-No puede ser que te tenga que soportar...
-Tenemos que hacerlo por ellos...
•••
-Antes te odiaba.
-...
-Ahora te odió más...
Atenea y Gavi tienen que verse casi todos los días, y más por sus dos mejores amigos, quienes se han enamorado perdidamente...
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Atenea
Ya estábamos aterrizando.
Esta mañana habíamos salido del pais, así como el director lo había dicho.
El nos había dado algunas indicaciones de que en dos semanas volveríamos a clases en nuestra nueva universidad. Mis padres ya sabían de todo, aun que no estaban de acuerdo.
Cuando bajamos del avión, no dude en subir a mis historias, mi ubicación. Las personas no tardaron en verla.
Recogimos las maletas, para después caminar hacia la salida.
—Espero y nadie nos reconozca —murmuró Zoe poniendose un cubrebocas y unos lentes oscuros. al igual que yo.
—Eso espero...
Estaba rogando que nadie nos reconociera pero no fue así, ya que unas niñas comenzaron a gritar como locas.
—¡Atenea y Zoe! —gritó, mientras nos apuntaba.
Todas las personas se nos acercaron pidiéndonos fotos y autógrafos.
Era muy bonito que te reconocieran y te pidieran eso. Pero ahora me encontraba agotada y estresada, pero aun así, Zoe y yo comenzamos a dar autógrafos, mientras caminábamos a la salida.
Lo unico que deseaba en ese momento era salir de ahí, pero cada vez más, se acercaban más y más personas a nosotras.
Los guardias comenzaron a sacarnos vomo pudieron, Zoe me tomó de la mano, tratando de que yo caminara más rápido, pero cuando lo hice, me tropeze con algo intente agarrar a alguien y cuando lo hice me deje caer, haciendo que esa persona también se caiga.
—Lo lamento tanto —dije levantándome—, lo siento, lo siento...
—No pasa nada, solo ten más cuidado —indicó el chico, me dediqué a mirarlo mejor, era de tez blanca, castaño y ojos marrones—, creo que te conozco de algun lado...
—¡Atenea! ¡Vamonos! —me grito Zoe jalándome del brazo haciendo que yo caminara junto a ella, dejando al chico con la duda.
¿Me conocía?
¿Pues es obvio no?
Se que no por ser cantante me conozca todo el mundo, pero si dijo eso, es por algo.
Zoe paro un taxi, y nos subimos, esta le dio la dirección, haciendo que él comenzara a conducir.
—¿Viste al otro chico, con el que chocaste? —me pregunto Zoe, pero yo no vi a ningún otro chico.
—¿Cual? —le pregunte.
—No me digas que no lo viste.
—Pues no te digo.
Ella solo nego con la cabeza.
—Además, me la pase disculpandome con el chico, pobrecito, se debio de aver golpeado duro —dije haciendo pucheros.
—Hay amiga, cuando chocaste con el su amigo se comenzó a reír de el, después cuando nos fuimos, voltee a verlos y el se estaba burlando del otro —me contó—, ¿crees que los volvamos a ver?
—Espero que no, que vergüenza...
En todo el camino nos la pasamos hablando en inglés, el conductor no entendía nada de lo que deciamos, y estaba mejor, después se hacen chismes.
Llegamos al apartamento y abrí la puerta, encontrándome con el salón que se juntaba con la cocina, en donde había una isla preciosa en el centro.
También había un pasillo con un baño y otras dos habitaciones, ambas tenian baño completo y un gran armario.
Nos adentramos más al apartamento dejando las maletas en el salón.
—Esta todo hermoso —murmuró Zoe—, todo esta muy lujoso...
Asentí dandole la razón.
—Amiga —la mire—, ¿recuerdas a nuestra antigua amiga?
—¿Como no recordarla tia?, la extraño un montón.
—¡Pues mañana va a venir a nuestro departamento! —dijo emocionada.
—¡¿Enserio?!
—¡Si!
Me alegraba un montón por eso, hace mucho que no la veíamos en persona, solo en fotos, que ella subía, era rara vez que hablaramos por mensaje.
Cada una se fue a su habitación, no podíamos peliarnos por cual elegir, ya que las dos son iguales.
Comenze a desempacar mis cosas, acomode mi ropa en el armario, puse algunos adornos que me había traído, en el escritorio que había, puse mi computadora portátil, mis cuadernos, lapicera, algunas fotos en marcadas, y por último pude mi guitarra eléctrica, en un lado del escritorio, esta era de color rojo, demasiado hermosa. También saque la otra una guitarra normal, y la puse al lado de la eléctrica.
No tenía casi nada que hacer, aun era temprano, así que decidí tomar una siesta.
