Capítulo 6

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*lunes de la siguiente semana

—¿No te gustaria ir a cenar conmigo? – escucho a mi espalda y es mi jefe.

—Lo lamento señor, pero no quiero- respondo mirando hacia el frente.

—Ya no estamos en horario laboral, no me digas señor- demanda parándose a mi lado.

—De todas maneras, no iré a cenar con usted- informo comenzando a caminar.

—Sigues siendo un hueso duro de roer incluso si ya llevamos caso  tres semanas trabajando juntos- me dice bajando las escaleras a mi lado.

Ignoro sus comentarios y continúo caminando por la acera de la calle.

—No entiendo por qué no me deja en paz y va a molestar a alguien más- declaro indiferente.

—Es que tú eres la única que se molesta por mi compañía- expresa sonriendo y mirándome-. ¿Sabes? Muchas mujeres matarían por tener una noche apasionada conmigo, incluso con solo caminar a mi lado como tú lo estás haciendo. Considérate afortunada- me guiña el ojo.

—¿Enserio? Pues muchos hombres matarían porque les dirigiera una sola palabra, o los mirara un segundo- le digo volteándolo a ver-. Confórmese con lo que tiene.

Continúo caminando con el Sr. Hussain siguiéndome, encuentro molesto su comportamiento insistente.

—El restaurante se encuentra aquí cerca- insiste-. Y no tienes que preocuparte por llegar tarde, te llevare personalmente a tu casa.

—¿Por qué sigue insistiendo en ser más que compañeros de trabajo? – cuestiono suspirando y deteniendo mi paso-. Sus molestos intentos de acercarse a mí ya me están hartando demasiado.

—Exageras mucho, yo nunca he hecho algo así- realiza ademanes.

Levanto una ceja.

—El martes de la semana pasada cuando ya me estaba marchando a mi casa intencionalmente detuvo el elevador para que ambos nos quedáramos encerrados dentro durante una hora- informo frunciendo el semblante.

—No fue mi culpa que casualmente se fuera la luz en el edificio- comenta librándose de la acusación.

—¿Así?... Y que hay de la vez en que no paraba de llamarme cada 10 minutos a su oficina- me cruzo de brazos.

—Tenía muchas cosas que encargarte y se supone que tú eres mi secretaria así que tienes que ayudarme- se encoje de hombres.

—Mentiroso nuca me pedía hacer nada- musito entre dientes.

—¿Qué?

—¿Y si soy su secretaria porque no para de tener sexo con otra mujer frente a mí? – pregunto jalándolo de la corbata.

—¿Celosa? – habla sonriendo.

—Para nada- respondo soltándolo-. Pero es molesto como atenta contra mi dignidad y me muestra tal falta de respeto.

El Sr. Hussain borra la sonrisa de su rostro mientras yo vuelvo a caminar, tarda algunos segundos, pero vuelve a seguirme el paso, esta vez en silencio.

—Si acepto esta cena con usted prometa que no volverá a molestarme, ni tendrá sexo frente a mí y sobre todo se concentrará en hacer su trabajo como gestionar la empresa correctamente- digo en tono serio y suspirando.

—Me pides demasiadas cosas- dice realizando una mueca-. Pero lo hare con la condición de que he llamaras por mi nombre cuando no estemos en horario laboral.

La propuesta no me parece mal, de hecho, solo son dos condición de su parte mientras que yo tengo tres.

—Trato hecho- extiendo mi mano para cerrar el acuerdo.

Solo Di Que Me AmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora