DIEZ

2 1 0
                                    

DIEZ

Despedirse es difícil y mas cuando la persona que amas demasiado se tiene que ir para siempre. Mi corazón no termina de asimilar que debe olvidarse por completo, pero sigue palpitando fuerte porque su dueño esta presente.

—Ella está esperándote en el avión, Chester.

—Lo sé, pero por ella no me detengo, es solo que...

—El deber llama y te necesitan allá.

—Te estoy extrañando, Carter. Te amo tanto —comienza a llorar, eso pasa cuando te enamoras sin pensarlo, y no te interesa lo que opinen los demás—. En serio te amo demasiado y dejarte es horrendo. Siento que tú papá me está asesinando en estos momentos. ¿Puedo besarte? Estoy muriéndome y si no lo hago, me sentiré devastado por el resto de mi vida.

Nuestros labios se unen por segunda vez, extrañaba con todo mi ser sentir que es real, que esto que estamos viviendo es el sentimiento mas puro que existe. Durante estos meses me aferraba a la idea de borrar en mi memoria estos momentos de gloria porque hacen daño, y es preferible no sentir nada, pero ahora que puedo tenerlo para mi por un par de minutos mas, es asombroso y a la mierda el mundo.

—No cometas nada, mantenme siempre en tu corazón, no me rompas el corazón, Carter. Quiero que vivas, seas feliz, crea mil sabores, disfruta el día, la tarde y la noche y nunca dejes de pensar en mi. Yo estaré contigo siempre, por favor no te vayas a morir antes de tiempo, no se que seria del mundo si tú no estás presente. Esto que te estoy haciendo ni siquiera es por cobardía ni por tu hermana, tengo una vida muy distinta y así como tú debo cumplir mis sueños y hacer lo mejor que pueda.

—Ya me rompiste el corazón, así que tengo que romper el tuyo, Chester. Digamos que fue un amor para darnos cuenta de muchas cosas y continuar nuestras vidas. No puedo seguir pensando en ti, me duele, y debo hacerlo por mi propio bien. No quiero que nos comuniquemos mas, la persona que esta en el vientre de mi hermana te necesita y debes estar con él o ella en todo momento. Por favor, no sigamos en esto, Chester. Ambos fuimos estúpidos, no pensamos bien y nos dejamos llevar, y eso no está bien. Te deseo la mayor felicidad del mundo y quiero que vivas, llenes tus días grises en colores y simplemente olvidemos todo, te lo pido y quiero que lo cumplas. Se que nunca cumplimos las promesas anteriores, pero está vez es la definitiva. Sea mi hermana u otra persona, van a amarte y te harán sonreír.

Chester Was se retira de mi vida como una aventura sin control, una vivencia amorosa muy hermosa que termina siendo una tragedia para ambos. Justamente el invierno hace de las suyas dejándome saber que el cambio de temporada tiene que ver con mi estado emocional, los copos de nieve se insertan en mi corazón colocando un caparazón de hielo infinito, que me protege de todo mal y peligro, de cualquier amor y de comenzar a no sentir nada por nadie hasta que me muera. Ha sido una de las decisiones más difíciles que he tomado, me arrepiento terriblemente, pero a veces debemos bloquearnos, continuar y dejar que todo fluya con calma. Él es mi primer y último amor verdadero, con quien tuve momentos infinitos de felicidad, me hizo entender que es enamorarse, sacrificarse, reírse, y sentir otra cosa que no logro descifrar todavía.

Mi hermana y yo nos alejamos para siempre, no hay vinculo, ni amor, ni nada. Por mi padre se que está pasándola muy mal, y aunque aparenta felicidad, ella esta muy triste y arrepentida de todo. Es su karma, la manera en como afronto las cosas de una manera que no era la adecuada y cometió errores innecesarios.

—Carter, ven un segundo, por favor —me llama el jefe y voy a la oficina—. ¿Estás bien?

—Si, todo perfecto.

—Ya tengo mas de doce años en esto y necesito gente joven y brillante que pueda encargarse de este negocio.

—¿De verdad?

—Si, Carter.

Al llegar a casa luego de un extenso día le comento a mi padre todo lo acontecido, no se sorprende, pues seguramente lo sabía primero que yo.

—Tuvieron una niña —dice mi padre con un hilo de voz—. Bien, ya está todo listo para la cena.

He aprendido a no llorar, y a entender que el destino lo desea así, por lo tanto prefiero quedarme callada. No se como se sentirá él, pero al menos tiene una distracción y puede que se desviva por esa pequeña niña.

—Imposible que a estas alturas no sepas hacer un sándwich —comenta Max molesto con Zes.

—¡Oye! Soy experto besándote —dice Zes en su defensa—. Sabes que no encontrarás otro hombre como yo, Maxi.

—Lo sé —Max me observa y sé lo que piensa.

About Winter © (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora