[6] Exterminio de barreras.

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- Oye - este volteo a verme con su extraña sonrisa - no es necesario que hagas esto como tratando de saldar alguna "deuda", cuando te ayude realmente no lo hice esperando nada a cambio. Si es esa la razón de que lo haces ya puedes parar.

En repuesta esté bajo un poco sus hermosas orejas peludas y desvió la mirada, como si se sintiera algo apenado, parecía querer irse por lo que le había dicho y debo admitir que no me parecía la mejor idea, no solo por su seguridad, ciertamente también por la mía, no tenia ni idea de cuanto tiempo estarían esos ángeles ahí afuera.

- ¿sabes? - levantó la cabeza y volvió a verme - me agradas - ladeo su cabeza notoriamente confundido - y puedes venir o quedarte por el tiempo que quieras cuando quieras, pero lo que no quiero es que estés aquí conmigo porque te sientas obligado, me hace sentir mal.

- Creí haberte dejado en claro que tenias que dejar de ser amable.

- Si... - subí mis piernas al sillón y las cruce - perdón, supongo que no puedo evitarlo - este rodó los ojos y produjo un sonido de estática, reí cubriendo mi sonrisa - bromeo, solo me gusta enfadarte.

Pero mi risa no dudaría mucho al escuchar un pecador implorando a gritos por su vida seguido de un fuerte golpe de un objeto de metal cerca de mi puerta, voltee rápidamente para asegurarme que nadie entraría, no parecía estar en peligro alguno en realidad, pero por alguna razón se sentía escalofriante.

- No sabia que escuchabas la radio - sin que me diera cuenta Alastor se había puesto de pie y se había dispuesto a mirar mis cosas, sea lo que sea le agradecía que me distrajera.

- Ah, eso - le di un sorbo a mi té para después ponerme de pie y acercarme a él - la compre hace poco, no sabía que las vendían - la encendí y puse algo de buen Jazz y este al escucharlo amplió su sonrisa, pero esta vez no se veía espeluznante ni sádica, esta era una sonrisa cálida.

- Veo que tienes buenos gustos - nuevamente sonreí.

- Veo que TÚ tienes buenos gustos - bromee, este subió el volumen y me extendió la mano en una agradable propuesta de baile - ¿crees que el hecho de que no sepa bailar sea un inconveniente? - en respuesta tomó mi mano y me acercó a él.

- Pero por supuesto que no.

Y fue así como pasamos gran parte de lo que restaba de la tarde bailando y disfrutando del Jazz sumergidos en el arte de la música sin pensar en las atrocidades que pasaban alrededor. Después de un par de bailes ambos nos dirigimos a beber algo, que suerte que justo había comprado algo de vino, bebimos una copa y cuando la canción que sonaba termino me dirigí a la radio a buscar una nueva, hasta que comenzó a sonar una muy en específico "it's been a long long time".

- Me parece ser que esa canción no la conozco - tenía el ceño fruncido - es lamentable de mi parte - sonreí ante el hecho que se nombrara inculto.

- Bueno, la conocerás ahora - me acerque a su lado danzando al ritmo de la melodía para después sentarme - ¿sabes? cuando era niña y escuchaba esta canción cerraba los ojos y me soñaba con un hermoso vestido blanco y el hombre de mis sueños festejando la más hermosa boda de la existencia con esta canción de fondo - y a la par que la cantante dije mi parte favorita - "You'll never know how many dreams; i've dreamed about you; or just how empty they all seemed without you", ¿no es simplemente poético?

- Lamento informarte que suena como algo sumamente patético - esboce una pequeña risilla llena de nostalgia, nostalgia de mis sueños, de lo que quería que fuera.

- Lo sé - tras un breve silencio la duda no lo dejó esperar más.

- ¿Y se cumplió tu sueño?

- Por supuesto que no - me volví a la barra y me serví otra copa de vino - no estaría aquí de haber tenido una vida de ensueño.

- Espero que no haya sido culpa del hombre de tus sueños.

- Por supuesto que no, ese idiota ni siquiera llegó, aunque si se debió a un hombre, pero no creo que necesites saber todos los detalles bambi - y nuevamente este frunció el ceño, a lo que lo mire incrédula - ¿NO SABES QUIEN ES BAMBI?, eres todo un fósil - el sonido de estática se hizo presente

- ¿Quién es ese tal bambi?

- Es una caricatura televisiva de un venado - fastidiado se volteo a otro lado - algún día tienes que verla, es infantil, pero entretenida - seguía sin causarle gracia lo que decía - aunque bueno, el inicio es triste, cuando bambi, el venado es pequeño unos cazadores matan a su madre - y tras decir esto sus orejas simplemente se dejaron caer con aparente tristeza.

- Entonces no me vuelvas a llamar así - dijo con un tono seco para después tomar otra copa de vino << mierda, entonces literalmente es bambi>>.

- Oh, lo siento

Y lo que prometía ser un silencio incomodo fue interrumpido por campanadas exactas a las del inicio del exterminio, por lo que me puse de pie y me acerque a la ventana para comprobar que, en efecto, el exterminio había terminado <<por fin>>.

- No sabes que alegría me causa que haya terminado, voy a dormir, sin duda lo necesito.

Este no me respondió, sabía que no quería hacerlo, me gustaría poder consolarlo, darle palabras de amigos o incluso de bartender, lo que fuera necesario, pero sabía que solo lo incomodaría, no era ni un poco cercana a él como para que me dejara entrar en sus traumas, así que eso era lo mejor, además, si nos seguimos conociendo ya nos haríamos unidos, en verdad me agradaba, no había porque intentar apresurar nada.

- Ah - dije antes de entrar a mi habitación - hay más vino en el refrigerador por si gustas embriagarte - pero antes de que cerrara la puerta este me interrumpió.

- En realidad... - había hablado muy bajo así que me acerque un poco más para poder escucharlo, pero no parecía querer hablar, solo se sirvió otra copa de vino - yo... - y rápido lo entendí, quería que me quedara con él pero no quería pedirlo, supongo que su orgullo se lo impedía, por lo que me dirigí al otro lado de la barra para poder sacar la otra botella de vino.

- El sillón es mucho más cómodo.

Dije con una sonrisa amable en mis labios a lo que Alastor tomó su copa y se dirigió al lugar antes señalado, seguido de ello yo tomé el vino y mi copa, los puse sobre la mesita frente el sillón y me senté a un lado suyo, volví a cruzar mis piernas sobre el sillón como lo había hecho anteriormente y di un sorbo al vino.

Ninguno de los dos volvimos a cruzar palabra, aunque esta vez no era un silencio incómodo, era más bien una compañía agradable, la radio seguía sonando, y el vino cada vez se vaciaba más, la noche comenzaba a despertarse, pero ninguno de los dos parecíamos embriagarnos, era cierto cuando había dicho que estaba cansada pero tampoco lo dejaría solo después de su manera tan extraña de pedir mi compañía.

Una vez la botella y las copas vacías, con la hermosa oscuridad de la señorita noche decorando la habitación Alastor simplemente, sin previo aviso, posó su suave y sedosa cabeza sobre mi hombro, y yo, cansada sin poder sostener ni un minuto más los ojos abiertos, repose mi cabeza sobre la suya y ambos terminamos dormidos.

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es solo una idea de su casa

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⏰ Última actualización: Jun 22 ⏰

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