𝙎𝙖𝙫𝙚 𝙝𝙞𝙢 | 𝙅𝙤𝙚𝙮 𝙅𝙤𝙧𝙙𝙞𝙨𝙤𝙣 𝙮 𝙡𝙚𝙘𝙩𝙤𝙧𝙖.

9.

𝘊𝘢𝘯𝘢𝘥á: 9:15 𝘈𝘔

-El suave olor del café caliente inundó mis fosas nasales mientras me despertaba de mi larga siesta. No sabía cuánto tiempo había estado dormida, lo último que recordaba era quedarme dormida al lado de Joey mientras la ventana del avión permanecía abierta con su hermosa vista de las nubes por la noche.

Ahora mismo estaba refregandome los ojos con mis manos para quitar la pereza de lado. La bandeja que estaba frente a mí tenía un café y una pequeña porción de pastel de crema en un plato de porcelana.

Miré a los lados, la ventana de al lado mío estaba cerrada. Tal vez Joey la cerraría en medio de la noche, la abrí para que los rayos de sol entraran por ésta. El cielo de la mañana se veía hermoso, las nubes blancas y el cielo azul brillaban gracias a la luz del sol.

Me retiré de la ventana para mirar a mi lado, quería darle los buenos días, pero qué sorpresa me llevé al ver que Joey no estaba en su asiento. No estaba segura de dónde pudo haber ido, así que me levanté un poco de mi asiento para asomarme por encima del asiento donde estaban sentados Sean y Frédéric.

— Buenos días chicos ¿Vieron a Joey? No está sentado a mi lado.

-Frédéric estaba roncando con la boca abierta, literalmente estaba profundamente dormido con los brazos cruzados. Miré a mi lado y Sean era el único que estaba despierto, leyendo una revista mientras tomaba una taza de café.

— Ah, buenos días ________. Joey fué al baño hace unos minutos, quizás fué a cagar. -Dijo mientras soltaba una carcajada- y este tonto lleva frito desde ayer en la noche, se durmió a partir desde las 10. —Al mismo tiempo le pegó un codazo en el hombro y ni aún así despertó— ¿Viste?

— Dejemos que Fred descanse, trataré de no empezar a desayunar sin Joey. Si es que no se tarda cagando, claro.

-Ambos soltamos una carcajada ante mi tonto comentario.

— Creo que deberías empezar sin él, Joey desayunó hace media hora atrás. Y creo que el café le sentó mal, por eso esa jodida tardanza en el baño.

-Una vez más reí al escuchar su comentario, pobre Joey, nunca supe que era intolerante al café. O a la leche, quién sabe.

— En fin, hablamos al rato Sean. Disfruta de tu tiempo con ESA revista..

-Recalqué viendo su revista, la cuál era una llena de modelos vestidas con lencería algo subida de tono.

— ¡Oye! Los niños no pueden ver ésto... -Pausó antes de seguir hablando- pero gracias, la disfrutaré hasta que bajemos del avión.

-Con una risita divertida volví a sentarme en mi asiento, desplomandome sobre éste. Miré el pequeño desayuno que estaba frente a mí, si quería tener energías para hoy debía comer. Aunque no fuera un desayuno tan apetecible y sano...

Agarré una servilleta para tomar la porción de pastel en mis manos y no marcharme. Llevé una parte a mi boca y la mordí suavemente, soltó demasiada crema, seguro me empalagaría demasiado pronto. Seguidamente agarré de la taza de café y bebí un sorbo de ésta, vaya que estaba en su punto perfecto. Supongo que la comida de avión era buena, o quién sabe, tal vez seguiría degustando más adelante en próximos viajes. El pollo con arroz y verduras que nos dieron ayer para cenar estaba buenísimo, pero para Joey creo que fué lo peor que se pudo meter a la boca. Me quería dar a mi su cena, pero yo se la rechacé amablemente. Aunque le terminó dando su cena al hambreado de Heimoth ya que él se lo rogó varias veces.

Era divertido viajar con ellos, eran como una familia disfuncional, se llevaban mal unas veces y otras veces de llevaban de maravilla. Me sentía bien con ellos, por primera vez en mucho tiempo me sentía querida y valorada. Hasta incluso me sentía como si Joey fuese algo más para mí. Pero no en sentido romántico, claro que no. Si no cómo si lo empezara a ver cómo una figura paterna, alguien en quién confiar.