Rojo De Amapolas

I

El Capitán Dogday.

En aquella noche de otoño, donde el cielo estaba milagrosamente despejado y la luna llena se alzaba en el cielo con su encantadora presencia, había un grupo selecto de jóvenes que festejaban el día de su tan ansiada graduación de la academia en la que habían estado durante aquellos largos pero agradables ocho años de su vida.

El ambiente era cálido y bastante animado, el establecimiento en el que se encontraban era bastante grande y espacioso, con un gran jardín en la entrada decorado con luces que le daban un aspecto pintoresco.

Todos en la fiesta se divertían, entre charlas y bailes con la música ambientando el lugar, daba una sensación bastante agradable y rítmica. Algunos de los meseros ya estaban sirviendo el postre mientras que los invitados danzaban en la pista de baile con bastante alevosía.

– ¡Dennis! – exclamó Ken, un chico agradable de plumas amarillas y sonrisa coqueta – ¿Hope has visto a Dennis? – pregunto cuando a su lado paso una chica de cabello tintado en un color verde bastante peculiar, de orejas largas y nariz respingada, arreglada con un vestido azul negro de lentejuelas y un maquillaje de noche, ella lo miró confundida.

– ¿Hablas de Dogday? Es raro que lo llames por su nombre kickin. – la chica soltó una suave risa con melodioso tono, Ken chasqueo la lengua.

– Llevo buscándolo desde hace un buen rato para avisarle del postre, pero no lo encuentro. – se cruzó de brazos, ansioso – Lo perdí en la pista de baile cuando estaba con Catnap. – Hope hizo una mueca, y luego alzó las cejas.

– Déjalo, en un rato seguro que aparecerá. Sabes que a Dogday le encantan los postres. – hablo despreocupada, Kickin soltó una queja y luego regreso a su lugar para esperar su respectiva porción de pastel.

A Dennis le gustaban las fiestas y siempre era de los primeros en salir a la pista de baile. Todos en la academia lo conocían, era un chico bastante popular y agradable, todo lo contrario, a su pareja.

Fuera del lugar estaban ambos. Dennis un chico alto y de expresión amable, atlético y activo en todo; llevaba un traje de color ocre y detalles en blanco, con un corsé negro estampado con flores debajo el saco y una camisa blanca. Normalmente se quitaría el saco, pero en el exterior hacia bastante frío por lo que prefería ponérselo. A su lado estaba su novio, Theodore, que parecía medir casi los dos metros, con su traje negro clásico y una camisa de color beige.

– Es genial ¿No? – pregunto mirando al cielo despejado, apreciando la luna, a pesar de tener su cabeza alzada, sus sentimientos se desbordaban en tristeza – Aún no puedo creer que te vayas a mudar. Quisiera ir contigo. – su compañero estaba a su lado, moviendo suavemente su larga cola.

– No puedo llevarte, aunque quiera. – dijo, la familia de Theodore no era muy conocida, aunque la gran mayoría sabía que tenían una gran influencia – Mi padre no lo aceptaría. – Dennis soltó un suspiro.

– ¿Por qué? ¿Por qué soy Omega o por qué seré un oficial? – Theodore puso sus ojos en blanco, realmente el problema no era que Dogday fuera un Omega (más bien era una ventaja), sino el hecho de que será un oficial de la policía.

– Eso no tiene nada que ver. – mintió a medias, mordiendo su labio y poniéndose frente a Dennis, puso sus manos en los hombros de su pareja y le encaró, aunque Dogday era bastante alto (1.78m) Catnap le sobrepasaba por mucho (1.96m) lo que provocaba que Theodore tuviera que encorvarse para poder estar a la altura de Dennis – Sabes que me encantaría quedarme a tu lado por siempre. – dijo, sus manos acariciaron sus hombros y se deslizaron a la cara de Dennis, quien se estremeció al sentir los dedos fríos pasear por su cuello – Prometo que te volveré a buscar. –