o hacer, aun tenía tanto dolor acumulado, tanta tristeza y arrepentimiento que lo unico que hizo fue ponerse a llorar y corresponder al abrazo del otro chico. Lo sujetaba como tabla de salvación y aunque tenía tantas palabras acumuladas no podía decir absolutamente nada.

— ¿Por qué lloras dobe? — preguntó Sasuke ­— ¿Aun te duele? — se notaba la preocupación del pequeño.

— Estoy bien teme…— solo pudo decir el pequeño rubio soltando a su compañero para luego limpiarse la mano con el dorso de la mano y sonreír. — No hay nada que me detenga…­

— ¿Entonces podemos seguir jugando? — preguntó el morenito esperanzado.

— Claro…— tomó de su mano y luego miró a su papá. — ¿Puedo ir con Sasuke a jugar?

El mayor lo miró con el ceño ligeramente fruncido, aun tenían cosas de las que hablar acerca del maldito de Danzo.y del plan, pero ya habría tiempo, ya había esperado 7 años, ¿Qué más daba unos más? Sin embargo, se acordó que  Minato los estaba esperando en casa.

— Lo siento Naruto, pero tu papá ya ha de tener lista la comida y no podemos dejarlo plantado…— comentó intentando mostrarse razonable.

Los menores agacharon la mirada y fue entonces que Mikoto intervino.

Re-escribiendo la historia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora