- ¡Qué no joder! -exclamó, levantándose bruscamente de su asiento, dejando a la chica sola en la mesa, con ambas tazas de café completamente vacías.
- No ere' lista ni na' -se levantó, yendo tras ella hasta alcanzar su brazo.
- Rus, que no voy a meter a una desconocida en casa -dijo, tratando de soltarse de su agarre, el esfuerzo siendo en vano-. Suéltame, que no me vas a convencer.
- Que no es eso, tonta. ¿Te crees que voy a pagar tu café y tus putas napolitanas? Qué son caras, eh. Y yo no voy a hacer un sinpa, que este es mi bar de confianza.
Violeta bufó, retrocediendo a la mesa para llamar al camarero, que estaba limpiando otra, y pedirle la cuenta. Tardó un rato en volver con el pequeño papel, invitando esa vez, y como las otras, a Ruslana.
La más pequeña sonrió satisfecha, había conseguido que su amiga pagara, ahora solo necesitaba convencerla para que acogiera a su amiga en su hogar. Pronto se acercaba la boda de Denna y para no ir sola, le pidió el favor de acompañarla.
- ¿Y por qué no se queda en tú casa? -volvió a retomar el tema Violeta.
- Porque la muy capulla de la Naiara se ha traído a toda su familia de Zaragoza y no hay hueco -explicó, caminando mientras pateaba una piedra-. Y la pobrecita de mi Bea está de esclava en la cocina, son muy pesados con comer cosas típicas del pueblo de ella. Estoy harta del cocido madrileño.
- Sigo sin entender porque no vive con Lucas, si fue él la razón por la que se vino.
- Porque la chavala no está atontá', o por lo menos no tanto, y sabe que le sale más barato el alquiler con nosotras que con él -asintió, la zaragozana era lista cuando quería, sobre todo en los tema económicos.
- ¿Por qué no le dices que pasen estás semanas en casa de Lucas? Es más grande que la vuestra y total, no creo que le importe, con tal de estar con Naiara hace cualquier cosa. Encima, no tendría que pagarle nada.
- Ese por follar esparce las cenizas de sus padres si hace falta.
- Rus, que están muertos de verdad. No juegues con eso.
- No estoy jugando, ya lo hizo con las de su abuelo.
- Es verdá'.
Siguieron su camino, la pelirroja más mayor dirigiéndose hacia su casa y Ruslana siguiéndola, simplemente porque no tenía nada mejor que hacer, su casa estaba abarrotada por los hermanos de la maña, que no eran pocos.
La mayor se giró para mirar a su amiga, replanteándose la idea de acoger a una desconocida en su casa. Realmente, no le importaba tanto meter a una amiga de la ucraniana en su hogar, pero estaba demasiado ocupada con organizar la boda de Denna, pues la rubia la había elegido como su madrina.
- Ahora en serio, inténtalo -pidió, parando en seco al ver el semáforo en rojo-. Así podría quedarse contigo.
- Pero es que ya me da mucha pena mi Beatriz. Bastante ha tenido con estos, y a ver si la Chiara le va a pedir que le cocine cosas de Inglaterra.
- Ah, que encima guiri -resopló, cada vez la situación empeoraba. No podía permitirse vivir un tiempo con alguien que no hablara su idioma, crearía conflictos por la barra lingüística-. Ahora si que no acepto, que me va a dar muchos problemas con el inglés.
- ¿Qué problemas? Si tienes el título ese.
- Ya, pero Julia no -en ese momento, su cabeza hizo click. No le había comentado en ningún momento a su pareja que podrían pasar el tiempo que quedaba para la boda con Chiara-. ¡Ostia!
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Los Secretos de Graná | KIVI
RomanceGranada, más concretamente Motril, es una ciudad llena de secretos que nunca han sido descubiertos. Pero una boda, con un final para nada feliz, desencadena una serie de revelaciones inesperadas que sacuden los cimientos de las relaciones y ponen al...