Capítulo I: Nuevo Comienzo

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POV. TK

Mi cabeza dolía de solo ver a la señora Hilly ir de extremo a extremo.

"Y no te olvides de llevar tus calcetines, cariño, nunca te he visto usar un par correcto desde que te conocí."

"Sí, mamá."

Ella siguió moviéndose. Hilly estaba acostumbrada a que la llamara así luego de vivir casi cinco años en este departamento, y sin embargo, aún podía escucharla ronronear como un gatito.

"¡Oh, mi rosario!"

Hilly traspasó las paredes, por mi parte, me permití disfrutar de una última siesta en la cama. Ya tenía mis cosas en las maletas, también limpié y ordené el departamento. Solo estaba esperando a que papá viniera a recogerme, y por supuesto, a que Hilly y los demás se despidieran de mí.

De todos los fantasmas del edificio, Hilly era mi favorita, no solo porque era la dueña del departamento, sino porque era como una madre y una buena compañera. Ella siempre supo que Alex no era para mí, pero ahí estaba yo, totalmente ciego por la atención que me daba ese hombre.

Recuerdo ver a Hilly echa un mar de lágrimas luego de que papá y los paramédicos me reanimaran ayer. Me culpé por verla así, porque supe, por mucho que no lo dijera después, que se sentía culpable por no estar conmigo cuando convulsioné.

Hilly estuvo a mi lado la noche pasada, cantándome y arrullándome. Jess también estuvo allí, durmiendo contra mi pecho. Él era un niño que murió ahogado en una bañera hace menos de tres años. Fue doloroso escuchar el llanto desgarrador de su madre, pidiendo a gritos ayuda, pero mucho antes de ayudar, vivos una pequeña alma salir de su departamento.

Hilly soltó un grito al ver al niño, quien se veía totalmente desorientado. Tenía sus ojos llorosos y sus labios azules. Mi corazón dolió mientras me acercaba a él, tratando de calmarlo.

"Hola, pequeño, ¿cómo te llamas?"

El pobre dio un brinco, se dio la vuelta y sus ojos sin vida parecieron iluminarse al vernos.

"¡Usted puede verme! ¿Por qué mami y papi no? ¿Por qué, señor?"

Mi garganta se secó, de repente, sentí que no había palabras para explicarle a un niño que había muerto, porque ciertamente, ellos aún no comprendían lo que era. Porque a los niños se les camuflaba la muerte. Porque ellos no deberían morir sin haber vivido antes.

"Bueno, ¿puedes explicarme qué pasó?"

"Yo estaba en baño, mamá salió porque papá había llegado y luego... yo, me resbalé y caí en la ducha. No podía respirar, señor, la ducha estaba llena de agua. ¡Me dolió mucho!"

"Lo sé, querido, lo sé."

"Y mamá luego me sacó, pero ya no podía verme. Ella no podía y papá tampoco. ¡Nadie podía verme!"

Sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas, estaba muy asustado.

"Pero usted me ve, ¿verdad? ¿Usted también, señora?"

Hilly saltó y se cubrió con sus manos.

"¿Ella no puede verme?"

"Ella te ve, pequeño. Lo hace, ¿verdad, Hilly?"

Ella asintió. Aún llorosa, se acercó al niño y le explicó, de la mejor manera posible, lo que era estar muerto a sus cortos ocho años. La puerta se abrió y salió el turno nocturno de paramédicos de mi estación, todos devastados. La mujer les siguió poco después en los brazos de su marido.

"Es mi culpa, Richard. Mi niño, ¡Dios, mi pequeño Jess!"

"¡Mamá, papá!

Jess se acercó a ellos, intentando abrazarlos. Sus pequeños brazos traspasaron el cuerpo de sus padres, cayendo al piso sobre sus rodillas. Tuve que morder mi labio inferior para no moverme. Mis ojos se llenaron de lágrimas. Hilly fue a consolar al pequeño quien lloró en su regazo.

Entidad MalignaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora