007: The dinner

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Atenea

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Atenea

—¡Atenea Evans!

Salte de un susto en mi cama al escuchar el grito de Zoe entrando a mi habitación, haciendo que me cayera de la cama. Mi amiga comenzó a carcajear sin parar.

—¿Qué te pasa? —pregunté levantándome mientras me masajeaba mi cabeza.

— T-tienes que alistarte p-para la cena —tartamudeó por la risa.

—Espabila antes de que te arroje al suelo —ordené haciendo que esta me hiciera caso.

Una vez sola, puse música en mi televisión. Me metí en mi closet buscando que ponerme, había optado por un vestido bonito pero recordé el mensaje que me había mandado Pedri y lo cambié por un vestido negro.

Me cambié y me puse mis zapatillas, me puse pestañas falsas, un poco de rubor, iluminador y gloss. Me procedi a ponerme mis joyas.

—¡Nhea, apurate que Pedri ya esta abajo!

¿Pedri iba a venir por nosotras?

—¡Nhea! —me volvió a gritar Zoe.

Sali de mi habitación saliendo directamente del departamento junto con ella, nos aseguramos que este bien asegurada la puerta y bajamos por el elevador. Una vez afuera vimos a Pedri esperándonos.

—Tranquilas, que aun no nos cierran el restaurante —hablo Pedri una vez mirandonos.

Lo saludamos y nos subimos a su auto, Zoe iba adelante junto con el y yo atrás.

No duramos ni cinco minutos cuando ya habíamos llegado al restaurante, entramos y la recepcionista nos pidió el nombre de nuestra mesa, Pedri dio los datos y nos dejaron pasar. Mis amigos se adelantaron un poco quedando yo detrás de ellos, baja mi mirada a sus manos y estaban entrelazadas, algo dentro de mi se murió de ternura.

Llegamos a la mesa y ya estaban: Ferran y Sira, Lewy y su esposa, Frankie y su esposa, Balde y Gavi.

Pedri y Zoe se sentaron y para mi mala suerte, me toco sentarme a un lado de Gavi y todavía para rematar, el estaba de negro, puto Pedri.

—Maddison —me saludó Gavi cuando me sente.

—Gavi...

Zoe me miro algo confundida cuando Gavi me llamo por otro nombre yo solo le hice una seña que mirara su móvil, hizo caso y miro el mensaje que apenas le había enviado. Está entendiendo y le conto a Pedri, el sólo río y entendió.

Al otro lado mío se encontraba la esposa de Frankie, con ella me la pase hablando mientras traían la cena.

En media conversación siento como alguien me pica mis costillas, voltee ya enfadada y era Gavi.

—¿Qué?

—Se dice mande cabezota —me dijo Gavi con su sonrisita fastidiosa.

—Si queres que te diga "mande", deja de picarme mis costillas —me voltee hacia la esposa de Frankie, pero otra vez Gavi me volvió a picar—, ¿Ahora que queres?

O N L Y   Y O U    -pablo gaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora