Capítulo 4: Entre Pinceles y Susurros.

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El sol se filtraba suavemente a través de las cortinas de la casita de verano mientras Chiara y Violeta se sumergían en su arte. Las pinceladas danzaban sobre el lienzo, reflejando la intensidad de su amor. Entre risas y susurros, el mundo exterior parecía desvanecerse, dejando solo el cálido abrazo de su complicidad.

Chiara contempló la obra en progreso con una mezcla de admiración y nerviosismo. Cada trazo era un fragmento de su pequeña historia compartida, un reflejo de su conexión creciente como pareja. Sin embargo, también temía el peso de lo desconocido, las sombras que acechaban en los rincones de su corazón.

Violeta notó la inquietud en la mirada de Chiara y colocó su pincel con delicadeza antes de tomar su mano con ternura.

-¿Estás bien? preguntó, su voz suave como una caricia.

Chiara asintió, incapaz de articular las turbias aguas que agitaban su alma.

El silencio se extendió entre ellas, impregnado de una tensión palpable. Chiara se mordió el labio inferior, luchando por encontrar las palabras adecuadas.

-Violeta, hay algo que necesito decirte, comenzó, su voz temblorosa pero decidida.

Los ojos de Violeta se encontraron con los de Chiara, reflejando una mezcla de curiosidad y anticipación.

-Dime, instó suavemente. Sus dedos entrelazados con los de Chiara en un gesto de apoyo silencioso.

Chiara inhaló profundamente, reuniendo valor mientras dejaba que las palabras fluyeran libremente.

-He estado sintiendo cosas... cosas que van más allá de lo que alguna vez imaginé, admitió, su voz apenas un susurro en la quietud de la habitación.

El corazón de Violeta pareció detenerse por un instante, sus ojos buscando los de Chiara en busca de claridad.

-¿Qué cosas? preguntó, su voz apenas un susurro cargado de emoción.

Chiara miró a Violeta con determinación, dejando que su mirada hablara las palabras que temía pronunciar.

-Cosas que nunca pensé que saldrían de mi boca, confesó, su voz temblorosa pero llena de una verdad irrefutable.

-¿Qué cosas?, pregunto Violeta.

-Creo que me estoy enamorando de ti, dijo Chiara asustada.

Violeta se acercó lentamente, su mirada fija en la de Chiara, como si quisiera memorizar cada detalle de su rostro.

-Desde que nos conocimos, algo en ti ha despertado algo dentro de mí. No puedo dejar de pensar en ti, en la forma en que tu presencia ilumina mi día.

Chiara sintió que su respiración se volvía más profunda mientras absorbía las palabras de Violeta. La tensión entre ellas era palpable, y Chiara se dio cuenta de que el deseo que había estado rondando desde el principio estaba a punto de estallar.-

-Violeta, yo... susurró Chiara, pero las palabras se quedaron atrapadas en su garganta.

Cuando Violeta cerró la distancia entre ellas y sus labios se encontraron en un beso .El beso fue suave al principio, como una promesa de lo que estaba por venir. Luego, se volvió más arado, cada uno de ellos perdiéndo sensación del otro.

Las manos de Violeta se deslizaron por la espalda de Chiara, enviando escalofríos de placer por todo su cuerpo. Chiara se dejó llevar por la pasión del momento, sus manos buscando la piel suave de Violeta mientras se hundían más profundamente en el beso.

La habitación parecía desvanecerse a su alrededor, dejándolos solos en un mundo de deseo y conexión. Cuando finalmente se separaron, sus alientos entrelazados en el aire cargado de electricidad, Chiara miró a los ojos de Violeta con una mezcla de incredulidad y deseo.

-Violeta, yo... no sé qué decir ,murmuró, su voz apenas era un susurro.

Violeta le sonrió con ternura, acariciando suavemente su mejilla con el pulgar.

-Le exijo que haga las maletas que mañana volvemos, dijo Violeta.

-Sus palabras son ordenes, dijo Chiara arrodillándose.

-Andando sirvienta, dijo Violeta riéndose.

Colores de un nuevo amor / KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora