Dicho eso dejó su abrigo donde estaba en un inicio y se acercó a mi.
- ¿Hay algo en lo que pueda ayudar? - en verdad se veía dispuesto ayudarme con en la cocina, era todo un encanto a decir verdad.
- De hecho ya está lista, vamos a comer - Con su ayuda servimos los platos y nos dirigimos a la mesa para poder cenar.
- Y dime, ¿Cuánto tiempo llevas aquí? - sonreí, era claro que me veía como una niña ingenua de los horrores del infierno.
- Dentro de poco cumplo el año.
- Así que no sabes nada... - bajo la mirada dubitativo, a este punto comenzaba a cuestionarse si el tipo estaba planteando como hacerme estúpida y sacarme mi alma fácilmente o si solo le parecía que yo era todo un caso - debes dejar de ayudar a los demás, así como lo hiciste conmigo, te traerá problemas - sentía que me hablaba como si fuera un padre.
- ¿Sabes? por la manera en que hablas no debería haber excepción a la regla, así que cuéntame, ¿me harás daño? - este trago en seco, casi se ahoga, creo que no esperaba esa pregunta.
- Solo sigue comiendo.
bajo la mirada, se concentró en su plato y durante el resto del tiempo no volvió a decirme nada más, la verdad no le tenía miedo, no sabía si era un Overlod o algo así, porque hasta cierto punto sería capaz de defenderme y la realidad es que no tenía a absolutamente nadie que me pudiera defender o mínimamente ayudar, pero no solo el hecho de que él no se viera intencionado me dejaba tranquila, sino que también estaba la realidad de que ya no me importaba que sucediera conmigo.
Pronto ambos terminamos nuestros platos, a lo que sin siquiera una palabra o algo él se levantó, tomó ambos platos y se dispuso a lavarlos, era interesante que realizara esas acciones como si fuera su propia casa, pero también era acomedido al hacerlo. Me levanté y me acerqué a él de forma amigable.
- Puedes pasar aquí la noche, si no te molesta dormir en el sillón claro, es una casa pequeña de solo una habitación.
- Oh, no es necesario, cariño, a demás, creí haberte advertido de los peligros de ser hospitalaria con desconocidos - dijo con un tono ciertamente amable y juguetón.
- Bueno, la cosa es que la invitación solo está abierta en caso de que no pretendas hacer nada malo, de lo contrario será mejor que te alejes de mí - conteste siguiendo su juego.
Este amplio su sonrisa y aceptó, después de eso las cosas pasaron tranquilas, le lleve unas almohadas, unas cobijas y me despedí. La mañana siguiente al dirigirme a la cocina, me di cuenta de que se había retirado << ¿así que te vas sin despedirte? que grosero>>. En realidad tenía que comenzar a aceptar que no me gustaba estar sola, lo más probable era que le hiciera caso a Alastor, lo mejor era dejar de pretender que sirve de algo ayudar a los malditos pecadores en el infierno.
Me causaba curiosidad si me lo volvería a topar en algún punto, pero lo mejor era que dejara de pensar en eso, algo en lo que sí debería comenzar a pensar es que desde que llegué solo había estado en una zona muy limitada de la ciudad, así que lo mejor era que comenzará a explorar un poco más, así sabría quien lideraba que lugares, sabría a qué lugares podría ir sin tanto problema y a cuales ni siquiera me agradaría hacerlo, además de lo más importante, saber que personas controlaban todo.
En mi primer día de exploración en otra parte de la ciudad logré visualizar a lo lejos un hermoso establecimiento, parecía algo sencillo, como para tomar el té con amigos, pero me causaba mucha curiosidad.
Al entrar al establecimiento este parecía algo costoso, por lo que mi cartera quizá lloraría un poco, pero daba igual, aunque una cosa que me sorprendió bastante fue el hecho de que no había casi nadie, todos parecían estar tratando de tomar distancia de alguien, un hombre alto de apariencia elegante con características arácnidas.
Si bien es cierto que había muchas mesas libres, decidí sentarme en una mesa al lado suyo, uno de los meseros se acercó con la carta tembloroso del miedo, rápido eche un vistazo a esta y pedí lo primero que llamó mi atención, era como una especie de té, a lo que el mesero se fue prácticamente corriendo y poco después me daría mi bebida para nuevamente retirarse corriendo.
- Eres una jovencita algo atrevida al sentarte al lado de un Overlord sin miedo alguno ¿no lo crees? - la voz de dicho hombre se abrió paso entre el crudo silencio que gobernaba el lugar, su voz era bastante profunda y penetrante, claramente era un hombre serio y de poder.
- ¿Debería tenerle miedo? - voltee a verlo a la vez que daba un sorbo a mi té a lo que este río.
- Para nada - su tono era bastante amable.
Se levantó de su silla y todo el mundo volteo a verlo, como si estuviera punto de asesinarme de la manera más cruel, vil y violenta posible, he de decir que esto aceleró un poco los latidos de mi corazón, (lo cual ya era exagerado de por sí y es que al llegar al inferno y convertirme en esta especie de híbrido con un cuervo mi corazón latía mucho más rápido, asemejando un poco al ritmo cardiaco de uno;) después de ello tomó su bebida y se sentó en la misma mesa que yo para conversar.
- Solo me sorprende, no es lo que el resto de pecadores suele hacer; un placer conocerte, mi nombre es Zestial - estreche su mano y le sonreí amablemente
- El placer es todo mío
Después de eso tuvimos una amena conversación, nada muy interesante pero tampoco muy banal. Me resultaba importante conocer un poco a las personas que mantenían el control, como en este caso eran los Overlords, aun y si para ello tenía que llamar su atención de maneras que dieran de qué hablar, de cierta manera no sería tan relevante ya que al tener poder oculto nadie se interesa en una simple pecadora.
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Solo por si no queda claro <<estos son pensamientos mas directos de la protagonista>>
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Un amor infernal
Fanfic¿Por que ayudar a los pecadores en el infierno esta mal? Fanfic del universo de Hazbin Hotel y Helluva Boss, mostrando una especie de vida en el infeirno y centrado un poco más en Alastor . Es una historia dependiente y únicamente escrita por divers...