Dias de Paz

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### Día 1

Issei se despertó temprano, con la cabeza pesada y el ánimo por los suelos. Aunque había disfrutado su breve momento de paz la noche anterior, sabía que la rutina diaria en la Casa Hyoudou lo esperaba. Decidido a mantener su plan en marcha, comenzó a dar pequeñas señales para que las chicas lo dejaran en paz.

—¡Buenos días, Issei! —exclamó Asia con una sonrisa radiante al verlo en la cocina.

—Buenos días, Asia. —respondió él, intentando sonar más serio de lo habitual—. ¿Podrías darme un poco de espacio hoy? Necesito tiempo para pensar.

Asia se quedó sorprendida, pero asintió tímidamente.

### Día 3

Rias se encontraba en la sala de estar, discutiendo planes para la próxima reunión de la familia Gremory. Issei, fingiendo estar distraído, se sentó en un rincón con un libro. Cada vez que Rias intentaba hablar con él, respondía de manera cortante y directa, sin el habitual entusiasmo.

—Issei, ¿qué opinas de esto? —preguntó Rias.

—Lo que decidas está bien, Rias. —respondió sin levantar la vista del libro.

Rias frunció el ceño, notando su desinterés, pero decidió no insistir.

### Día 5

Durante el entrenamiento con Akeno, Issei se mostró distante y poco cooperativo. En lugar de participar activamente, realizaba los movimientos básicos con una falta de energía evidente. Akeno lo observaba con preocupación.

—Issei, ¿te sientes bien? —preguntó Akeno, con una pizca de inquietud en su voz.

—Sí, solo estoy un poco cansado. —respondió él, sin mirarla a los ojos—. Creo que necesito entrenar solo por un tiempo.

Akeno asintió, aunque claramente no convencida.

### Día 7

En la escuela, Issei evitaba a las chicas tanto como le era posible. Se sentaba solo en clase y apenas interactuaba con ellas durante los descansos. Intentaba mantener una fachada de concentración en sus estudios, algo muy inusual para él.

Koneko, siendo observadora, notó su comportamiento y decidió confrontarlo durante el almuerzo.

—Issei, ¿por qué nos estás evitando? —preguntó con su tono monótono habitual, pero con una clara preocupación en sus ojos.

—No es nada personal, Koneko. —respondió él—. Solo necesito un poco de tiempo para mí mismo.

Koneko lo miró fijamente durante unos segundos, luego asintió y se alejó, respetando su deseo.

### Día 10

Rias no pudo soportarlo más y decidió hablar con Issei en privado. Lo encontró en su habitación, mirando por la ventana.

—Issei, tenemos que hablar. —dijo firmemente.

—¿Sobre qué? —preguntó él sin girarse.

—Sobre ti. Has estado actuando extraño últimamente. Nos estás evitando a todas. ¿Qué está pasando?

Issei suspiró profundamente antes de girarse para enfrentarla.

—Rias, he estado pensando mucho últimamente. Me doy cuenta de que necesito un poco de espacio. Me siento abrumado por todo lo que ha pasado y... necesito tiempo para encontrarme a mí mismo.

Rias lo miró con preocupación, pero también con comprensión. Sabía que había estado presionando mucho a Issei y que quizás necesitaba tiempo para recuperarse.

—Está bien, Issei. Tómate el tiempo que necesites. Pero recuerda, estamos aquí para ti.

Issei asintió, agradecido por su comprensión. Aunque sabía que no sería fácil, estaba decidido a seguir adelante con su plan, poco a poco, hasta que pudiera encontrar un equilibrio en su vida.

### Día 12

Issei empezó a pasar más tiempo fuera de la Casa Hyoudou, explorando la ciudad solo y buscando lugares tranquilos donde pudiera pensar. Durante estos momentos, se encontró varias veces con Vali, quien parecía disfrutar provocándolo.

—¿Sigues buscando tu paz, Rojo? —bromeó Vali en uno de esos encuentros.

—Sí, y parece que tú también necesitas algo de entretenimiento. —respondió Issei con una leve sonrisa.

Aunque Vali continuaba siendo una rival, estas interacciones le brindaban a Issei un respiro de la agobiante atmósfera en la Casa Hyoudou.

### Día 15

Finalmente, Issei decidió hablar con todas las chicas juntas. Las reunió en la sala principal y les explicó sinceramente cómo se sentía.

—Chicas, necesito que entiendan algo. He estado sintiéndome abrumado y necesito un poco de espacio para recuperar el equilibrio en mi vida. No quiero alejarlas, pero sí necesito que respeten mi tiempo y espacio personal.

Las chicas se miraron entre sí, sorprendidas, pero asintieron con comprensión.

—Está bien, Issei. —dijo Rias en nombre de todas—. Respetaremos tu deseo. Solo recuerda que estamos aquí para ti, siempre.

Issei sintió un peso enorme levantarse de sus hombros. Sabía que el camino hacia su propia libertad y equilibrio no sería fácil, pero con cada paso, sentía que recuperaba un poco más de control sobre su vida.

La princesa Lucifer (Publicado Porque Si)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora