III: Violetas, Lirios del valle y margaritas.

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Esa mañana Benedict Bridgerton fue el primero en levantarse, recién amanecía, pero el sentimiento de culpa y arrepentimiento lo impulsaba para ir a pedirle disculpas a la dama que había ofendido la noche anterior. Cuando llegó al mercado, el olor de las flores frescas inundó sus fosas nasales, se detuvo ante los puestos, contemplando las diversas opciones de flores frescas que se exhibían, inseguro de cuáles comprar entre tanta diferencia de exóticos colores, aromas y significados, hasta que luego un largo recorrido buscando las flores perfectas, pidió al vendedor que armara un ramo de violetas y lirios del valle. Una vez que tuvo las flores, se dirigió a su hogar.

No fue sorpresa para él que al llegar, aún todos siguieran en cama, aún era bastante temprano. Rápidamente, fue a la biblioteca, se sentó en un escritorio, tomó pluma, papel y tinta antes de comenzar a escribir.

–Querida Poppy... –Murmuró para sí mismo, pero luego se detuvo, frunciendo el ceño indeciso. ¿Sería demasiado informal? Tomó el papel y lo desechó para luego tomar otro. –Poppy... –Se detuvo al recordar las palabras que había utilizado la joven la noche anterior. Eloise podía llamarla así, él no podía. Tomó esa hoja y también la desechó.

La idea de llamarla señorita cruzó por su mente, pero en realidad, Poppy era Lady Hamilton, no quería volver a ofenderla al usar algo tan simple como "señorita", pero Lady Hamilton, independientemente de que sonara más formal y respetuoso, su voz interior le susurraba que eso quizás sería demasiado distante. Suspiró con frustración, batallando por encontrar las palabras adecuadas para expresar sus sentimientos sin parecer demasiado familiar, pero al mismo tiempo no quería parecer muy distante.

Lady Hamilton:

Lamento profundamente mi elección de palabras anoche. Mi intención jamás fue y jamás sería ofenderla. Espero que pueda aceptar este ramo de lirios del valle y violetas, flores que espero reflejen mi sincero arrepentimiento y mi deseo de genuino de seguir conociéndola mejor.

Sé que las flores no cambian el pasado, pero espero que al menos el detalle y el dulce aroma de las flores alegren su día. Lamento que anoche tuviese que abandonar el baile, una vez más, lo último que quería era hacerla sentir incómoda.

PD: Realmente espero que le gusten las flores, pero me gustaría mucho aprender cuáles son sus favoritas. ¿Podríamos hablar pronto?

–Benedict Bridgerton.

Metió la carta en un sobre, el cual luego cerró con el sello de la familia Bridgerton. Tomó la carta y examinó que fuera perfecta, entonces tuvo un segundo de pánico. ¿Y si Poppy era alérgica a las flores? Intentó recordar si alguna vez la había visto estornudando en un baile, pero como jamás la vio hacerlo, dejó escapar un suspiro aliviado. Si estaba bien en una habitación con cientos de flores frescas, un ramo no le haría ningún daño... Esperaba.

Caminó con la carta y las flores hasta el vestíbulo de la casa, donde se encontró con el mayor domo.

—Buenos días, necesito que por favor lleve esto a Lady Hamilton.

...

Poppy esa mañana había despertado más temprano de lo que acostumbraba. Había soñado con una hermosa melodía y no quería olvidarla, así que se apresuró a arreglarse con la ayuda de su doncella antes de dirigirse al salón de su casa para comenzar a tocar el piano. La melodía aún resonaba en su mente, y sus dedos ansiosos apenas podían esperar para plasmarla en las teclas.

Era muy buena tocando el piano, eso no era un secreto. Pero ahora tocaba, deteniéndose cada cierto rato para escribir en las hojas que mantenía frente al piano. A su padre no le agradaba que escribiera sobre el piano, pero después de tantos años, se rindió y la dejó hacer lo que quisiera. La pasión de Poppy por la música era evidente, y su habilidad para componer melodías era algo que muchos admiraban. A medida que sus dedos se deslizaban por las teclas, la melodía tomaba forma, mezclando la belleza del sueño con su talento innato.

A lady's prophecy (Benedict Bridgerton & OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora