Notas En La Pista

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Holaaaaa.

Cómo andamos.

Este capítulo no interfiere con la historia real ⚠️⚠️⚠️⚠️⚠️⚠️⚠️⚠️⚠️⚠️⚠️⚠️

En este cap Isabella tiene seis años.

⚠️⚠️⚠️⚠️⚠️ Presten muchísima atención a los detalles, hay pistas cuando las encuentren comenten.

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Pov Ángela.

Me acerqué a la ventana del salón, observando cómo el sol comenzaba a descender, bañando la habitación con una luz dorada. El aire estaba lleno de la mezcla de aromas de la cena que estaba preparando y el perfume de May, que aún se mantenía en el aire. Ella estaba de pie frente a mí, su expresión era una mezcla de preocupación y cariño. Hoy, Isabella, mi hermana menor, vendría a visitarnos, y May tenía una reunión importante de la que no podía ausentarse. Yo estaba lista para enfrentar el reto de pasar tiempo con Isabella sola, pero no podía evitar sentir un pequeño nerviosismo.

“Ángela, hay algunas cosas que debes recordar mientras esté aquí Isabella,” comenzó May, su voz suave pero firme, con esa cadencia que me hacía sentir segura. Me tomó de las manos, y me miró con esos ojos llenos de preocupación que siempre me desarmaban. “Ella es solo una niña, pero a veces puede ser un poco inquieta. Recuerda ser paciente, y asegúrate de mantener las cosas en orden.”

Le sonreí, tratando de transmitirle tranquilidad. “Lo sé, May. No te preocupes, todo estará bien. Isabella y yo tenemos una buena relación. Además, sé que te preocupa mucho. No quiero que estés estresada por esto.”

May asintió, aunque sus ojos aún mostraban un rastro de inquietud. “Sí, lo sé. Solo quería asegurarme de que tengas todo en mente. Asegúrate de tener algo de entretenimiento listo, como sus libros favoritos o algún juego que le guste. Y, por favor, mantén la casa segura. A veces se pone curiosa y podría intentar explorar por todos lados.”

“Entiendo, lo tengo todo cubierto,” respondí con confianza. “He preparado algunos juegos y ya he asegurado las áreas peligrosas. Isabella estará bien atendida.”

May se acercó un poco más, sus labios rozaron suavemente los míos, dándome un beso tierno. Sentí un escalofrío de cariño recorrer mi cuerpo. “Gracias, Ángela. Sé que todo estará perfecto contigo. Solo me siento mal por no poder estar allí. Quiero que sepas cuánto te aprecio por hacer esto.”

Volví a besarla, esta vez con un poco más de intensidad, permitiendo que mis labios se quedaran unos segundos más en los de ella, transmitiendo todo el amor y la certeza que sentía. “No te preocupes, en serio. Estoy feliz de hacer esto por ti y por Isabella. Además, me encanta cuando estamos solas. Aprovecharé para fortalecer el vínculo con ella y asegurarme de que se sienta especial.”

May sonrió, su mirada se suavizó un poco. “Lo sé, Ángela. Eres increíble. Si necesitas algo, no dudes en llamarme. Solo asegúrate de disfrutar el tiempo que pasas con Isabella. A veces, esos momentos pueden ser más valiosos de lo que pensamos.”

Le di un último beso antes de que May se dirigiera a la puerta para su reunión. Me quedé allí, sintiendo el calor de su amor y la determinación de hacer todo bien. Mientras veía cómo se alejaba, sentí una mezcla de emociones: orgullo, amor y una dosis de nerviosismo, pero sobre todo, una gran confianza en que todo saldría perfecto.

Con un último vistazo a la casa, me aseguré de que todo estuviera en su lugar. Me preparé para recibir a Isabella, sabiendo que, aunque May no estuviera aquí, llevaría su amor y sus consejos conmigo.

La luz del atardecer teñía la habitación con tonos cálidos de naranja y dorado, creando una atmósfera que debería haber sido reconfortante, pero que, en mi estado actual, sólo parecía acentuar mi melancolía. Me encontraba en el salón, revisando por enésima vez que todo estuviera en orden para la llegada de Isabella. Había dispuesto cuidadosamente sus juguetes en una esquina del salón y los libros de cuentos que solía disfrutar, apilados sobre una mesa baja. Sin embargo, cada vez que mis ojos pasaban por estos objetos, sentía un nudo en el estómago.