Lucy
Me desperté por el dolor en mi cuerpo, mi estómago dolía, mi espalda me estaba matando y mi corazón estaba roto. Todo mi cuerpo estaba sucio de tierra. No sabía que haría a partir de ahora. La cara de aquella mujer sonriente por su desgracia no se le quitaba de la mente, nisiquira había visto la expresión de Alexander al verla allí se había concentrado solamente en la mujer.
Decidió levantarse y buscar un refugio donde poder descansar mejor. Después de buscar mucho encontró un arroyo y lo siguió colina arriba buscando el mejor lugar para usar de refugio. Una pequeña cueva que no tenía dos metros de largo parecía su mejor obsion, quito toda su ropa y se transformó, no quería comer pero tenía que buscar comida antes de que su cuerpo estuviera más débil. Paso la noche convertida en lobo echa una bola de pelos en el fonde de la pequeña cueva, había atrapado una liebre pero se la había podido comer. Seguia llorando como una Magdalena pensando en lo tonta que era al pensar que algún día Alexander también la amaría.
Los rayos del sol iluminaron la entrada de la cueva, tenia sed pero yo no moverme así que no lo hice. Segui undiendome en mi propia miseria con mi corazón hecho pedazos. Si sigo así moriré en unos días y yo muero el lo hará conmigo me duela pensar que el también morirá pero se lo tiene merecido por pendejo.
Escuché ruidos así que me quedé lo más quieta que pude, si no se dan cuenta que hay alguien seguirán de largo y no me mostraran. Mi nariz goteaba así que ni intente olfatear para saber quiénes estaban afuera. Solo me acerqué más a mi misma.
Vi como se paró alguien en la entrada, en cuanto se percató de mi presencia corrió hasta mi.
Alexander: trasformate!
No lo obedecí, no siquiera lo mire, como coño me habría encantado.
Alexander: transformate Lucy! Te lo está ordenando tu alfa.
Me levanté como pude pero mis patas me fallaban y me volvían a tirar al suelo . Cuando pude mantenerme en pie me transforme quedando desnuda frente a él. Me volví a caer esta ves hacia adelante pero el gran alfa me atrapó y comenzó a decirme palabras bonitas para endulzar mi oído.
Alexander: ya estás conmigo...no volveré a permitir que algo así vuelva a pasar... estaba tan preocupado n por ti mi bebé...mi hermosa voy dulce bebé.
No creí ni una solo de las palabras que decía y no lo volví a mirar. Había dejado de llorar, mis ojos estaban secos, solo sentía el vacío en mi interior. Acerco su boca y besó mis labios. Me brazo y acomodo mi cabello. Mis piernas volvieron a fallar y el me sostuvo puso algo para cubrir mi cuerpo y me cargó. No luché, no tenía fuerzas. Habían más personas afuera no mire a nadie pero las sentía, dio varias órdenes y todos lo siguieron.
Alexander: Richard avisale a Adam que ya la encontramos y que un médico me espere en casa avisale a Alfred que ya vamos.
- si alfa.
Al parecer había mucha gente buscándome tal vea por eso me había encantado tan rápido. Tenia que coger experiencia para cuando lo volviera a intentar, no pensaba quedarme con él, ya no más.
Cuando llegamos a casa todos nos estaban esperando, tratre de bajarme pero no me lo permitió. Paso de largo a todos hasta llegar a su habitación y ponerme en la bañera, comenzó a echarle agua tibia y a bañar mi cuerpo. Busco mis cremas y las pasó por mi piel como me lo había visto hacer en otras ocasiones, también mi ropa y me la puso para después ponerme en su cama y gritarle a Alfred que pasara al médico.
Alexander: dije almmedico Gala. Tú no eres médico.
Gala: no pero esa que esta ahí también es mi hija quiero saber como está.
Se metió a la fuerza hasta llegar a mi lado .
Gala: cómo estas mi niña?
Yo no respondía pero mis ojos se volvieron a llenar de lágrimas, ella me abrazó.
El médico revisó mi cuerpo y su diagnóstico para variar fue depresión, volvió a explicar lo mismo de la otra vez. Pero esta sería diferente. En cuanto Alexander salió de la habitación con el médico agarre la mano de Gala.
Lucy: ayúdame.
Gala: qué quieres que haga?
Lucy: necesito ir al templo de la diosa luna.
Ella entendió lo que quería hacer ya no quería seguir alargando lo inevitable. Solo afirmó con la cabeza y me pidió tiempo para preparar todo.
Tenia todo el tiempo a alguien en mi habitación, al parecer el médico dijo que podría quitarme la vida que ingenuo, la única manera en la que me quitaría mi vida seria arrancandole la cabeza a Alexander y no creo que mi fuerza de omega diera para tanto.
Entrada la noche llego él me miró co sus ojos dorados, pero esta ves no hiba a caer en esa estupidez. Me levanté de un salto de la cama y lo enfrente con las pocas fuerzas que me quedaban.
Lucy: largo! Largate de aquí! No quiero verte!
Sus gruñidos hicieron eco en toda la casa.
Lucy: no me importa...donde estabas cuando Alexander estaba allí con ella? Tu lo permitiste! No te quiero a ti tampoco en mi vida! Largate! No los quiero volver a ver nunca más! Y escuchame bien me pienso largar de aquí lejos de todos así que lo mejor será hacerlo por las buenas.
Volví a acostarme y lo escuché gruñir enojado pero ya no me importa, no me importa mada. Sentí como tiro la puerta de su despacho y comenzó a tirar todo a su paso, mañana me disculparía con las chicas y las ayudaría a recoger el desastre pero no pensaba dejarlo entrar en mi cama, eso nunca más.
En la mañana Deris me trajo el desayuno.
Lucy: mucho desorden?
Deris: no dejó nada sano en ese despacho.
Lucy: lo siento, en cuanto desayune me cambio y te ayudo.
Deris: no, tú tienes que descansar .
Lucy: no necesito descansar Deris, necesito irme de aquí.
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un alfa cruel 3
Manusia SerigalaLu está a punto de cumplir sus 17 años, Alexander Klein vendrá a buscarla, ella está emocionada por su compañero pero el también lo estará? que pensara el gran alfa de luna de plata de tener una compañera 20 años mejor que él.