VII: ¿Arruinamos nuestra amistad?

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Ese día Poppy despertó más animada de lo normal, sin importar la leve resaca que tenía, mientras su doncella le preparaba el baño, la joven se sentó en su escritorio para luego tomar una pluma, papel y tinta.

Querido Lucien:

¿Recuerdas que tuviste el atrevimiento de decirme que no te escribiera hasta que me atreviera a vivir otra vez?

¡Pues lo hice! Oh, Lucien, no sabes lo feliz y dichosa que me siento (aunque algo asustada también, a decir verdad)

¿Recuerdas a Lady Danbury? Bueno, hace unas semanas Adaline debutó y fuimos a su primera fiesta como parte de la sociedad, ella bailaba y yo fui arrastrada por Lady Danbury hasta un joven, y él me invitó a bailar. Lo resumiré, nos llevamos de maravilla y en otros bailes, Benedict me invitó a bailar, así ambos alejamos a cualquier persona interesada en algo formal con alguno de nosotros.

Ya sé, no suena a que realmente haya vivido mucho y que bailar con alguien no me ha sacado demasiado de mi zona de confort, pero confiando en que, como siempre, guardarás mis secretos, te confieso que en estos últimos días presencié un duelo, esa fue una situación estresante, pero estamos todos bien.

Y ahora, la parte MÁS importante... ¡Benedict y yo nos hemos besado! Le dije que culparíamos al alcohol y entonces sucedió. Por un lado, pienso en que estuvo mal, que mi primer beso haya sido estando borracha, pero no me arrepiento de nada. Te pido que, como siempre, no le comentes a nadie esto, ni siquiera Andrew y Simon saben.

Sé que luego de la temporada anterior me prometí a mí misma que me mantendría alejada de los hombres y que JAMÁS me casaría, pero prometo que Benedict no es como los anteriores, él realmente se preocupa por mí y es buen amigo, creo que es cierto que a veces la amistad puede convertirse en algo más. Además, sé que esta vez es diferente, a él no le importa mi apellido ni todo el dinero de mi padre, me quiere por quién soy, ¿puedes creerlo? A mí aún me asombra.

Bien, no voy a hacer más larga esta carta. Oh, querido amigo, te he extrañado mucho. Me encantaría saber de ti pronto, quizás podría visitar Francia, o puede ser que tú vengas primero si alguno de los pretendientes de Adaline le pide matrimonio.

–Poppy Hamilton.

La joven se apresuró en cerrar la carta con el característico sello de su familia y lo dejó sobre su escritorio para después ir al baño donde la esperaba su doncella con todo listo. En el cuarto de baño predominaba el olor a jabón y flores, en silencio y con ayuda de la mujer se despojó de su ropa antes de entrar a la bañera de mármol, sintiendo como el agua tibia y las burbujas envolvían su cuerpo.

Luego de un poco más de media hora, Poppy estaba usando un vestido verde con diseños florales del mismo color, pero en un tono más oscuro, su cabello estaba semi recogido con dos pequeñas trenzas que comenzaban a la altura de sus sienes y se encontraban en la parte de atrás de su cabeza y eran adornadas por pequeñas flores blancas que habían recogido del jardín temprano esa mañana. Tomó el sobre del escritorio y se dirigió rápidamente a la primera planta de la casa.

–Buenos días, Arthur –saludó la joven con una gran sonrisa en su rostro–. Necesito que envíes esta carta a Francia lo más pronto posible, por favor.

–Ya me encargaré de que alguno de los sirvientes la envíe.

–Muchas gracias.

–¿A quién le escribes? –preguntó Charlotte, despegando su mirada del libro que sostenía en sus manos.

–A Lucien.

–¿Lucien de Valois? –preguntó Charlotte, con los ojos brillando de emoción. A sus 14 años, Charlotte siempre había sentido una fascinación inocente por Lucien, tanto por su encanto como por la forma en que trataba a Poppy. Ella secretamente pasaba algo de tiempo imaginando un posible romance entre su hermana y el francés cuando iban de visita.

A lady's prophecy (Benedict Bridgerton & OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora