Capitulo 1

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En la acogedora habitación de los príncipes Velaryon-Targaryen, la joven Naerys, con su melena rojiza y sus ojos avellana brillando de emoción, se encontraba contando un cuento a sus hermanos menores. Sentados en la suave alfombra a sus pies, Jacerys de nueve años y Lucerys de siete años escuchaban con atención, sus rostros iluminados por la cálida luz de las velas.

Naerys: (actuando y contando la historia) Y entonces, el valiente caballero se adentró en el oscuro bosque. De repente, ¡ve a un aterrador dragón! Sus ojos ardían como brasas y sus escamas relucían al sol...

Los niños contenían la respiración, cautivados por la narración de su hermana. Ser Harwin Strong, sentado en una silla cercana, observaba con una sonrisa, disfrutando de la escena.

De repente, la puerta se abrió y la princesa Rhaenyra entró en la habitación, todavía pálida pero radiante tras haber dado a luz recientemente. A su lado, sosteniendo su mano con cariño, estaba su esposo Ser Laenor Velaryon. Los niños se levantaron de inmediato, corriendo emocionados hacia sus padres.

Jacerys: ¡Madre! ¡Mira! (mostrándole el huevo de dragón que estaba en una olla)

Lucerys: ¡Escogimos un huevo para el bebé! (emocionado, mostrando un huevo reluciente)

Rhaenyra: (con una sonrisa cansada y amable) Ese parece ser uno perfecto. (Con ayuda de Harwin se sienta en una silla cercana)

Jacerys: Dejé que Luke escogiera. (orgulloso de su generosidad)

Lucerys: Gracias, Jace. (dijo, sonando tierno mientras abrazaba a su hermano mayor)

Harwin: No todos los días sale un huevo de la fosa, princesa. Pensé que sería lo mejor escoltar a los jóvenes. (acariciando el cabello de Naerys con afecto)

Rhaenyra: Laenor y yo le agradecemos. (volteando a verlo con una sonrisa cansada)

Harwin: Otro niño, escuché. Felicidades, majestad. (dijo, inclinándose ligeramente)

Laenor: Que buen caballero vas a ser. (dijo, acunando al recién nacido Joffrey con ternura)

Naerys: ¡Uh uh! ¡Quiero cargarlo! ¿Puedo padre? ¡Puedo, puedo! (saltando de emoción)

Rhaenyra: Dejemos que Ser Harwin cargue primero a Joffrey. (dijo suavemente)

Laenor le pasó al recién nacido a Ser Harwin, quien lo sostuvo con cuidado. El bebé miraba a Ser Harwin con grandes ojos medio adormilados, moviendo sus pequeñas manos.

Lucerys: Padre, ¿podría cargar a Joffrey? (preguntó curioso)

Leanor: No, no, no. (dijo, jugando y haciéndole cosquillas a Lucerys) Ahora ustedes dos, de vuelta a la fosa de dragones. Y tú, pequeña belleza, ve con la septa a tus lecciones.

Naerys: Pero papá, yo no quiero ser princesa. ¡Quiero ser un caballero como Ser Harwin! (haciendo un puchero)

Leanor: Eso lo veremos ahora. (riendo) Démosle privacidad a tu madre y Ser Harwin. (acariciando el cabello de su hija mayor)

Naerys: Sí, padre. (dijo, resignada, pero con un brillo de determinación en sus ojos)

Los niños se despidieron con abrazos y besos, dejando la habitación con la promesa de regresar más tarde para ver a su nuevo hermanito. Naerys, siempre obstinada, lanzó una última mirada a su madre y Ser Harwin antes de salir, su mente ya maquinando formas de demostrar su valía como caballero. Ser Harwin continuó meciendo al recién nacido a quien Veía con ternura

Naerys se despidió de sus hermanos con un abrazo y una promesa de regresar más tarde para ver al bebé Joffrey. Con un último vistazo hacia su madre y Ser Harwin, salió de la habitación con una mezcla de resignación y determinación. Al cerrar la puerta detrás de ella, Laenor se volvió hacia Rhaenyra, preocupado por su esposa aún recuperándose del parto.

Ser Harwin: dormido frente al comandante de la guarida real que descortés pequeño príncipe (mirando juguetonamente al recién nacido)

Rhaenyra: eso viene de familia (con una suave sonrisa)

Laenor: (mirando a Rhaenyra con preocupación) ¿Cómo te sientes, querida? Sabes que puedes descansar más tiempo si lo necesitas.

Rhaenyra: (con una sonrisa cansada pero serena) Estoy bien, Laenor. Solo necesito unos momentos de tranquilidad. (dirigiéndose a Harwin) Gracias por cuidar de ellos, Harwin.

Harwin: (sosteniendo a Joffrey con ternura) Siempre es un placer, princesa. Ellos son buenos chicos, muy curiosos y llenos de energía.

Rhaenyra: (asintiendo) Sí, lo son. (pausando) Harwin, quiero agradecerte por todo lo que haces por ellos. Sé que este no es el camino más fácil.

Harwin: (con sinceridad) Rhaenyra, no hay nada que no haría por ti y por nuestros hijos. (mirando al bebé en sus brazos) Joffrey es un niño fuerte, como sus hermanos.

En ese momento, Naerys, que había fingido irse, se deslizó de vuelta a la habitación, curiosa por escuchar más de la conversación de los adultos. Se escondió detrás de una cortina, sus ojos avellana brillando con la emoción del secreto.

Rhaenyra: (con una sonrisa triste) Sí, Harwin. Pero debemos ser cuidadosos. Los rumores... la gente habla.

Harwin: (serio) Lo sé. Pero siempre estaré aquí para protegerte a ti y a nuestros hijos, sin importar lo que pase.

Laenor: (interrumpiendo suavemente) Harwin, tu lealtad y tu amistad son invaluables para nosotros. Y como hemos dicho antes, tu lugar aquí está asegurado.

Naerys escuchaba atentamente, sus pensamientos volando. Quería ser fuerte como Ser Harwin, quería ser valiente y proteger a su familia. En ese momento, sintió un vínculo más profundo con él, como si sus deseos de ser un caballero encontraran un ejemplo perfecto en su figura.

Rhaenyra: (mirando a Joffrey) Quiero que crezcan en un mundo donde puedan ser libres y fuertes, sin las sombras de los secretos.

Harwin: (mirando a Rhaenyra y luego a Joffrey) Haré todo lo posible para que eso sea una realidad, Rhaenyra. (acariciando la mejilla de Joffrey) Este pequeño merece una vida llena de amor y seguridad.

Naerys, aún escondida, sintió una oleada de amor y respeto por Harwin. Decidió en ese instante que haría todo lo posible para ser digna de él, para demostrar que una princesa también podía ser tan valiente y noble como cualquier caballero.

Finalmente, Rhaenyra se dio cuenta de la presencia de Naerys.

Rhaenyra: (con una sonrisa) Naerys, sal de ahí. Sé que has estado escuchando.

Naerys: (saludando con una sonrisa traviesa) Lo siento, madre. No pude evitarlo.

Harwin: (riendo) Bueno, parece que tenemos una pequeña espía entre nosotros.

Laenor: (con un guiño) Una espía muy curiosa y valiente.

Naerys: (acercándose a Harwin) Ser Harwin, ¿puedo sostener a Joffrey ahora?

Harwin: (con una sonrisa) Claro, Naerys. Solo ten cuidado, es muy pequeño.

Harwin le pasó cuidadosamente al bebé a Naerys, quien lo sostuvo con una mezcla de reverencia y amor. Joffrey, con sus ojos grandes y curiosos, miró a su hermana mayor con interés.

Naerys: (susurrando) Hola, Joffrey. Soy tu hermana Naerys. Prometo cuidarte siempre.

Rhaenyra: (mirando la escena con ternura) Sé que lo harás, Naerys. Eres una hermana maravillosa.

Laenor: (acariciando el cabello de Naerys) Ahora, mi valiente princesa, ve con la septa. Tus lecciones te esperan, pero recuerda que siempre puedes ser lo que desees ser.

Naerys: (con una sonrisa decidida) Gracias, padre. Seré una gran caballero, como Ser Harwin.

Harwin: (tocando suavemente la cabeza de Naerys) Y lo serás, Naerys. Estoy seguro de ello.

Con una última mirada de amor a su familia, Naerys salió de la habitación con Joffrey aún en sus brazos, su mente llena de sueños y su corazón decidido a demostrar su valía. Laenor, Rhaenyra y Harwin la observaron mientras se iba, compartiendo un momento de comprensión y esperanza para el futuro.

꧁𝑳𝒂 𝑷𝒓𝒊𝒏𝒄𝒆𝒔𝒂 𝒅𝒆 𝑫𝒓𝒊𝒇𝒕𝒎𝒂𝒓𝒌꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora