"Werehog" por 2 Noches (Sonic y tú).

🏫#15-Hermanos🏫

Al final, Sonic regresó a su habitación mascullando por una almohada y la arrojó al suelo junto a Tails, tomando asiento en medio del cuarto lleno de nada y sin sentir que su trasero azul tocaba un cubo de hielo.

"¿Qué hora es?"

El pequeño zorro le echó un vistazo a la esquina de la pantalla de su Miles Electric. "Son las nueve y cuarto"

"Hm, pensé que sería más tarde" volvió a bostezar. "…Todavía tengo sueño. ¿A qué hora acordamos que nos veríamos todos con el profesor Pickle?"

"Al mediodía, para almorzar en su casa"

Hubo una pausa entre los muchachos, quienes se concentraron brevemente en lo que Tails estaba haciendo en su invento casero. Nada demasiado interesante. Solo lo que al niño le gustaba llamar "revisión de rutina", en donde reconfiguraba ciertas cosas.

Pero luego de unos segundos, Sonic se acordó de algo y miró a su hermano de nuevo. "¿Has sabido algo de las chicas?"

El zorro negó. "Nu-uh. Aunque probablemente ya estén despiertas"

"¿Tú crees?"

"Bueno, como dije el otro día, la transformación de (T/N) se ha ido estabilizando bastante bien. Ya casi no siente dolor cuando cambia y apenas se siente cansada después. Además, durmió mucho ayer" agregó. "No creo que siga durmiendo a estas alturas… a menos que siga enferma, pero dudo que algunas náuseas le hagan mucha cosa"

"Ajá…" Sonic pronunció, sin tenerlas todas consigo con respecto a eso último.

Otra pausa.

"Creo que iré a visitar a las chicas" el erizo comenzó a levantarse.

"Yo que tú me peinaría las púas. Pareces un alfiletero"

Sonic se llevó una mano a la cabeza y sintió a las susodichas, encontrándolas mirando hacia todas partes menos hacia donde deberían. Una incluso parecía estar al revés, así que decidió que le tocaría poner todo en su lugar antes de que apuñalara a alguien accidentalmente.

"Sí… supongo que un retoque no me caería mal. ¿Me prestas tu cepillo?"

"No"

"Gra- ¡Oye! ¿Y por qué no?"

"Porque cada que me peino yo, me termino pinchando con tus púas o ellas se enredan en mi pelaje. Lo que es muy molesto, así que usa el tuyo"

El azul gimió, regresando a su habitación para buscar su propio peine… el cual no estaba seguro de si lo metió en su escaso equipaje o no. "Ugh, bien…"

"¡Y cepíllate los dientes también!" Le exclamó el niño por sobre su Miles Electric, ceñudo. "¡El olor a chilidogs rancio me llegó hasta aquí!"

"¡Está bien, cielos!" Resopló el erizo.