El sol de la mañana se filtraba suavemente a través de las ventanas del salón del hotel, iluminando los rostros cansados del equipo. El desayuno estaba en pleno apogeo cuando Marta y Fina entraron, las últimas en llegar. Las grandes ojeras bajo sus ojos reflejaban el mal dormir de la noche anterior. Marta, con su cabello aún húmedo por la ducha matutina, evitó mirar en dirección a Fina mientras se dirigía a una esquina del salón. La actriz, por su parte, se sentó con Carmen y Carlos, aunque con su mirada perdida y sus pensamientos dispersos.El equipo discutía los planes del día con entusiasmo, ajenos a la tensión palpable entre la directora y la actriz principal. Nacho se levantó con un mapa de Bali en la mano, sugiriendo una visita a otro templo, famoso por sus ceremonias espirituales y su belleza exótica.
—¿Otro templo? Esto parece más un retiro espiritual que otra cosa, Nacho. ¿Dónde están las fiestas? Que yo las vea —bromea Jesús.
—Esta misma noche tendrás tu fiesta, Jesús, tranquilo.
—¿Entonces lo del templo es voluntario? —Insiste.
—No —le dice tajante el productor—. Es una buena manera de cerrar nuestro retiro y el patrocinador quiere que os hagáis fotos juntos para ir promocionando la película —dijo Nacho con una sonrisa, intentando animar al grupo—. Y además, podríamos inspirarnos para las escenas finales.
Marta asentía mecánicamente, tratando de mantenerse concentrada en la conversación, pero sin entender en qué podría inspirarle Bali para su película cuando no tenía absolutamente nada que ver. Sus pensamientos también vagaban hacia Fina. La distancia emocional entre ellas era dolorosa, y cada momento de silencio solo aumentaba su ansiedad. Fina, por su parte, no podía evitar lanzar miradas furtivas hacia Marta, esperando algún indicio de cambio de actitud de la directora.
El autobús que los llevaría al templo estaba aparcado frente al hotel, listo para la excursión. Mientras el equipo subía, Marta y Fina mantuvieron una distancia prudente, cada una inmersa en sus propios pensamientos. El paisaje de Bali desfilaba ante sus ojos: exuberantes campos de arroz, selvas densas y pueblos pintorescos. El ambiente exótico de la isla servía como una metáfora perfecta para sus estados emocionales: un paraíso exterior que contrastaba con su caos interno.
Llegaron al templo, un lugar sagrado rodeado de naturaleza. El guía local comenzó a hablar sobre la historia y las ceremonias que se llevaban a cabo allí, pero Marta apenas escuchaba. Su mirada se posaba en Fina de vez en cuando, notando su distracción. La actriz, por su parte, intentaba concentrarse en las palabras del guía, pero su mente volvía una y otra vez a Marta.
Recorriendo el templo, parecía imposible no coincidir; los caminos estrechos y las escaleras empinadas hicieron que los cuerpos de Marta y Fina se rozaran accidentalmente en varias ocasiones. Cada toque, aunque breve, era como una descarga eléctrica que las conectaba de una manera que las palabras no podían.
En un momento, mientras el grupo se detenía para admirar una vista panorámica, Marta sintió una mano rozar la suya. Fue un roce accidental, pero ambas se congelaron. Marta miró a Fina, quien le devolvió la mirada con una mezcla de dolor y deseo. La tensión era tan palpable como el aire cargado de incienso que rodeaba el templo. Parecía que se habían puesto de acuerdo, porque ambas consiguieron no volver a coincidir en toda la excursión.
Ya de vuelta en el hotel, el equipo comenzó a prepararse para la fiesta de despedida. Marta se miró al espejo en su habitación, notando las ojeras y el cansancio reflejados en su rostro. No estaba para fiestas, especialmente ante la perspectiva de coincidir inevitablemente con Fina. Sin embargo, sabía que su presencia era necesaria.
Por otro lado, la actriz, en su habitación, escogía cuidadosamente su atuendo. Decidió ponerse algo sexy, con la esperanza de llamar la atención de Marta. Mientras se miraba en el espejo, ajustando su vestido, no podía evitar pensar en cómo podría desarrollarse la noche. La mezcla de emociones en su interior era abrumadora: deseo, dolor, confusión, enfado, venganza.
ESTÁS LEYENDO
Insomnio artificial
RomantikMarta es una exitosa directora de cine. En el casting para su última película conoce a una joven actriz, Fina, que revolucionará su vida. Nota: Más que un fanfic, esto es un experimento. Premio para la primera que adivine por qué 😊