#19-rota

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Lucy

Me desperté por el dolor  en mi cuerpo, mi estómago dolía, mi espalda me estaba  matando y mi corazón  estaba roto. Todo mi cuerpo estaba sucio de tierra. No sabía que haría a partir de ahora. La cara de aquella mujer sonriente por su desgracia no se le quitaba de la mente, nisiquira había visto  la expresión  de Alexander al verla allí se había concentrado solamente en la mujer.
Decidió levantarse y buscar  un refugio donde poder descansar mejor. Después de buscar  mucho encontró un arroyo y lo siguió colina arriba buscando el mejor lugar para usar de refugio. Una pequeña cueva que  no tenía dos metros de largo parecía su mejor obsion, quito toda su ropa y se transformó, no quería comer pero tenía que buscar  comida antes de que su cuerpo  estuviera más débil. Paso la noche convertida en lobo echa una bola de pelos en el fonde de la pequeña cueva, había atrapado una liebre pero se la había podido comer. Seguia llorando como una Magdalena pensando en lo tonta que era al pensar que algún día  Alexander también la amaría.
Los rayos del sol iluminaron la entrada de la  cueva, tenia sed pero yo no moverme así que no lo hice. Segui undiendome en mi propia miseria con mi corazón hecho pedazos. Si sigo así moriré en unos días y yo muero el lo hará conmigo me duela pensar que el también  morirá pero se lo tiene merecido por pendejo.
Escuché ruidos así que me quedé lo más quieta que pude, si no se dan cuenta  que hay alguien  seguirán de largo y no me mostraran. Mi nariz goteaba así que ni intente olfatear para saber quiénes estaban afuera. Solo me acerqué más a mi misma.
Vi como se paró alguien en la entrada, en cuanto  se percató de mi presencia  corrió hasta mi.
Alexander: trasformate!
No lo obedecí, no siquiera lo mire, como coño me habría encantado.
Alexander: transformate Lucy! Te lo está ordenando tu alfa.
Me levanté como pude pero mis patas me fallaban y me volvían a tirar al suelo . Cuando  pude mantenerme en pie me transforme quedando desnuda  frente  a él.  Me volví a caer esta ves hacia adelante pero el gran alfa me atrapó y comenzó  a decirme palabras bonitas  para endulzar mi oído.
Alexander: ya estás conmigo...no volveré a permitir  que algo así vuelva  a pasar... estaba tan preocupado n por ti mi bebé...mi hermosa voy dulce  bebé.
No creí ni una solo de las palabras que decía y no lo volví a mirar. Había dejado de llorar, mis ojos estaban secos, solo sentía el vacío en mi interior. Acerco su boca y besó  mis labios. Me brazo y acomodo mi cabello. Mis piernas volvieron  a fallar y el me sostuvo puso algo  para cubrir mi cuerpo y me cargó. No luché, no tenía fuerzas. Habían más personas afuera no mire a nadie pero las sentía, dio varias órdenes  y todos lo siguieron.
Alexander: Richard avisale a Adam que ya la encontramos y que un médico  me espere en casa avisale a Alfred que ya vamos.
- si alfa.
Al parecer  había mucha gente  buscándome tal vea por eso me había encantado tan rápido.  Tenia que coger experiencia para cuando  lo volviera a intentar, no pensaba quedarme con él, ya no más.
Cuando  llegamos a casa todos nos estaban esperando, tratre de bajarme pero no me lo permitió. Paso de largo  a todos hasta llegar  a su habitación y ponerme en la bañera, comenzó a echarle agua tibia y a bañar mi cuerpo. Busco mis cremas y las pasó por mi piel como me lo había visto hacer en otras ocasiones, también  mi ropa y me la puso para después  ponerme en su cama y gritarle a Alfred que pasara al médico.
Alexander: dije almmedico Gala. Tú no eres médico.
Gala: no pero esa que esta ahí  también  es mi hija  quiero saber  como está. 
Se metió a la fuerza  hasta llegar  a mi lado .
Gala: cómo estas mi niña?
Yo no respondía pero mis ojos se volvieron  a llenar de lágrimas, ella me abrazó.
El médico revisó mi cuerpo y su diagnóstico  para variar fue depresión, volvió a explicar lo mismo de la otra vez. Pero esta sería diferente. En cuanto  Alexander salió de la habitación con el médico agarre la mano de Gala.
Lucy: ayúdame.
Gala: qué quieres que haga?
Lucy: necesito  ir al templo de la diosa luna.
Ella entendió  lo que quería hacer  ya no quería seguir  alargando lo inevitable. Solo afirmó  con la cabeza y me pidió tiempo para preparar todo.
Tenia todo el tiempo  a alguien en mi habitación, al parecer  el médico  dijo que podría quitarme la vida  que ingenuo, la única manera en la que me quitaría mi vida seria arrancandole la cabeza  a Alexander y no creo que mi fuerza  de omega  diera para tanto.
Entrada la noche llego él me miró co sus ojos  dorados, pero esta ves no hiba a caer en esa estupidez. Me levanté  de un salto de la cama y lo enfrente con las pocas fuerzas  que me quedaban.
Lucy: largo! Largate de aquí! No quiero  verte!
Sus gruñidos  hicieron  eco en toda la casa.
Lucy: no me importa...donde estabas cuando  Alexander estaba allí con ella? Tu lo permitiste! No te quiero  a ti tampoco  en mi vida! Largate! No los quiero  volver a ver nunca más! Y escuchame bien me pienso largar de aquí lejos de todos así que lo mejor será hacerlo  por las buenas.
Volví  a acostarme  y lo escuché gruñir enojado pero ya no me importa, no me importa mada. Sentí como tiro la puerta de su despacho y comenzó  a tirar todo a su paso, mañana  me disculparía con las chicas y las ayudaría a recoger el desastre pero  no pensaba dejarlo  entrar en mi cama, eso nunca más.
En la mañana  Deris me trajo el desayuno.
Lucy: mucho desorden?
Deris: no dejó nada sano en ese despacho.
Lucy: lo siento,  en cuanto  desayune me cambio y te ayudo.
Deris: no, tú tienes que descansar .
Lucy: no necesito  descansar  Deris, necesito  irme de aquí.

un alfa cruel 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora