Desde esa noche no sucedió nada más entre Jungkook y Lisa, todo quedó en un evidente coqueteo, un interés claro y marcado. Había pasado una semana desde el cumpleaños de Jennie. Y Lisa nunca recibió un mensaje de Jungkook, nunca llegó. No había vuelto a ver a ninguno de esos primos desde esa última mañana.
—¿Qué haces?— preguntó Rosie entrando en su habitación. —Jisoo dijo que no has salido en todo el día.— comentó antes de acostarse a un lado de ella.
—Mirar películas, escuchar música.— contestó haciendo zapping— ¿Supiste algo de Jimin?- preguntó con doble intención.
—Hoy lo ví en la cafetería de la universidad.— mencionó casual —Estaba organizando unas cosas para su departamento...—dijo.
Rosie hizo una pausa esperando que Lisa indagará un poco más. Ella sabía que estaba curiosa por el paradero de Jungkook, aunque no se atreviera a siquiera mencionarlo.
—Estaba con Jungkook.— Lisa no emitió sonido —¿No hay nada que quieras saber?—preguntó Rosie.
—¿Cómo qué?—fingió desinterés.
—No puedes ser tan testaruda. Pregunta lo que quieres saber, es obvio. Soy tu amiga.—reclamó.
—No entiendo qué quieres que pregunte ¿Yo fui quien no lo contactó?—escupió con mal sabor.
Lisa había creído que Jungkook la contactaría de inmediato, pero eso no sucedió. Y aunque fue paciente, ya había pasado una semana de ello. Quizás había confundido las cosas por eso se sentía patética de haber malinterpretado todo entre ellos.
—Me pidió tu número de contacto.— soltó Rosie.
Lisa alzó una ceja sin comprender.
—Me dijo que al dia siguiente de la fiesta su móvil se daño.- comentó.
—¿Cómo?—preguntó Lisa.
Rosie sonrió al notar el interés repentino de su amiga.
— Subieron a la piscina del hotel y el vecino del departamento superior estaba jugando con su hijo pequeño, el niño tomó los móviles en algún momento y los lanzó a la piscina por eso estuvieron incomunicados ambos. Hoy se habían comprado unos. Él vecino de Jimin se hizo responsable de sus daños porque fue su descuido. —concluyó.
Lisa sintió su corazón revolotear nuevamente. Sonrió sin darse cuenta.
—¿Y le diste mi número?— preguntó tímida.
Rosie sonrió alzando una ceja.
—No.—contestó.— Oh, es él.—dijo mirando su pantalla tras recibir un texto.
—¿Qué?— indaga Lisa confundida.
—No tenía mi móvil, estaba en mi auto. Entonces le dije que me mande un mensaje y le pasaría tú número cuando tuviera mi móvil.—explicó.—Creí que no te interesaba..—alzó los hombros.
—Vamos.—dijo con molestia.
—¿Te interesa?—indaga Rosie con un tono divertido.
Lisa asintió avergonzada.
—Entonces tenía razón.— apareció Jisoo.—Su malhumor se debía a que no la contactaba.—choca las manos con Rosie.
—Son dos idiotas.—rezongó Lisa.
Las tres comenzaron a molestar entre sí. Felizmente Lisa se animó a manifestar su interés por Jungkook con libertad, asi también pudo expresar sus preocupaciones por dar un paso más y su temor con un mal final.