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Risas intoxicantes.

Dogday y Hoppy estaban en la entrada del apartamento de Kickin, habían llegado hace alrededor de cuarenta minutos, de los cuales quince se habían quedado estáticos delante de la puerta pues el chico no parecía responder a sus llamadas desde el timbre.

- ¡Kickin! ¡Sé que estás ahí adentro! - Hoppy tocó la puerta con insistencia, paso de estar preocupada a molesta por alguna razón que Dennis no conocía - ¡Si no abres a la cuenta de tres voy a tirar la puta puerta! - amenazó, mientras la fuerza de sus golpes aumento.

Se escucharon ruidos antes de finalmente escuchar un adormecido "Ya voy" de parte del de plumas amarillas. Dogday suspiro y Hoppy soltó un bufido y rodó los ojos.

Luego la puerta se abrió, mostrando a un Ken completamente desarreglado. Dennis le saludo sonriente al ver que estaba bien, oh, pero Hoppy no se veía contenta en absoluto. Ella empujó a Ken dentro del apartamento y olfateo, la acción hizo que Kickin se pusiera nervioso, la coneja se rindió al no detectar feromonas.

- Huele raro ¿no? - pero Dennis si - Oye Kickin, no sabía que... - Ken le tapó la boca a su capitán antes de que dijera algo más, suficiente tenía con tenerlos a los dos dentro de su casa, se percató de que Dogday era el que estaba más cercano a su habitación.

- Eh... estuve bebiendo y no tuve tiempo de limpiar. - se apresuró a decir antes de que comenzarán las preguntas, mientras se alejaban de la habitación, ambos tomaron asiento en la sala - Perdón por no contestarles, puse el celular en silencio y luego fui a dormir. - re rasco la nuca.

- Nunca te dijimos que te llamamos. - ataco Hoppy entrecerrando los ojos, se cruzó de brazos y se acomodó más en el respaldo del sofá en el que estaba.

- Hoppy cálmate, seguramente vio las notificaciones ¿Por qué estas tan agresiva? - Dennis la miro un poco descolocado, hace un rato parecía preocupada pero ahora estaba molesta, ella se levantó y tomo una gran bocanada de aire.

- Necesito un respiro. - se tomó el puente de la nariz antes de salir del apartamento, Kickin y Dogday la vieron partir y luego se vieron mutuamente.

- ¿Qué fue eso? - preguntó su capitán, Ken alzo los hombros y negó con la cabeza - Bueno, vinimos porque estábamos preocupados por ti. Lo que vieron fue duro. - Kickin hizo una mueca incomoda y se rascó la nuca, recordó como apenas entraron al almacén no pudo evitar vomitar... el olor era tan repugnante.

- Lo peor fue ver a esa chica, estaba desnuda y encadenada de las manos en un gancho carnicero, con los ojos vendados... - se detuvo, solo de recordarlo le daban nauseas - Tenia quemaduras en la espalda y le hicieron el sello de la secta con un picahielo que pusieron al rojo vivo. - Dogday se levantó y abrazo a su amigo, tenía la mirada en blanco y el semblante oscurecido.

- Eso debió ser horrible de ver. - Dennis sintió los brazos del otro corresponder el abrazo, instintivamente dejo salir un poco de su fragancia a vainilla, logrando relajar un poco a Ken, se detuvo cuando se percató de que estaba liberando sus feromonas imprudentemente - Perdón Kickin. - se separó del abrazo - Por cierto, ¿por qué no me dijiste que estabas saliendo con alguien? - el otro ya estaba bastante relajado, suspiro y miro hacia su habitación de reojo.

- ¿Lo oliste? ¿Sus feromonas? - le preguntó, Dogday asintió - No le digas a nadie, por favor. - suplico en voz baja, el otro arrugo las cejas algo confundido.

Rojo De AmapolasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora