UNO

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UNO

4 años antes...

La vida puede ser muy corta para lo que pudiera ser los momentos de gloria que vivimos a diario. He decidido dejarme el cabello rubio claro y no pararle mucho si está rizado, total es mi estilo, me gusta y me siento súper cómoda. Mi madre ha quedado fascinada y lo que hace es sonreír esperando que yo haga lo mismo. Últimamente la he visto muy deprimida, no es fácil para ella haber perdido el trabajo de sus sueños y tener que estar en uno que odia.

—Tu padre te pasará buscando, no olvides la merienda —me dice y asiento con la cabeza. Hace rato que no veo a mi progenitor, quizás haya conseguido una casa para mudarnos todos juntos y por eso esta tan ocupado—. Te quiero, mi niña linda.

—Claro, mami.

—No olvides echarte protector —recalca.

—Si, madre. ¡Lo prometo!

Suena la corneta atorrante del auto de mi padre y salgo enseguida con el bolso del fin de semana. Quedamos en ir al lago y divertirnos un rato. Mi madre se despide muy feliz, tiene la casa sola y bueno un poco de paz no le ira mal.

—Mi pequeña, ¿lista?

—Si.

Camino al lago aprovecho de escribirle a mis amigos que estaré ausente y si desean comunicarse conmigo tendrán que esperar a que llegue a mi casa nuevamente. Ninguno opina al respecto y quedaron en visitar a mi madre para que les de postre gratis. Guardo el teléfono y veo el camino, todo está perfecto, no hay mucho sol, tampoco hace frío y es extraño, nunca había estado así y en esta época el calor es infernal.

—Bien, ¿deseas comer algo especial?

—Helado —respondo rápidamente.

—De comida. No de postre.

—Para mi eso es comida, me llena el estómago.

—Ya pasamos la heladería. Tenemos dos opciones: pizza o hamburguesa.

—Hamburguesa —La última vez comí perro caliente con mi madre que hizo en estos días, el cual es el mejor del mundo. Así que me provoca comer otra cosa.

Estar con mi papá es diferente de mi madre, él es menos estricto, no se amarga y mantiene una sonrisa que al verla te hace sentir genial. Mi mamá regaña mucho, su mirada malvada da terror y siempre tiene el malhumor a flor de piel. Es muy raro que esté feliz, y cuando lo está, hay que asustarse.

A pesar que mis padres no nos dicen a mi hermana (quien está en el extranjero) y a mi, se que han tenido muchos problemas de los cuales no sabemos, pero se nota que se han alejado del otro. No se si saldrán con otras personas, tampoco pienso obligarlos a que estén hasta la eternidad.

Nos detenemos en un sitio para comer. Mi madre quiere saber si hemos llegado y le respondo que aún no.

—Nunca se había alejado tanto de ti —comenta mi padre leyéndome el pensamiento—. Debe estar preocupada.

—Ya le dije que estamos bien y aun no hemos llegado, acaba de responder que le avisemos cuando estemos en la cabaña del abuelo.

Hablamos algunos minutos que se convierten en horas y nos llevamos algunos postres para comer en el camino. Mi padre es bueno escuchando y le comento todo lo que he aprendido en mi último año de preparatoria, está orgulloso de mi y quiere que estudie en el extranjero dónde está mi hermana mayor.

—¿Cuál sería tu sueño, Carter?

—Tener una heladería, inventar nuevos sabores y ser feliz.

—Esa es mi niña optimista.

About Winter © (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora