Son solo eso, rumores

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En la facultad de Ciencias y Humanidades se lleva rumoreando desde hace años un posible romance entre el profesor de Física y el de Filología. Pero quizá son solo eso, rumores.

Se lleva rumoreando por la universidad desde hace muchos años, pero nadie tiene una certeza verdadera.

Los murmullos que el viento lleva de un lado a otro, entre silbidos que llegan a oídos de los más cotillas y bocas de los más criticones, de aquellos estudiantes y en ocasiones personal docente y no docente que es demasiado nuevo en la institución como para poder confirmar algo o tan siquiera acercarse a los susodichos y preguntarlo. Porque la cuestión lleva en el aire mucho tiempo y cuando parece que hay una respuesta obvia entre esos roces de mano y miradas comprometedoras que se excusan tras simple admiración mutua, resulta que ocurre alguna disputa o choque que tira abajo cualquier esperanza.

Dos profesores que algo se traen entre manos y nadie sabe qué, pues siendo objetivos, Gustabo, físico y especializado en astrofísica, no pega ni con cola con Conway, filólogo doctorado en humanidades. No por el mero hecho de que sus profesiones nada tienen que ver entre ellas, sino por la manera en la que siempre están en desacuerdo, con esos insultos y un pique que es bien conocido por toda la universidad, un dúo tan icónico que ha sido capaz de unir dos facultades totalmente opuestas, un Jin y un Jan que en lugar de repelerse, se funden hasta formar un gris, que en ocasiones como con el aceite sucede, por mucho que intenten mezclarse, terminan por rendirse y aceptar lo diferentes que son.

Se lleva rumoreando por la universidad desde hace muchos años, pero nadie tiene una certeza verdadera de si esos dos son pareja.

Nadie les ha visto salir a la vez, ni tampoco entrar a la par. Es más, nadie les ha visto juntos por más de una hora y que no tuviera la excusa laboral de por medio. No hay cafetería que haya sido testigo de si tan siquiera tienen una amistad, pero es que, joder, tienen una química demasiado desarrollada para quedarse en nada más que eso, una química.

Llega un punto donde los alumnos que más tiempo llevan se rinden, dan por hecho que es cierto, que son pareja, y siguen continuando con su vida, pero aquellos que acaban de aprobar los exámenes nacionales y son nuevos en ese mundo, fisgonean e investigan, en el jardín hacen apuestas y ponen en común teorías. Unos afirman que les vieron compartir despacho, en la soledad de una gran oficina y teniendo todos los huecos libres de demás mesas, juntos decidieron sentarse. Otros, lo más avispados, juran que en las fiestas de la institución estuvieron a la par, separados de todo el tumulto de gente y compartiendo tiempo entre tragos y cigarros, porque no hubo ni una sola risa, pero ambos, ansiosos de manual que siempre se muestran preocupados, se pudo notar desde la distancia que Conway no tenía el ceño fruncido y que Gustabo estaba más suelto. Y es que, la encrucijada resulta tan expectante, que miembros de otros bloques también se han sumado a ella.

Pero ninguno de los dos protagonistas es tonto, saben con certeza lo que sucede. Cuando Gustabo entra al final de una sesión para preguntar por Conway en el aula, o cuando Conway espera pacientemente sentado en las sillas fuera del laboratorio en prácticas. Juegan con los sentimientos de los cotorros y no dejan una verdad absoluta, ni mucho menos certera. No hay ningún punto final que lo confirme, y a veces todos los involucrados se preguntan si se trata de una imaginación colectiva, donde realmente no existe nada, porque es imposible que en décadas jamás se haya descubierto o logrado un avance.

Por esa misma razón todos recurren a Isidoro, gerente de la universidad y fiel amigo de Gustabo, que está metido en todos los líos amorosos, tanto a la fuerza, como por naturalidad propia. Una sutileza brutal en donde tiene oído para todo. Entonces, confiando que él soltara alguna pista, van en parejas y grupos a inquirir. "¿El profesor García y Conway tienen lío?", y como Isidoro es inepto, pero hasta cierto punto, tiene la respuesta adecuada; "no sé, dime tú".

TEMPUS FUGIT | ONE-SHOTS INTENABODonde viven las historias. Descúbrelo ahora