𝙎𝙖𝙫𝙚 𝙝𝙞𝙢 | 𝙅𝙤𝙚𝙮 𝙅𝙤𝙧𝙙𝙞𝙨𝙤𝙣 𝙮 𝙡𝙚𝙘𝙩𝙤𝙧𝙖.

11.

¿Fué el mejor concierto de mi vida? Definitivamente que si.

Todos los gritos de emoción del público, los chicos tocando con todas sus energías, escuchar cada canción, me hizo sentir viva.
La potente voz de Sean me hacía sentir escalofríos, escucharlo en vivo y tan cerca era algo digno de presenciar. Los demás también se esforzaron por lucirse en aquél concierto.

La brutalidad con la que Joey tocaba la batería resonaba por todo el lugar, tocaba a un ritmo tan agresivo que sentía cada hueso de mi cuerpo retumbar con cada golpe.

Todo iba tan bien, aunque en un momento de la presentación, algunos de los chicos tuvieron que echarse agua encima por el calor que se estaba acumulando. Provocando que sus cabellos, los cuáles los había dejado bien peinados, se arruinaran por completo.

El cabello cuidadosamente planchado de Joey, se fué al caño ya que en una pequeña pausa que hicieron, Joey se echó toda el agua que había en su botella por todo su cabello. El delineador que él tenía por los parpados de abajo se corrió por su rostro y se terminó ensuciando con éste. Tuve que acercarme y limpiarle los ojos con un pañuelo para que no le ardieran mientras tocaba.

Igual el poco maquillaje que les había puesto a los demás también se arruinó por el agua que se habían echado encima. Yo sólo podía mirar mientras mi corazoncito se pollo se rompía al ver mi trabajo yéndose lentamente por el agua.

Estuvieron tocando por una hora, el concierto acabó a las 9:10 PM. Desde lejos ví como los camarógrafos contratados se ponían a tomarles
fotos a todos los chicos con él público.

(Foto proveniente del ig oficial de Sinsaenum)

Todo fué muy bonito, ver cómo cada uno de ellos se ponía a charlar con los fans, a darles autógrafos, fotos. El amor por los fans era simplemente enorme, y se notaba a simple vista.

Cuando todos volvieron al backstage para descansar un poco, yo me dediqué a ayudar a los del staff a retirar los instrumentos que quedaron en el escenario. Insistieron en que ellos mismos podían encargarse y que me fuese con los chicos al camerino, pero mi terquedad ganó, y después de tanta insistencia por parte mía, me dejaron ayudarles.

No nos tardamos mucho, yo guardé los instrumentos de todos en sus respectivos estuches. La batería de Joey fué la parte más estresante porque entre todo el personal tuvimos que desarmarla y colocar cada pieza en un estuche diseñado para cada una de las tantas piezas.

Al cabo de media hora regresé al backstage para ir al camerino de Sinsaenum.

Creí que los chicos estarían cansados después del concierto, pero supe de inmediato que no cuando escuché un fuerte estruendo al final del pasillo, justo en la puerta del camerino.

Mi cara que estaba con una expresión tranquila, se tornó a una expresión preocupada. No lo pensé ni dos segundos y fuí corriendo hasta allá, seguidamente coloqué mi mano en el pomo de la puerta y la abrí, entrando de golpe.